Por Pedro Antonio Honrubia Hurtado
Señor Eduardo A. García, agente de la Guardia Civil y autor de una carta abierta a Guillermo Toledo:
Usted
se ha retratado con sus comentarios y leyendo su carta solo puedo
sentir temor y miedo con la sola idea de que sea gente como usted la
encargada de velar por mi “seguridad” y, sobre todo, de ejercer de forma
legal el monopolio de la violencia en manos del estado. Una verdadera
pena, y un absoluto horror, que en la G.C. pervivan en activo personas
como usted, orgullosos sin el menor problema de su ideología poco o nada
respetuosa con aquellos que pensamos la sociedad y el mundo desde una
perspectiva de izquierdas, anti-imperalista, comunista, o similar,
obviamente muy diferente a su mencionada ideología, por decirlo
suavemente.
Atacando
a gobiernos que están a miles de kilómetros -de cuya realidad parece
tener una visión acorde a lo que los medios españoles le venden
como “real” y “único”-, usted demuestra que es cualquier cosa menos
neutral y objetivo.
Acusando a quienes defendemos a esos gobiernos de ir
contra la libertad y la democracia, la propiedad privada, y no sé
cuántas cosas más, usted demuestra que su concepción de las libertades y
la democracia, su respeto por la pluralidad ideológica, es, cuando
menos, estrecha o de baja intensidad. Y llamando “comediante
que se enfunda un chándal y lanza soflamas a diestro y siniestro,
quitando a la gente todo aquello por lo que luchó durante años, su
propiedad, su libertad, sus ideales, incluso su vida”, al presidente
legítimo de Venezuela, demuestra que su respeto por el pueblo que ha
elegido y votado a ese presidente está a la misma altura que su
concepción de dichas libertades, dicha democracia y dicho respeto del
pluralismo ideológico en el estado español.
Afortunadamente,
hemos de reconocerlo, el tema de la tortura en el estado español ya no
es algo generalizado y sistemático como norma, pero los informes de
A.I., los relatores de DDHH de la ONU, el Comité de prevención para la
tortura, y tantos otros, están ahí, y por más que quiera usted, el
gobierno, o cualquier otra persona o institución, no lo pueden ni negar
ni ocultar. Es una evidencia contra la que no pueden luchar sin quedar
retratados, al negarla, como cómplices, al menos morales o
intelectuales, de tales prácticas. Al igual que no pueden negar la
negativa sistemática de las diferentes administraciones competentes a
implantar los protocolos necesarios, recomendados por diferentes
organismos de DDHH, para la completa eliminación de estas prácticas
aberrantes, o negar, por reciente, la propia negativa del gobierno a
informar sobre los datos de tortura a los parlamentarios que se los
requieren.
Por
otro lado, cualquier “yonki” o ladronzuelo de medio pelo de los 80-90, y
sus familiares, saben de sobra cómo se las gastaban en las comisarías y
cuartelillos por esas fechas, no es necesario irse a hablar de ningunos
“gudaris” como a los que usted cita en su carta -tratando así de
desacreditar a Guillermo Toledo mezclando churras con merinas-, que por
supuesto es probado y demostrado que muchos de ellos y ellas fueron
torturados de las formas más brutales e inhumanas, y ocultarlo o negarlo
solo confirma la complicidad con dichas prácticas.
Igualmente, usted, sí, usted, cuando afirma que Guillermo Toledo quiere que
usted se convierta en “un arma de un gobierno que le quite a todos los
que no piensan como usted, sus derechos, sus esperanzas, su libertad”,
debe haber olvidado muchas cosas importantes, desde el papel desempeñado
por la Guardia Civil desde su creación hasta la muerte de Franco como
principal cuerpo represor del estado, a la propia realidad de hoy en
día, con las diferentes actuaciones que los CFSE vienen desempeñando en
asuntos como los desahucios, la represión de luchas obreras como las de
los mineros, las cargas en manifestaciones como las del 15-M o el 22-M,
la actuación en las fronteras de Ceuta y Melilla (en especial aquella
que acabó con la muerte de 15 personas hace poco más de un año,
¿recuerda?) o tantas otras del estilo. Que no son inventos de rojos, que
son hechos probados y documentados.
Ustedes, siento tener que decírselo,
ya son cómplices de un régimen que quita derechos y libertades a sus
conciudadanos, como por supuesto son cómplices de echar de sus casas a
cientos de miles de personas por desahucios y/o de apalear a quienes han
osado tratar de evitar tales prácticas aberrantes, entre otras muchas
cosas que podríamos citar. Tal vez sea algo que atente contra su
conciencia, no lo dudo, pero su papel actual en esos y muchos otros
temas, es el que es, le guste o no le guste. Ustedes podrán ser
bellísimas personas y hacer muchas labores dignas de elogio, pero otras
muchas, en este contexto actual, son cualquier cosa menos elogiables y
por supuesto son sustento necesario del mantemiento de un estado de
cosas que tiene a millones de personas en la pobreza, el desempleo, la
exclusión social y la miseria, a una misma vez que las desigualdades
sociales no dejan de aumentar día a día. Aunque le moleste tener que
aceptarlo, es la realidad.
