10 de mayo de 2015
Por Fidel Castro Ruz

Pasado
mañana, 9 de mayo, se conmemorará el 70 aniversario de la Gran Guerra
Patria. Dada la diferencia de hora, cuando elaboro estas líneas, los
soldados y oficiales del Ejército de la Federación de Rusia llenos de
orgullo, estarán ejercitando en la Plaza Roja de Moscú con los rápidos y
marciales pasos que los caracterizan.
Lenin
fue un genial estratega revolucionario que no vaciló en asumir las
ideas de Marx y llevarlas a cabo en un país inmenso y solo en parte
industrializado, cuyo partido proletario se convirtió en el más radical y
audaz del planeta tras la mayor matanza que el capitalismo había
promovido en el mundo, donde por primera vez los tanques, las armas
automáticas, la aviación y los gases asfixiantes hicieron su aparición
en las guerras, y hasta un famoso cañón capaz de lanzar un pesado
proyectil a más de cien kilómetros hizo constar su participación en la
sangrienta contienda.
De
aquella matanza surgió la Liga de las Naciones, una institución que
debía preservar la paz y no logró siquiera impedir el avance acelerado
del colonialismo en África, gran parte de Asia, Oceanía, el Caribe,
Canadá, y un grosero neocolonialismo en América Latina.
Apenas
20 años después, otra espantosa guerra mundial se desató en Europa,
cuyo preámbulo fue la Guerra Civil en España, iniciada en 1936. Tras la
aplastante derrota nazi, las naciones cifraron sus esperanzas en la
Organización de las Naciones Unidas, que se esfuerza por crear la
cooperación que ponga fin a las agresiones y las guerras, donde los
países puedan preservar la paz, el desarrollo y la cooperación pacífica
de los Estados grandes y pequeños, ricos o pobres del planeta.
Millones
de científicos podrían, entre otras tareas, incrementar las
posibilidades de supervivencia de la especie humana, ya amenazada con la
escasez de agua y alimentos para miles de millones de personas en un
breve lapso de tiempo.
Somos
ya 7.300 millones los habitantes en el planeta. En el año 1800 solo
había 978 millones; esta cifra se elevó a 6 070 millones en el año 2000;
y en el 2050, según cálculos conservadores, habrá 10 mil millones.
Desde
luego, apenas se menciona que a Europa Occidental arriban embarcaciones
repletas de emigrantes que se transportan en cualquier objeto que
flote, un río de emigrantes africanos, del continente colonizado por los
europeos durante cientos de años.
Hace 23 años, en una Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo expresé: “Una
importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la
rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el
hombre.” No sabía entonces sin embargo cuan cerca estábamos de ello.
Al
conmemorarse el 70 aniversario de la Gran Guerra Patria, deseo hacer
constar nuestra profunda admiración por el heroico pueblo soviético que
prestó a la humanidad un colosal servicio.
Hoy
es posible la sólida alianza entre los pueblos de la Federación Rusa y
el Estado de más rápido avance económico del mundo: la República Popular
China; ambos países con su estrecha cooperación, su avanzada ciencia y
sus poderosos ejércitos y valientes soldados constituyen un escudo
poderoso de la paz y la seguridad mundial, a fin de que la vida de
nuestra especie pueda preservarse.
La
salud física y mental, y el espíritu de solidaridad son normas que
deben prevalecer, o el destino del ser humano, este que conocemos, se
perderá para siempre.
Los
27 millones de soviéticos que murieron en la Gran Guerra Patria, lo
hicieron también por la humanidad y por el derecho a pensar y a ser
socialistas, ser marxistas-leninistas, ser comunistas, y a salir de la
prehistoria.
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