17.07.2014
La pobreza, pues, ha echado raíces en Italia de forma dramática. Diez millones de italianos, es decir,
Un mendigo pasa junto a un banco en Roma (foto de ABC) |
Para los padres en situación de crisis el drama es doble, al comprobar que se ha parado completamente el ascensor social, el mecanismo que desde el final de la guerra hasta el 2007 (año del inicio de la crisis) ofrecía la esperanza de mejorar las condiciones económicas y sociales de los hijos. Y lo que es peor: el ascensor social se está incluso precipitando, siendo la clase media la que está desapareciendo en las arenas movedizas de la pobreza. Solo en seis años la renta media de los italianos se ha reducido en un 13 por 100. Para encontrar un poder adquisitivo medio comparable hay que remontarse a 1988.
La situación se hace especialmente dramática en el sur, con un panorama laboral negrísimo para los jóvenes, con un porcentaje de paro del 51 por 100 (similar al de España). No sólo hay alarma social, también humanitaria: en el 2013, más de 400.000 niños con menos de 5 años han tenido que ser ayudados incluso para poder comer y beber leche.
En definitiva, los datos ofrecidos por el Instituto de Estadística han producido un shock sin precedentes, con llamadas de atención en todos los medios para que el gobierno ponga en práctica un plan nacional que permita combatir las causas de la pobreza y aliviar los síntomas de la indigencia.
Claro que, lo que no dicen los medios es cuál es el único plan posible para acabar con las desastrosos efectos de las crisis cíclicas del capitalismo, sobre todo ahora que los explotadores no tienen razón alguna, tras la desaparición de la Unión Soviética hace dos décadas, de seguir repartiendo migajas de su botín a los trabajadores para evitar que imitaran a sus camaradas de los paises socialistas: acabar con los regímenes capitalistas y construir, de una vez por todas, el Socialismo.
Quizás la verdadera preocupación de los medios italianos, en manos de los únicos causantes de la indignante situación social, y a los que, como a todo mafioso capitalista, les preocupa bastante poco el sufrimiento de un trabajador, sea precisamente que Italia es un país con una enorme tradición de luchas obreras, donde organizaciones combativas como las Brigadas Rojas pusieron en jaque a la oligarquía económica y las fuerzas represivas durante décadas, y temen que la dramática situación social que han provocado se pueda transformar en una situación prerrevolucionaria que despierte a la clase obrera y provoque que está, como la de antaño, se organice para luchar por su emancipación.
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