Es
tan sencillo, además, como acudir a Youtube para comprobar que las
prácticas violentas de la policía española con manifesantes y
“disidentes” son inmensamente más frecuentes en España que en Cuba,
donde le costará encontrar una sola escena de violencia policial
reciente -haga la prueba-, o que en Venezuela, donde, por cierto, los
manifestantes y “conciudadanos” a los que usted defiende, atacaban con
AK47 y otros tipos de armas de fuego a sus compañeros policías de aquel
país, causando la muerte de ocho ellos en apenas un mes.
Esos
son los “angelitos” a los que usted defiende: los que tratan de
derrocar desde hace 15 años a un gobierno elegido en las urnas y de
forma totalmente democrática por la violencia y el golpe de estado (¿le
suena a usted la operación llamada “la salida”?, ¿o el golpe de estado
de 2002?, ¿le suena lo que denuncian los familiares de sus compañeros
muertos -entre otros inocentes- en las “guarimbas” de la oposición
durante el año pasado?, ¿le suenan las degollaciones de motoristas por
culpa de esa oposición cruzando cables de lado a lado de calle?, ¿o eso
no le interesa conocerlo?). Por sus palabras he de suponer que a usted
los derechos, las libertades y la democracia de quienes mayoritariamente
apoyan al gobierno venezolano y lo ratifican elección tras elección, le
dan igual.
Porque
para usted la democracia será que gobierne la derecha y solo la derecha
en aquellos países de América Latina que actualmente no están
gobernados por la derecha, aunque sea de forma ilegal y sin pasar por
las urnas y ganar unas elecciones, o, mejor, tal vez le inspire el
modelo Pinochet, no sé.
Denunciar
la existencia de torturas en España, por cierto, no los insulta ni los
denigra a ustedes como miembros de los CFSE, al revés, acabar con ella
por completo los dignficaría como profesionales y como personas, y, por
supuesto, reconocer su existencia durante décadas, con miles y miles de
víctimas en diferentes grados, es lo que se debe esperar de un verdadero
demócrata, no el corporativismo defensor, activo o pasivo, de tales
prácticas.
En
fin, lo dicho, usted se retrata solo con sus palabras. Siendo un agente
de los CFSE no debería hacer tan explícito su pensamiento político,
porque aquellos que apoyamos o, cuando menos, respetamos, a esos
gobiernos que usted denigra tan alegremente, aquellos que pensamos de
una manera igual o similar al compañero Willy Toledo, que somos
millones, no podemos más que tener la sensación de que para usted somos
ciudadanos de segunda y tener un lógico temor a poder caer en sus manos o
en las de alguien que piensa como usted en una manifestación o similar.
Si lo que usted quería era dignficar la labor de los CFSE, le puedo
asegurar que, para millones de personas, ha hecho justo lo contrario,
por más que haya otros muchos millones dispuestos a aplaudirle o
mostrarle su apoyo. Esos otros millones, claro, no deberán sentir temor
alguno por sus palabras, pero en lo que respecta a nosotros, pues eso. Y
tal vez haya olvidado que somos tan ciudadanos y tenemos tanto derecho a
ser respetados como aquellos.
Por
cierto, que nosotros también nos levantamos cada mañana a trabajar en
muchos y muy variados espacios, los que tenemos la suerte de tener
trabajo claro está -muchos no la tienen, entre otros esos a los que
luego ustedes ponen en la calle, sin el menor cargo de conciencia, por
no poder pagar la hipoteca de su casa, ya sabe-, y en muchos casos,
además, sin cobrar esos 1500 euros que usted cobra del sueldo que le
pagamos entre todos los ciudadanos -también quienes pensamos como Willy
Toledo-, en muchos casos cobrando la mitad o menos por trabajar jornadas
de 1o o 12 horas, a veces sin contrato ni ningún tipo de cobertura,
sirviéndole a usted el café o la copa, la comida, y tantas otras cosas.
Tal vez sería mejor que se preocupara más usted por acabar con
situaciones así, en lugar de pensar tanto en lo que ocurre a miles de
kilómetros de aquí. Porque conozco muchos casos así y ni un solo
empresario de los que abusan de esas situaciones denunciado públicamente
por ustedes, o carta abierta alguna al respecto.
Una
pena su carta, de verdad, y viendo, además, los comentarios de sus
supuestos compañeros al respecto de su carta en las redes sociales,
parece obvio que su pensamiento no es una excepción. Qué miedo. No puedo
dejar de sentirlo.
