sábado, 3 de agosto de 2013
Ayer por la mañana
encendí la radio del coche, una de esas modernas que escanean la señal
más fuerte de la zona. Nunca debí hacerlo porque me di de bruces, vaya
por Dios, con Radio Nacional de España (RNE), que debe su nombre a los
“nacionales, o sea, los que ganaron la Guerra Civil, ya saben. Y oigan,
RNE tiene su impronta, no cabe duda.
No sé bien de quienes se
trataban, pero el locutor del régimen estaba entrevistando (es un
decir) a un tipo que ignoro si era ministro aunque me inclino más por un
representante de la patronal o un secretario de algún ministerio, pues
su voz (cuando hablaba) no me sonaba familiar.
En fin. Supongo, porque
los sintonicé empezados, que disertaban sobre la "magnífica" y última
estadística del paro que, como saben, se disfraza con la estacionalidad,
mini jobs a lo cutre (en Alemania ya lo son: pagan 400 euros... allí) y
gente que se da de baja del INEM porque se aburren de esperar.
En un éxtasis supremo,
el entrevistador (aún me pregunto para qué llevó allí al otro) expuso su
tesis de que podría estar produciéndose un fenómeno similar al que
sucedía en España hasta hace dos días como quien dice, es decir, que
allende las fronteras, muchas empresas podrían empezar a relocalizar sus
actividades aquí porque por gracia de Dios, Reforma Laboral, Policía y
Ejército, los españolitos gozan de sueldos y derechos, similares a los
que tenían a principio de los años 80 del siglo pasado ¿Y qué decir
ahora que el FMI recomienda otra bajada de salarios del 10%? ¡El paraíso
del chollo!
La parejita, en definitiva, estaba celebrando que en menos de 2 años, el país había retrocedido más de 30.
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