19 de marzo de 2014
Todo el Mundo, incluyendo los mas rabiosos antimarxistas, reconocen que Marx tenía razón
Algunas características de la sociedad moderna, desde las crisis
económicas hasta la fiebre por comprar nuevos 'gadgets', demuestran que
el padre de la teoría marxista tenía razón.
La revista 'Rolling Stone' reunió cinco características sistémicas del capitalismo contemporáneo presagiadas por las teorías marxistas hace 150 años.
A diferencia del socialismo, en el que el Estado puede controlar todas
las etapas de producción y distribución, el libre mercado, según el
materialismo histórico, es un sistema espontáneo y caótico, siempre
propenso a las crisis y depresiones económicas.
Efectivamente, este patrón previsto por el marxismo ya se perfiló en la Gran Depresión de 1929 y se presentó de nuevo en 2008 con el colapso del mercado inmobiliario en EE.UU. y el inicio de la nueva crisis económica mundial, provocada por el uso de instrumentos financieros que Karl Marx llamaba 'capital ficticio', como las acciones y las permutas de incumplimiento crediticio, que actualmente amenaza con una nueva recesión global.
Hace más de cien años, Marx advirtió que la creación de falsas
necesidades era una tendencia inherente al capitalismo orientada al
aumento de la producción; en este sistema el consumidor desea productos
de poca utilidad pero de alto coste y acaba convirtiéndose "en esclavo
de caprichos inhumanos, refinados, antinaturales e imaginarios".
Un ejemplo de esta teoría podría ser la sociedad occidental, que actualmente disfruta de un increíble nivel de lujo y, sin embargo, busca nuevas distracciones y siente un ansia constante por comprar más y más cosas, como iPhones de última generación, incluso cuando no existe ninguna necesidad de hacerlo porque ya se tiene un 'gadget' parecido que funciona perfectamente.
Según la teoría marxista, la naturaleza expansionista del capitalismo le
obliga a propagarse por todo el planeta en su incesante búsqueda de
nuevos mercados, recursos naturales y mano de obra barata. Ya en 1848
Karl Marx describió las principales características de la moderna globalización económica agresiva
encabezada y controlada por organismos supranacionales como el FMI, que
"debe anidar en todas partes, establecerse en todas partes, establecer
conexiones en todas partes" para prolongar su existencia.
1. La Gran Recesión ('La naturaleza caótica del capitalismo')
Efectivamente, este patrón previsto por el marxismo ya se perfiló en la Gran Depresión de 1929 y se presentó de nuevo en 2008 con el colapso del mercado inmobiliario en EE.UU. y el inicio de la nueva crisis económica mundial, provocada por el uso de instrumentos financieros que Karl Marx llamaba 'capital ficticio', como las acciones y las permutas de incumplimiento crediticio, que actualmente amenaza con una nueva recesión global.
2. iPhone 5 ('Apetitos imaginarios')
Un ejemplo de esta teoría podría ser la sociedad occidental, que actualmente disfruta de un increíble nivel de lujo y, sin embargo, busca nuevas distracciones y siente un ansia constante por comprar más y más cosas, como iPhones de última generación, incluso cuando no existe ninguna necesidad de hacerlo porque ya se tiene un 'gadget' parecido que funciona perfectamente.
3. Globalización del capitalismo
4. Monopolios
A diferencia de la teoría económica que postulaba la autorregulación del mercado, Marx alegaba que el poder económico y financiero se concentraría en grandes corporaciones que absorberían o expulsarían a los pequeños productores independientes, tomando el control del mercado mundial. La hipótesis indicada es más que válida para describir la sociedad actual, en la que gigantes monopolísticos regulan todas las áreas económicas, desde la bancaria hasta la de la alta tecnología.5. Salarios bajos, ganancias enormes ('El ejército industrial de reserva')
De acuerdo con el análisis marxista del capitalismo, los empresarios
podrán mantener bajos los salarios gracias al "ejército industrial de
reserva", es decir, la gran cantidad de desempleados permanentes. Eso
será todavía más factible durante las fases de recesión, cuando aumenta
el número de desempleados, sin que ello influya significativamente en
los inmensos beneficios de las grandes empresas,
ya que los trabajadores, que temen perder sus puestos, se conforman con
salarios bajos y soportan duras condiciones de trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario