El
día 26 de Septiembre hacia las 18 horas de la tarde las trabajadoras de
la empresa de limpieza Ferrovial se aglomeraban en el salón de actos
del Hospital 12 de Octubre ante la necesidad de valorar y decidir sobre
el futuro de la huelga tras ponerse encima de la mesa una nueva
propuesta, esta vez, planteada por la Inspección de Trabajo a diferencia
de la planteada el día anterior por parte de la empresa, que fue
rechazada tanto por no cumplir con las reivindicaciones de la plantilla
como por la nula credibilidad que la empresa tiene entre las
trabajadoras.
Fuimos avisados unas horas antes de tal
acontecimiento a fin de que pudiésemos participar de nuevo en la
Asamblea. Lo que allí vivimos fue en pocas palabras “el triunfo de la
plantilla sobre una empresa embustera e inmovilista gracias a la firmeza
de su lucha y la unidad en los momentos más difíciles”. Gracias a cinco
días de huelga, a soportar día y noche la dureza de la lucha sostenida,
al ímpetu que se obtiene de la justeza de lo que todas ellas defendían,
la Inspección de Trabajo se vio forzada en una reunión mantenida por la
mañana entre Empresa, Comité de las trabajadoras e Inspección, a
intervenir mediante la siguiente propuesta de solución al conflicto
laboral: Recolocación en otros centros de las siete personas reubicadas
en el 12 de Octubre una vez firmado el ERTE, dos con carácter inmediato y
el resto en un plazo máximo de dos meses (de tal manera que ninguna
pudiese agarrarse a la antigüedad) así como la garantía de que ninguna
sanción caería sobre las huelguistas.
Tras
un intercambio arduo para aclarar la propuesta a fin de no dejar flecos
sueltos y tener atados todos los cabos, el Comité expuso su afinidad
con esta propuesta pero reiterando de forma convincente y sincera que la
decisión recaía en la plantilla y seguirían defendiendo exclusivamente
los intereses de las trabajadoras a las que representan.
Mayoritariamente las intervenciones destacaron que la nueva propuesta
tenía un carácter diferente al venir de la Inspección y no de la
empresa, que era evidente que la empresa no pensaba mover un ápice y la
huelga estaba ya al máximo de su rendimiento y que sería arriesgado
proseguir la misma sin la seguridad de poder mantener una intensidad tan
alta lo que sería aprovechado, tal vez, por la empresa para plantear
una propuesta menos favorable para las trabajadoras (y además sin la
Inspección ya de por medio como elemento de presión hacia la empresa).
Tales conclusiones hicieron que a la
hora de la votación el “Sí” a poner fin a la Huelga viendo que el
objetivo había sido conseguido casi en su totalidad (con el matiz de que
se pretendía que saliesen las siete trabajadoras de forma inmediata a
otros centros, cosa que no se ha logrado de forma plena, tal y como
hemos descrito más arriba en la propuesta aceptada) a través de una
huelga valiente, consecuente, rebosante de unidad y compromiso, de
orgullo y aguante, de sonrisas y lágrimas.
Ferrovial ha podido comprobar que sus
trabajadoras no se agachan ante los abusos, que la dignidad no se
negocia, que sindicatos y trabajadoras van de la mano y que la apuesta
ante los atropellos es “luchar, luchar, luchar y volver a luchar”.
La
asamblea terminó con un estruendoso aplauso, con abrazos y cánticos,
con el sabor que deja vencer a los que nos explotan un pulso tan
importante, con la seguridad de que hay una plantilla unida y valiente
que sabe quién es su gente, sus compañeras, su clase y que, además, nos
han acogido en la intimidad de su huelga como uno más a pesar de no ser
compañeros estrictamente hablando. Cada aplauso que se empeñaron en
dedicarnos es para ellas, cada sonrisa la han dibujado con su fortaleza y
cada abrazo nos dejó aún más claro que cuando estamos la clase obrera
está unida puede llegar hasta donde se proponga.
¡LAS TRABAJADORAS MANDAN! ¡LA HUELGA VENCE!
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