Etiquetas

jueves, 4 de abril de 2013

LA ECONOMIA CAPITALISTA: SU AUGE Y SU OCASO




Monopoly-4
GAV RO CHE
La propiedad privada, por oposición a la propiedad social, colectiva, sólo existe allí donde los instrumentos de trabajo y las condiciones externas de éste pertenecen en propiedad a los particulares. Pero el carácter de la propiedad privada es muy distinto, según que estos particulares sean obreros o personas que no trabajen.
La propiedad privada del trabajador sobre sus medios de producción (el campesino dueño de la tierra que trabaja, el artesano dueño del instrumento que maneja como un virtuoso) es una base necesaria para que llegue a desarrollarse la producción social y la libre individualidad del propio trabajador. Este régimen supone la diseminación de la tierra y de los demás medios de producción. Excluye la concentración de éstos, y excluye también la cooperación, la división del trabajo dentro de los mismos procesos de producción, la conquista y regulación social de la naturaleza, el libre desarrollo de las fuerzas sociales productivas. Sólo es compatible con los estrechos límites elementales, primitivos, de la producción de la sociedad.

El capitalismo, como impulsor del progreso social

Al llegar a un cierto grado de progreso, este mismo régimen alumbra los medios materiales para su destrucción. A partir de este momento, en el seno de la sociedad se agitan fuerzas y pasiones que se sienten cohibidas por él y que acaban por destruirlo: la transformación de los medios de producción individuales y desperdigados en  medios sociales y concentrados de producción, o lo que es lo mismo, la expropiación que priva a la gran masa del pueblo de la tierra y de los medios de vida e instrumentos de trabajo, esta espantosa y difícil expropiación de la masa del pueblo, forma la prehistoria del capital. Abarca toda una serie de métodos violentos. La expropiación del productor directo se lleva a cabo con el más despiadado vandalismo y bajo el acicate de las pasiones más infames, más sucias, más mezquinas y más odiosas. La propiedad privada fruto del propio trabajo es devorada por la propiedad privada capitalista, basada en la explotación de trabajo ajeno, aunque formalmente libre. Esta acumulación originaria del capital convierte en obreros asalariados al esclavo y al siervo de la gleba, así como al productor directo al que ha expropiado.
Una vez que los trabajadores se convierten en proletarios y sus condiciones de trabajo en capital y que, por tanto, el régimen capitalista de producción se mueve ya por sus propios medios, el progreso de la socialización del trabajo continúa a través de la expropiación del propio capitalista explotador de numerosos trabajadores. Las leyes de la producción capitalista llevan a la centralización de los capitales, por la que cada capitalista desplaza a otros muchos. Paralelamente con esta expropiación de muchos capitalistas por unos pocos, se desarrolla en una escala cada vez mayor la forma cooperativa del proceso de trabajo, la aplicación técnica consciente de la ciencia, la explotación sistemática y organizada de la tierra, la transformación de los medios de trabajo en medios de trabajo utilizables sólo colectivamente, la economía de todos los medios de producción al ser empleados como medios de producción de un trabajo combinado, social, la absorción de todos los países por la red del mercado mundial y, como consecuencia de esto, el carácter internacional del régimen capitalista.

