Publicado en: 6. mayo, 2015
Hemos vuelto a la edad media con este pésimo y ultraconservador
gobierno, el siniestro gabinete, por no llamarle de otra forma más real y
al hilo de sus putrefactas actuaciones. Solo les falta recuperar el
derecho de pernada, aunque muchos de sus empresarios amigos y donantes
ya lo ejercen…
Por Francisco González Tejera
Todo tipo de homenajes a santos, Cristos
y vírgenes en las instituciones donde gobierna el PP, medallas de la
guardia civil, de la Legión, a cualquier estatua, nombramientos de
patrones de esto y de lo otro, solo falta que se busquen algún santo de
los robos y saqueos, ya estaríamos completos.
La imagen internacional que dan estos
próceres del miedo y el hambre infantil avergüenza al mundo, a toda
persona con un poco de cultura y educación para saber que esos objetos
inertes no se merecen esas pomposas distinciones, sobre todo cuando hay
millones de ciudadanos/as en una situación insostenible de miseria,
desempleo, desnutrición y todo tipo de carencias sociales de un estado
devastado, destruido a manos de un gobierno sátrapa y con fama de
corrupto en cada rincón del planeta.
Es una verdadera vergüenza que se
dediquen a tratar de agradar a la iglesia, mientras gran parte de la
ciudadanía no aguanta más, no puede más, no resiste más, generando que
miles de personas se estén quitando la vida, atemorizadas, huyendo de
las amenazas de la banca usurera, de los desahucios y otras estafas
premeditadas del régimen, quitarse la vida para dejar de ver a sus
hijos/as con carencias alimenticias gravísimas.
Hemos vuelto a la edad media con este
pésimo y ultraconservador gobierno, el siniestro gabinete, por no
llamarle de otra forma más real y al hilo de sus putrefactas
actuaciones. Solo les falta recuperar el derecho de pernada, aunque
muchos de sus empresarios amigos y donantes ya lo ejercen, ya lo llevan a
cabo a cambio de renovaciones de contratos y otras maniobras típicas de
personajes casposos, al mejor estilo de esa oligarquía asesina que se
enriqueció en la dictadura franquista, robando las propiedades de las
familias republicanas.
Ahora toca ignorar el inmenso
sufrimiento del pueblo, encomendarse a sus dioses, santos y vírgenes, la
oscuridad de su perversa escenografía sotánica, tan oscura y sangrienta
como la decoración de sus templos del golpe de pecho, de las peinetas,
de las comuniones y ostias por kilo, para luego ser perdonados por el
cura de turno, para constreñidos y oliendo a sahumerio, seguir haciendo
daño a millones de personas en toda España.
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