CARTA DE Eduardo A. García:
Sr. Guillermo Toledo Monsalve:
Hoy, como otros muchos días desde hace
27 años, me he levantado de la cama a las 5 de la mañana para venir a mi
puesto de trabajo. Me he levantado para, como soñé desde niño, ponerme
un uniforme, vigilar las calles, ayudar a la gente, evitar que
sufran…………….. Hoy, como otros muchos días,
me he levantado a las 5 de la mañana para llevar a mi casa 1500€, los
mismos 1500€ por los que muchos de esos a los que usted dice defender,
hasta hace cinco años, ni se levantaban de una silla.
Hoy, como otros muchos días desde hace 27 años, me he levantado de la cama, sabiendo que hay gente que me odia por el mero hecho de llevar un uniforme. Gente como usted, que sin tener la menor idea de lo que yo pienso y hago, me prejuzga y me calumnia, por la única razón, por la que lo hacen todos los de su calaña, que pienso diferente. Si, por pensar diferente, porque yo a diferencia de usted, pienso y creo en la democracia, pienso y creo en la justicia, pienso y creo que con mi trabajo ayudo a la gente a ser un poco menos infeliz. Porque para usted, justicia es que un “comediante” se enfunde un chándal y lance soflamas a diestro y siniestro, quitando a la gente todo aquello por lo que luchó durante años, su propiedad, su libertad, sus ideales, incluso su vida; para mí justicia es la presunción de inocencia, el derecho a un juicio justo, el derecho de defensa, el derecho a la propiedad privada, que la prosperidad se consiga con esfuerzo, todo eso que niegan a sus conciudadanos, los estados a los que usted llama democráticos.
Hoy, como otros muchos días desde hace 27 años, me he levantado de la cama, sabiendo que hay gente que me odia por el mero hecho de llevar un uniforme. Gente como usted, que sin tener la menor idea de lo que yo pienso y hago, me prejuzga y me calumnia, por la única razón, por la que lo hacen todos los de su calaña, que pienso diferente. Si, por pensar diferente, porque yo a diferencia de usted, pienso y creo en la democracia, pienso y creo en la justicia, pienso y creo que con mi trabajo ayudo a la gente a ser un poco menos infeliz. Porque para usted, justicia es que un “comediante” se enfunde un chándal y lance soflamas a diestro y siniestro, quitando a la gente todo aquello por lo que luchó durante años, su propiedad, su libertad, sus ideales, incluso su vida; para mí justicia es la presunción de inocencia, el derecho a un juicio justo, el derecho de defensa, el derecho a la propiedad privada, que la prosperidad se consiga con esfuerzo, todo eso que niegan a sus conciudadanos, los estados a los que usted llama democráticos.
Hoy, como otros muchos días desde hace 27 años, me he levantado de la cama con una nueva polémica, con mis compañeros encendidos de rabia, porque un actor metido a político les ha difamado, les ha calumniado. Yo no voy a hacer lo mismo, ni siquiera voy a caer en algún chiste fácil sobre su profesión, desconozco si usted fuma, y en caso que lo haga, que tipo de hierba o sustancia inhala, pero desde luego, debe ser muy dañina para el cerebro, para creerse sus propias palabras. Los policías españoles no torturamos a nadie, no usamos de forma sistemática la agresión física, eso son solo afirmaciones que de forma sistemática y dirigida, usan hace años los miembros de un grupo terrorista que usted llama “gudaris”, para intentar socavar la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad. Y con esto no digo, que la democracia sea perfecta, ni niego que existan episodios de exceso de celo, de uso inapropiado de la fuerza durante nuestras actuaciones, pero esas disfunciones, esas muestras de mala praxis, son minoritarias, son perseguidas y reprimidas por nosotros mismos, porque nosotros los policías, los Guardias Civiles, somos los primeros defensores de la justicia y la democracia de este país, y por tanto los primeros interesados en sacar de nuestras filas a aquellos que no son fieles a los juramentos que hicimos en nuestras “entregas de despachos”.
Hoy, como otros muchos días desde hace 27 años, me he levantado de la cama con la esperanza de ver un país cada vez más justo, y con la zozobra de pensar que hay gente como usted, que quiere quitarme la libertad, los derechos, o mejor pensado……. gente como usted, que quiere que yo me convierta en un arma de un gobierno que le quite a todos los que no piensan como usted, sus derechos, sus esperanzas, su libertad…………….
Esta sociedad no es perfecta, esta democracia no es perfecta, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no son perfectas, la Guardia Civil no es perfecta, yo no soy perfecto, pero prefiero un millón de veces las imperfecciones de los 200.000 miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de mi España, de los que mueren por los demas en Orzan, en Vigo, en San Sebastian, en el Cruce de La Albericia (Santander), en Vic, que las de todos aquellos que usted defiende y jalea, que solo usan la demagogia, el poder y la violencia, para llenarse los bolsillo, y quitarle las esperanzas a sus conciudadanos.
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