Un aarticulo de Julio Castro .
Leo hoy las declaraciones de la delegada de Rajoy en Madrid, y me parece bochornoso que una que debiera manejar información fidedigna se lance a soltar falsedades manifiestas y mentiras elaboradas contra la población. Vale que ha asumido que no representa a la ciudadanía a la que debiera respetar. De acuerdo que no tiene ni pajolera idea de democracia y que así lo viene demostrando. Pero ocupar un cargo a la cabeza de la policía y las fuerzas represivas para soltar ciertas cosas, no sólo es ofensivo y despreciable, sino de tener muy poca vergüenza.
He formado parte del movimiento 15M durante meses (mientras el cuerpo lo permitió, que también está bien hacer relevos y sumar gente para apartarse un rato), y puedo asegurar que no hay ningún apoyo económico detrás. ¿Que hay organización, como dice? Claro, pero no detrás, sino dentro, es una organización en red. Asumo perfectamente que no esté capacitada para comprender dicha organización, ni, mucho menos, los fines democráticos que persigue la población de este país (es decir, 15M), porque sentarse en una poltrona sin haber pasado por la calle, y pretender conocer la democracia cuando siempre se ha montado a caballo del poder (es decir, desde su época universitaria, donde también la recuerdo, hasta hoy), no parece dar mucho pie al ejercicio de la misma: la gente, la población, ese pueblo que debe ejercer el poder,… siempre estaban al otro lado, nunca entre los suyos. Es como llamarse “popular” y pretender serlo. O como llamarse inteligente y ser límite. Digo para que se me entienda. Es el poder, que emboba a mucha gente, a algun@s más.
Y lanzar policías contra la gente también es fácil, basta con tenerlos a mano. Lo que no será tan fácil es que la mayoría de ellos la acaben de respetar con prácticas como las que vienen ocurriendo y como las que, al parecer, se avecinan, porque sólo demuestran que se carece de poder y de carácter, y, lo que es peor, de la más remota idea de cómo gestionar la convivencia sin los elementos de agresión. Igual esto sí que acaba por aprenderlo, pero ya en el banquillo.
Habida cuenta que los cuerpos policiales existen, hay que saber para qué están ahí. Desde luego no es “para mantener la convivencia”, que parece ser el fin último hoy día (y hace unos meses también). Porque el uso de la agresión contra la ciudadanía no es solución más que para una postura: la que se aplicó durante 40 años en este país. ¿Tal vez sea ese su objetivo? Quién sabe.
A mí sus mentiras me dan mucho asco, sobre todo porque esta habla de “extrema izquierda”, como si supiese siquiera lo que es izquierda moderada. Claro, si se miden distancias desde su posición, resulta que el centro le queda en el extremo: este es el viaje que fascistas como Fraga y sus sucesores de la escuela de Aznar han generado, el del inmovilismo para alguna gente y el del retorno para otra. Pero que vayan sabiendo que esas cosas sólo ocurren en sus cabezas y en su entorno inmediato, el resto abogamos por las libertades y la democracia, y luchamos por ello en donde debemos ejercer la democracia: en nuestras calles, que son nuestras, no de ella ni de su puñetera cohorte. Ya está bien, hostia.
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