Aportación al debate con Nega y otros sobre la composición de clase y las potencialidades políticas
Fragmento de la entrevista a Eric Hobsbawm en el número 61 de la New Left Review. Saludos a todos,
Pablo
¿Puedes prever alguna recomposición política de lo que una vez fue la clase obrera?
No en la forma tradicional. Marx estaba,
sin duda, en lo cierto al predecir la formación de grandes partidos de
clase en una determinada etapa de la industrialización. Pero estos
partidos, si tenían éxito, no funcionaban como partidos exclusivos de la
clase obrera: si querían extenderse más allá de una clase reducida, lo
hacían como partidos populares, estructurados alrededor de una
organización inventada por y para los objetivos de la clase obrera.
Incluso así, había límites para la conciencia de clase. En Gran Bretaña,
el Partido Laborista nunca obtuvo más del 50 por 100 de los votos. Lo
mismo sucede en Italia, donde el PCI era todavía más un partido popular.
En Francia, la izquierda se basaba en una clase obrera relativamente
débil pero políticamente fortalecida por la gran tradición
revolucionaria, de la que se las arregló para convertirse en la
imprescindible sucesora, lo cual le proporcionó a ella y a la izquierda
mucha más influencia.
El declive de la clase obrera manual en
la industria parece algo definitivo. Hay, o habrá, mucha gente que quede
realizando trabajo manual, y la defensa de sus condiciones es una tarea
importante para todos los gobiernos de izquierda. Pero ya no puede
seguir siendo el principal fundamento de sus esperanzas: carece del
potencial organizativo de la vieja clase obrera y ya no tiene, ni
siquiera en teoría, potencial político. (…)
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