El imperialismo, fase superior del capitalismo

La acumulación y centralización de capitales tenía que llegar a un punto en que el capitalismo, sin dejar de ser tal y en base a sus propias leyes, sufriese una importante modificación en cuanto a la forma en que dichas leyes se abren paso. Esto ocurrió en la confluencia de los siglos XIX y XX: el capitalismo entró en su fase descendente, reaccionaria, en su última etapa que es el imperialismo. Tres son las particularidades de esta fase histórica especial del capitalismo:
1) Es capitalismo monopolista. “La sustitución de la libre competencia por el monopolio es el rasgo económico fundamental, la esencia del imperialismo” (1). El monopolismo se manifiesta en cinco formas principales: a) la concentración de la producción ha alcanzado el grado que da origen a las asociaciones monopolistas de capitalistas (cárteles, consorcios y trusts); b) situación monopolista de los grandes bancos, por la que unos pocos bancos gigantescos manejan toda la vida económica; c) el capital industrial se fusiona con el bancario, dando lugar al capital financiero, el cual destaca a la oligarquía financiera que lo posee como la fracción dominante de la clase burguesa; d) los cárteles internacionales dominan y se reparten las fuentes de materias primas y los mercados, y se los reparten “amigablemente”, mientras que la guerra no los reparta de nuevo. La exportación de mercancías cede en importancia ante la exportación de capitales “sobrantes” en tal o cual país; e) Ha terminado el reparto territorial del mundo entre las potencias imperialistas y sus colonias emprenden la lucha por la independencia económica y política.
2) Es capitalismo parasitario o en descomposición. En el régimen de la propiedad privada mercantil sobre los medios de producción, la generalización de los monopolios pone de manifiesto la tendencia a la descomposición en la que ha entrado el capitalismo. Desaparece la diferencia entre la burguesía imperialista republicana democrática y monárquica reaccionaria; “el capital financiero tiende a la dominación y no a la libertad”, el régimen burgués tiende a la reacción política en todos los campos; se forma un enorme sector de rentistas; crece la exportación de capital; el mundo “civilizado” (particularmente una capa privilegiada del proletariado de las potencias imperialistas) se convierte cada vez más en un parásito que vive sobre el cuerpo de centenares de millones de hombres de los pueblos no civilizados.
3) Es capitalismo agonizante, en transición hacia el socialismo porque el monopolio, que nace del capitalismo, y la gigantesca socialización del trabajo que supone significan ya su agonía, el comienzo de su tránsito al socialismo. “El excepcional grado de desarrollo que el capitalismo mundial ha alcanzado en general; el reemplazo de la libre competencia por el capitalismo monopolista; el hecho de que los bancos y consorcios capitalistas han preparado la maquinaria para la regulación social del proceso de producción y distribución de los productos; el crecimiento de los monopolios capitalistas que originan el alza del costo de la vida e incrementan la opresión de la clase obrera por los consorcios; los tremendos obstáculos que se interponen en las luchas económicas y políticas del proletariado; los horrores, la miseria, la ruina y la barbarie provocadas por la guerra imperialista; todos estos factores transforman la etapa actual del desarrollo capitalista, en la era de la revolución socialista proletaria.” (2)
“Porque el imperialismo lleva las contradicciones del capitalismo a su último límite, a su grado extremo, más allá del cual empieza la revolución.” (3)
capitalismo se destruye
Las tres contradicciones más importantes son:
La primera contradicción es la existente entre el trabajo y el capital. En la lucha contra la fuerza formidable de la oligarquía financiera, los métodos habituales de la clase obrera –los sindicatos y las cooperativas, los partidos parlamentarios y la lucha parlamentaria- siguen siendo a menudo necesarios, pero resultan absolutamente insuficientes. “Las condiciones objetivas plantean como tarea urgente la preparación, en todas las formas, del proletariado para la conquista del poder político, a fin de realizar las medidas económicas y políticas que son la esencia de la revolución socialista”(2).
La segunda contradicción es la existente entre los distintos grupos financieros y las distintas potencias imperialistas en su lucha por las fuentes de materias primas, por territorios ajenos. Esta lucha furiosa entraña como elemento inevitable las guerras imperialistas, guerras por la conquista de territorios ajenos. Esta circunstancia lleva al mutuo debilitamiento de los imperialistas, quebranta las posiciones del capitalismo en general, aproxima el momento de la revolución proletaria y hace de esta revolución una necesidad práctica.
La tercera contradicción es la existente entre un puñado de naciones ‘civilizadas’ dominantes y centenares de millones de habitantes de las colonias y de los países dependientes. Al explotar a esos países, el imperialismo se ve obligado a construir en ellos industrias, comunicaciones, comercio, etc. Esto conduce a la aparición de la clase de los proletarios, a la formación de una intelectualidad del país, al despertar de la conciencia nacional y al incremento del movimiento de liberación. Las colonias y los países dependientes se convierten así, de reservas del imperialismo, en reservas de la revolución proletaria.
La cuarta contradicción aparece desde el momento en que triunfa la revolución proletaria en algún lugar, y es la existente entre los países socialistas y los países capitalistas.

La revolución comunista

“Conforme disminuye progresivamente el número de magnates capitalistas que usurpan y monopolizan este proceso de transformación, crece la masa de miseria, de la opresión, del esclavizamiento, de la degeneración, de la explotación; pero crece también la rebeldía de la clase obrera, cada vez más numerosa y más disciplinada, más unida y más organizada por el mecanismo del mismo proceso capitalista de producción. El monopolio del capital se convierte en grillete del régimen de producción que ha crecido con él y bajo él. La centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo llegan a un punto en que se hacen incompatibles con su envoltura capitalista. Esta salta hecha añicos. Ha sonado la hora final de la propiedad privada capitalista. Los expropiadores son expropiados.” (4)
El nacimiento del capitalismo exigió la expropiación de la masa del pueblo por unos cuantos usurpadores. Su final sólo exigirá la expropiación de unos cuantos usurpadores por la masa del pueblo.
 “Por grandes que sean las dificultades que encuentre la revolución, cualesquiera sean los posibles fracasos pasajeros o los vaivenes contrarrevolucionarios que tenga que enfrentar, el triunfo definitivo del proletariado es inevitable.” (3)
Notas:
(1) “El imperialismo y la escisión del socialismo”. V.I. Lenin.
(2) “Materiales para la revisión del programa del Partido”. V.I. Lenin.
(3) “Fundamentos del leninismo”. J. V. Stalin.
(4) El Capital. Tendencia histórica

No hay comentarios:

Publicar un comentario