Las medidas impuestas por la Troika obligan también a despedir este mes a 2.500 funcionarios, 1.800 de sanidad
Un millón y medio de personas no cuentan
con atención sanitaria en Grecia por no tener empleo y otras tantas se
verán afectadas por el cierre de progresivo de más de diez mil camas en
hospitales
El Gobierno griego prevé despedir a 1.800 profesionales sanitarios y cerrar, al menos, 13 hospitales públicos y “fusionar” otros tantos,
según denuncian los sindicatos y se ha dado a conocer a través de los
medios de comunicación helenos. Tras el precedente del cierre por
decreto de la televisión pública griega, en el sector de la sanidad, existe el temor de que el Gobierno emplee el mismo sistema de decisión ministerial para cerrar los hospitales.
Por su parte, la Federación de Médicos de Hospital ha alertado
recientemente sobre las intenciones del Ejecutivo griego de despedir
profesionales sanitarios, que formarían parte de la cuota negociada con
la troika de 2.500 empleados públicos que debían irse a la calle este
mes. Sin embargo, el ministro de Sanidad, Adonis Yeoryiadis, ha
desmentido esta información.
Por imposición de la Troika
Stavros Kutsubelis, responsable de la
Federación de Sindicatos de la Salud Pública, se reunió con Yeoryiadis
el pasado 2 de julio y ha señalado a DIAGONAL que el ministro acordó con los representantes de la troika tres medidas:
“La primera, fusiones entre los 136 hospitales públicos existentes
ahora mismo en el país, que quedarían en 85. En segundo lugar, no habrá
despidos, pero unos 1.200 funcionarios podrán ser transferidos
forzosamente desde las instalaciones que cierren y por último, se está
estudiando la posibilidad del cierre de trece hospitales pequeños, lo
que dependerá de las negociaciones con la troika”, dijo Kutsubelis.
Tanto Kutsubelis como Vasilis Xenakis, secretario de relaciones
exteriores del Sindicato de la Función Pública, denunciaron las
consecuencias de los recortes en sanidad. El cierre de hospitales no
afectaría sólo a los trabajadores, además será un duro golpe a las
necesidades de los habitantes de las regiones más alejadas y de las
islas, cuya población se quintuplica en verano. “La sanidad es ahora
mismo la cuestión fundamental, de manera que continuaremos organizando
movilizaciones”, concluyó.
Durante el mes de junio se han llevado a
cabo huelgas y protestas delante del Ministerio de Sanidad. Además,
todas las semanas se realizan concentraciones en los centros
hospitalarios que podrían verse afectados por el cierre, entre los que
se encuentra el Hospital Policlínico cercano a Omonia, en pleno centro
de Atenas. Según explica Eleni Kiríu, responsable del sindicato del
Policlínico, unas 400 personas son atendidas allí diariamente,
la mayoría pacientes de escasos recursos como desempleados, inmigrantes y
personas sin techo. “En los últimos tiempos ha empeorado mucho
la calidad del servicio que prestamos. Desde que el Gobierno empezó a
recortar fondos no nos llega dinero suficiente para medicamentos y
sueldos del personal, y han sido desmantelados el laboratorio y el
servicio de donación de sangre”, señala.
Cinco de los trece hospitales cuyo cierre está siendo estudiado se encuentran en Atenas.
“Nos enfrentamos a un enorme problema social”, afirma Kiríu, que
recuerda la saturación en la que se encuentra ya la sanidad pública.
“¿Cómo van a recibir atención los cinco millones de habitantes que tiene
la capital? ¿Dónde van a ir estas personas? El Ejecutivo tiene
intención de cerrar unas diez mil camas en todo el país, cuando el
número actual es claramente insuficiente, con gente durmiendo en los
pasillos de los hospitales”.
Por otro lado, está la cuestión de los
despidos. “Dicen que sólo va a haber traslados desde los centros que
cierren hacia los lugares en que haga falta personal”, dice Kiríu. “Pero
si transfieren a alguien, por ejemplo a una isla, y tiene que llevarse a
su familia, ¿cómo se espera que puedan sobrevivir con un sueldo de 600 o 800 euros?”
Además, la responsable del sindicato desconfía de que no vayan a
producirse nuevos recortes. “Siempre nos dicen que después de éstas no
serán necesarias más medidas, pero luego vuelven a la carga. Hemos
perdido la fe en lo que nos dicen. El único camino que nos queda es la
lucha”, concluye. Yianna coincide con ella; antes trabajaba en un
hospital y hoy está en paro y es asidua de las protestas por la sanidad:
“Tenemos que unirnos para luchar todos juntos, porque el Gobierno está
tomándole el pelo al pueblo. Nos dicen que no hay dinero para pagar los
sueldos de los trabajadores de la sanidad, y que hay que cerrar camas.
Sin embargo al mismo tiempo están entregando millones de euros a las
grandes empresas y a los bancos”. Aunque aún no hay fecha concreta para
nuevas convocatorias de huelga, los sindicatos están estudiando
movilizaciones para próximas semanas.
De momento se suceden las
concentraciones frente a los hospitales, en un ambiente de preocupación
sobre la sanidad pública. En la actualidad, un millón y medio de personas no tiene derecho a las prestaciones sanitarias, por encontrarse en paro.
A la escasez de médicos, se suma la falta de fondos para campañas como
por ejemplo, las vacunaciones, lo que ha llevado a la Federación de
Médicos de Hospital a alertar del riesgo de “una situación de crisis
humanitaria”.
Reducir el número de camas por habitante
La troika obliga a Grecia a cerrar
hospitales públicos, medida que va a contribuir a precarizar más la
vida de los griegos. Según datos de la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económicos (OCDE), sobre 2011, en Grecia existen
solamente 4,9 camas de hospital por cada mil habitantes. Este dato
contrasta con los datos sobre Alemania, donde existen 8,3 camas por el
mismo porcentaje de habitantes. Sin embargo, el Estado español, por el
contrario, se encuentra incluso por debajo del país heleno, con
solamente 3,2 camas por habitante.
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