Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 20 de marzo de 2015.
Este artículo denuncia las
posturas neoliberales negativistas del cambio climático que hoy están
dominando el partido republicano de EEUU. Hace tambien referencia a
voces neoliberales españolas que reproducen tales posturas.
Uno de los acontecimientos que están
afectando más notablemente el bienestar de las poblaciones hoy en el
mundo es el cambio climático, una situación que ha sido creada por
intervención humana. La evidencia científica de que esto es así es
abrumadora, lo cual no es obstáculo para que las fuerzas neoliberales
–muchas de ellas son las mismas que niegan que la Gran Recesión ha sido
causada por la imposición de sus políticas económicas neoliberales-
nieguen que estamos en medio de un cambio climático y/o que este haya
sido resultado de la acción humana en su búsqueda sin límites de la
optimización de los intereses económicos y financieros de las grandes
empresas transnacionales a nivel mundial.
Una de estas fuerzas políticas es el
Partido Libertario de EEUU, hoy muy influyente en el movimiento de
ultraderecha estadounidense, el Tea Party, a su vez muy exitoso en la
configuración de muchas de las políticas públicas más retrógradas del
Partido Republicano de aquel país, partido que controla hoy el Senado y
la Cámara Baja del Gobierno Federal de EEUU. Su negativismo y completa
impermeabilidad a la evidencia científica está alcanzando niveles
altamente preocupantes. Y debido a las grandes cajas de resonancia que
le ofrecen los mayores medios de información controlados o próximos a
aquellos intereses económicos y financieros transnacionales, esta visión
se está extendiendo en EEUU. Uno de los casos más conocidos es Florida,
uno de los Estados donde hay mayor influencia de la cultura hispánica
debido en gran parte a la comunidad cubana procedente del exilio.

En la parte sur de Florida el nivel del
mar crecerá en las próximas décadas 0.6 metros, creando grandes
inundaciones, con un coste que se calcula puede alcanzar miles de
millones de dólares. Miami es una de las ciudades más afectadas en esta
nueva situación. A pesar de ello, la respuesta del Partido Republicano
gobernante en ese Estado ha sido no solo ignorar este peligro, sino
también negar un cambio climático. Según el Florida Center for
Investigative Reporting, el gobernador republicano Rick Scott ha
desalentado a los empleados del Departamento de Protección Ambiental de
su gobierno que utilicen en los informes expresiones como “cambio
climático” o “global warming” (calentamiento global), pues las
consideran alarmistas. El que fue jefe de la Oficina Legal de tal
departamento en un gobierno anterior, el Sr. Christopher Byrd, ha
denunciado esta censura, que se está generalizando en otros Estados
también. El Estado de Carolina del Norte, con dominio conservador
neoliberal de su cámara legislativa (muy influenciada por intereses
inmobiliarios) ha pasado una ley que prohíbe que se haga referencia en
cualquier documento oficial del Estado al aumento del nivel del mar en
las zonas costeras, y ello a pesar de que una Comisión sobre Recursos en
las Zonas Costeras (perteneciente al propio Estado) ha predicho un
aumento de 1 metro (para el final de este siglo) en tales zonas.
El fanatismo de los negacionistas
Y este negativismo ha alcanzado unos
niveles de carácter casi religioso. Existe una campaña, liderada por el
movimiento libertario y su Tea Party, de que los Estados pasen leyes que
prohíban referencias en los libros de texto de las escuelas al cambio
climático y al impacto que las actividades humanas tienen en tal cambio.
El Estado de Carolina del Sur ha aprobado una norma en este sentido. En
otros Estados, como en Kentucky y en Virginia del Norte, los
gobernadores intentaron aplicar normas semejantes, que tuvieron que
retirar como consecuencia de una protesta popular generalizada (ver Zoe
Carpenter “Conservatives Have a Plan for Climate Change: Pretend it
Doesn’t Exist”, The Nation, 09.03.15).
Es interesante señalar que en muchos de
estos Estados ha habido movilizaciones populares de protesta frente a
este negativismo y pasividad de las autoridades públicas frente al
impacto negativo del cambio climático, exigiéndole que tomen medidas
para prevenir o disminuir el daño, cosa que ha puesto a la defensiva a
tales fuerzas reaccionarias, que han tenido que adoptar unas posturas
menos negativistas y más escépticas, señalando que “la evidencia
científica existente no es todavía concluyente”, frase utilizada por la
dirección del Partido Republicano en el Congreso y en el Senado de EEUU.
Tanto el dirigente republicano en el Senado Mitch McConnell, como el
dirigente en la Cámara Baja John Boehner, han cambiado su discurso
pasando de una oposición con negativa frontal a un escepticismo más
elaborado, sin cambiar, sin embargo, su oposición a las propuestas
legislativas que podrían disminuir el daño causado por tal efecto.
En España, incluyendo en Catalunya, nos
encontramos con una situación que, aun cuando es distinta a la de EEUU,
tiene, sin embargo, elementos comunes. Los mismos portavoces
neoliberales que tienen gran prominencia en los fórums económicos de los
medios privados y públicos de información y persuasión, como TV3 y
Catalunya Ràdio, se han opuesto a las tesis ambientalistas de cambio
climático, negando que, incluso en caso de que tal cambio existiera,
este habría sido causado por intervenciones humanas, rechazando que las
grandes empresas petrolíferas, por ejemplo, entre otras, hayan
contribuido al deterioro climático.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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