agosto 12, 2013
Mientras el gobierno norteamericano hace
grandes esfuerzos por mantener su influencia sobre el país, sectores
amplios del Ejército y de la sociedad entienden que ya ha llegado la
hora de consolidar y reforzar la independencia del país, dejar de ser
una neocolonia de EE.UU. y de Israel y afirmar el carácter árabe,
africano, mediterráneo y tercermundista del país como ocurrió durante la
presidencia del gran Gamal Abdel Nasser.
La cárcel es lo que merecen Mubarak y Morsi por sus crímenes contra las masas populares egipcias.
Paradójicamente tanto los sectores
fuertemente enfrentados anti-Morsi, laicos o cristianos de derecha o de
izquierda como sus enemigos, los Hermanos Musulmanes, se sienten
frustrados por las intervenciones de Washington en el país. Los
anti-Morsi no olvidan la manifiesta simpatía de la administración Obama y
su embajadora Patterson en El Cairo hacia la hermandad musulmana cuando
estaba en el poder. Y no olvidan que los órganos de propaganda mas
importante de los gringos, New York Times y Washington Post, condenaron severamente la destitución de Morsi por los militares. Incluso Washington Post
exigió el corte inmediato de la ayuda militar a El Cairo. Por su parte
los “hermanos” no ocultan su frustración cuando el secretario de Estado
Kerry manifiesta muchos días después de producida, su apoyo a la
intervención militar para “restaurar la democracia”, según sus palabras.
Inmediatamente después del derrocamiento de Morsi el tal Kerry fue mas
moderado y se limitó a pedir para los militares “el beneficio de la
duda”. Hoy al parecer Al Sissi le ha dado las suficientes garantías para
que la “duda” se haya convertido en apoyo.
Es evidente
que sobre la marcha los estrategas norteamericanos están reconstruyendo
su relación con los Hermanos Musulmanes que ha sido, y es aún, muy
importante para su propia intervención militar y diplomática contra los
pueblos de Egipto, Libia, Túnez y Siria. En este último país los
Hermanos locales tienen un peso específico en la cruenta guerra
terrorista que hace mucho tiempo ya no tiene nada de “civil”, es decir,
interna, y no es mas que una descarada guerra internacional de potencias
piratas contra uno de los países mas dignos, combativos e
independientes del Mundo, Siria. Pero Egipto es demasiado importante
como para que los cínicos imperialistas apuesten por esta corriente
reaccionaria hoy derrotada, derrocada, golpeada y manifiestamente
debilitada y busca reforzar su alianza con la jefatura militar, los
antiguos funcionarios de Mubarak pro gringos y la burguesía liberal.
Para aumentar la exasperación del pueblo
egipcio y de los militares el pasado 24 de julio Washington decidió
dejar de entregar 4 de los aviones de combate F-16 que son pagados por
la ayuda anual de 1,6 mil millones de dólares. Y los senadores
republicanos republicanos John McCain y Lindsay Graham amenazan a las
autoridades egipcias con eliminar la mencionada ayuda.
Para añadir
mas indignación en la mayoría egipcia, la organización norteamericana
mas o menos cercana al gobierno de Obama “Human Right Watch” expresa su
apoyo a las movilizaciones desestabilizadoras que lanzan los Hermanos
contra el poder militar considerándolas “normales”. No tienen nada de
“normales” y son extremadamente graves los ataques violentos lanzados
por los Hermanos contra 3 iglesias coptas en el pueblo de Degla,
provincia de Minya, los disparos efectuados contra la Iglesia Mary
Girgis en Port Said y otras acciones similares. Estos ataques y todas
las actividades criminales protagonizadas por los Hermanos conducen
actualmente a buena parte de la población a aplaudir la represión de los
militares contra ellos.
Actos criminales de los Hermanos
Musulmanes que en el caso de no ser frenados pueden hundir el país en
una guerra civil como ocurrió en Argelia en los años 90 del siglo
pasado.
El país camina a una profunda
desestabilización y tal vez una guerra civil aunque los Hermanos están
perdiendo aceleradamente gran parte del apoyo popular del que han gozado
injustificadamente hasta hace pocas fechas. La política norteamericana
de apoyar a los Hermanos como alternativa reaccionaria contra Nasser en
los años 60 y después de 2011 han conducido a la actual crisis. Los
Hermanos no son hijos políticos de la religiosidad popular árabe
islámica sino mas bien de la política contrainsurgente imperialista
frente a los movimientos de liberación nacional, militares y civiles,
laicos, progresistas y panárabes.
Son mas bien una aberración con respecto a
un Islam visto como fuente del socialismo árabe y musulmán nacido con
el Movimiento de los Oficiales Libres de Nasser en 1952, reforzado con
la victoria de la Revolución argelina en 1962 y con el acceso del Baas
al poder en Siria (1963) e Irak (1968). Es muy importante que las masas
pobres e ignorantes que aún dan su apoyo fanatizado a los hermanos sean
educadas políticamente y recuperen confianza en un liderazgo panárabe,
antimperialista y socialista como el que encarna Hamdeen Sabahi,
candidato presidencial nasserista, figura capaz de unir a todo el pueblo
y de levantar una alternativa democrática.
Familias cristianas coptas que han sufrido la quema de sus casas por los fascistas Hermanos
El pueblo y los militares en su mayoría
saben que su subordinación al imperialismo y a Israel sólo han traído
desgracias para la tierra del Nilo y los Faraones. El “hombre fuerte” Al
Sissi no se muestra complaciente: le ha dicho al enviado norteamericano
William Burns que las presiones norteamericanas no serán aceptadas y
que Egipto se opone a toda injerencia en sus asuntos internos, según la
revista Afrique-Asie.
No es extraño que en las grandes
manifestaciones anti-Morsi y a favor de los militares se han escuchado
voces que llaman a Rusia a ocupar el lugar de Washington en el país.
Otro motivo mas de preocupación para Obama y Kerry.
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