El parlamento iraquí dio un voto de confianza, el 9
de septiembre de 2014, al nuevo gobierno de Haidar al-Abadi. Este último
recibió de inmediato las felicitaciones del presidente de
Estados Unidos Barack Obama y del vicepresidente Joe Biden, quienes le
telefonearon expresamente desde Washington.
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En Irak, la función de presidente se reserva tradicionalmente a un kurdo y el cargo de primer ministro se concede a un chiita.En noviembre de 2013, el entonces primer ministro saliente, Nuri al-Maliki, quien acababa de ganar las elecciones realizadas en abril, desafió a Washington al firmar con Teherán un acuerdo que prevé la compra de armamento iraní, a pesar del embargo estadounidense contra Irán.
Desde el inicio de la ofensiva del Emirato Islámico en Irak, a fines de diciembre de 2013, Estados Unidos señaló a al-Maliki como responsable de la desbandada del ejército iraquí. Se desató entonces una intensa campaña de prensa que cuestionaba la política de al-Maliki, calificándola de discriminatoria contra los sunnitas y los kurdos.
Al ser electo por la Cámara por mayoría calificada, el 24 de julio de 2014, el nuevo presidente de Irak, Fuad Masum –un kurdo miembro del UPK, el partido del clan Talabani, y miembro de la Internacional Socialista–, decidió designar como primer ministro a Haidar al-Abadi a pesar de que la Constitución lo obligaba a designar a Nuri al-Maliki, por ser este el líder del principal bloque de la Cámara (artículo 73 de la Constitución de Irak).
Cuando al-Maliki trató de imponer el respeto de la Constitución por la fuerza, Irán lo abandonó. El Guía de la Revolución, ayatola Ali Khamenei, expresó públicamente su respaldo a Haidar al-Abadi. Se produjo entonces una desbandada en el seno del partido chiita iraquí Dawa, que abandonó a su vez a Nuri al-Maliki y aceptó presentar a Haidar al-Abadi para el puesto de primer ministro.
En este caso, Washington pisoteó las reglas de la democracia: forzó a la dimisión al primer ministro, que había ganado las elecciones de abril de 2013, y gracias a un acuerdo con Irán –acuerdo cuyo contenido se ha mantenido en secreto– impuso un nuevo primer ministro que responde a sus intereses.
Así que mañana, 10 de septiembre, el presidente Obama podrá anunciar su plan de acción contra el Emirato Islámico en Irak.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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