El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, admitió este lunes que las
tropas regulares avanzaron más allá de la línea controlada en el sureste
del país hasta el 5 de septiembre, cuando fue concertada la tregua con
las milicias populares antifascistas.
Poroshenko dijo abiertamente que las unidades de Kiev recuperaron las
posiciones perdidas a finales de agosto, tras una contraofensiva de las
milicias en el territorio del Donbass.
Según el gobernante, la línea de defensa será levantada a todo lo largo
del río Kalmius (desde Donetsk a Mariupol), e insistió en que el
territorio ocupado por las fuerzas ucranianas es mayor, comparado a las
posiciones que tenían el 5 de septiembre.
Las afirmaciones de Poroshenko ante medios locales de prensa
corroboraron las denuncias de los dirigentes de Donetsk y Lugansk sobre
una reagrupación de las unidades regulares, bajo la cortina del acuerdo
de alto al fuego, firmado en Minsk esa fecha, con el auspicio del Grupo
de Contacto, incluida Rusia.
Como tendencia general, las partes observan el cese de las hostilidades a
gran escala, pero no cesan los descargas de artillería pesada y
ametrallamientos en dirección a zonas residenciales de la región de
Donetsk, según reportajes del Primer canal de la televisión rusa.
Escaramuzas se reportaron en uno de los puestos de control de los
milicianos en la zona del puente de Putilovsk, en Andeevka y en los
alrededores del aeropuerto controlado por las fuerzas de Kiev, en el
Donbass.
El copresidente del Frente Popular por Novarossiaya y exdirigente de la
proclamada República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, adjudicó la
violación de la tregua a los comandos del fascista Sector Derecho y a
los batallones de la Guardia Nacional, afirmó.
Opinó que también los oligarcas no están interesados en la tregua y en
un arreglo pacífico del conflicto, y mencionó al magnate Igor Kolomoiski
como el más ferviente opositor al proceso de paz en el sureste del
país. Kolomoiski financió los batallones Azov y Aidar, del Donbass que
luchan contra los milicianos.
Luego de ser criticado por sectores del llamado partido de la guerra a
raíz de la ley sobre el estatus especial del Donbass, y tildado de
traidor, Poroshenko aseguró que no entregará los territorios controlados
por las repúblicas de Donetsk y Lugansk, considerándolos ucranianos.
De otro lado, el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa,
Andrei Lysenko, comunicó este lunes en rueda de prensa que el Ejército
se prepara para el repliegue del armamento pesado a 15 kilómetros de la
zona de contacto, en cumplimiento a uno de los puntos de los acuerdos de
Minsk, del sábado pasado.
Aclaró Lysenko que no todo el armamento será removido hacia esa
distancia estipulada en el Protocolo de Minsk, pues no abandonaremos los
puntos defensivos. Todo se queda en los lugares, indicó.
El segundo memorando de Minsk, del 20 de septiembre, contempló la
retirada del armamento de grueso calibre en una zona de contacto de 30
kilómetros, 15 para ambas partes en conflicto, la prohibición de vuelos
de la aviación de combate y el minado en la zona de seguridad.
Un quinto canje de prisioneros entre el ejército ucraniano y las
autodefensas tuvo lugar en la madrugada del lunes en la localidad de
Konstantinovka, unos 30 kilómetros de Donetsk, en el formato “28 por
28″.
Para el miércoles, las partes se comprometieron a otro intercambio en el
mismo sitio, a dos kilómetros de las posiciones de las milicias.
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