/Al-manar
El ejército del gobierno sirio ha tomado la iniciativa en el campo de batalla.
Ésta es la opinión del diario libanés al-Akhbar, que señala el panorama
militar ha cambiado totalmente a favor del gobierno desde principios
del pasado mes de diciembre.
Las tropas del ejército están atacando las zonas controladas por los
combatientes de la oposición en el sur y este de la provincia de
Damasco. La ofensiva se desarrolla también en varios puntos al norte de
Siria, en especial en áreas de las provincias de Alepo y Idleb, que
habían estado en manos de la oposición.
El ejército “tomó hace semanas la decisión de retirarse de puntos sin
valor militar y cuya preservación había demostrado ser costosa en
beneficio de otras posiciones más importantes por su valor simbólico o
su posición estratégica”, escribió el periódico en su edición del martes.
Según el periódico, estos datos han sido confirmados por fuentes de la
oposición siria, que en un pasado cercano habían pronosticado la caída
del régimen en el plazo de un mes y hoy adoptan un tono más triste, o
incluso pesimista.
Las milicias pro-Al Qaida pierden la batalla de Maarat Numan
Después de un asedio que duró dos meses, las milicias del Frente de
Nusra, vinculado a Al Qaida, y los milicianos del Ejército Sirio Libre
han anunciado su decisión de suspender sus ataques contra el campamento
del ejército regular de Wadi Deif en Maarat Numan, en la provincia de
Idleb, después de anunciar en varias ocasiones que lo habían ocupado.
Bautizada con el nombre de “edificación soldada”, esta operación
ha concluido con una derrota de los insurgentes sirios, hasta el punto
de que el campamento se convirtió en una verdadera tumba para ellos.
Según Arabs-Press, muchos líderes milicianos murieron en esta batalla,
incluyendo Mahmud al-Assaad y Abdulá Jatib, dos dirigentes locales del
Frente Nusra, que resultó el más afectado, según los observadores.
Los sitios de la insurgencia indican que ellos fueron traicionados por
otros dirigentes de la milicia, incluyendo Waddah Saramani, que les dejó
luchando solos frente a las fuerzas del gobierno después de haber
prometido a unirse a ellos. Lo mismo se aplica a otro líder de la
milicia, Jalaf Barud.
Ambos, según los sitios de la oposición, pertenecen a grupos salafistas
apoyados por un clérigo sirio, Sheij Abnan Arrur, que huyó a Arabia
Saudí. Este último, por su parte, ha acusado a las fuerzas del gobierno
de “infiltrarse en las filas de la revolución”.
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