La Corte
Internacional de Justicia en su dictamen de julio de 2004 dejó
claramente establecido que Israel es Estado ocupante, que es el Estado
de Israel el que se apropió de tierras que no le pertenecen, que es ese
Estado el que se apropió de otros bienes palestinos, incluyendo el robo
en gran escala de las tierras.
Desde
la perspectiva del Derecho internacional vigente, Israel es el Estado
colonialista que somete al pueblo palestino a una brutal colonización y
despojo cínico de sus recursos naturales. Esto, sin hablar del saqueo
abierto de los recursos del mar, de la política de apartheid, de la
humillación cotidiana a la que somete a niños, jóvenes, ancianos,
mujeres embarazadas, palestinos y otras gravísimas conductas delictivas
internacionales.
La Corte
internacional de Justicia condenó explícitamente en el 2004, la
construcción del muro de la vergüenza y ordenando a Israel su
destrucción.
El Estado de
Israel y sus autoridades, no solo no acataron las leyes
internacionales, no solo se burlaron de la Corte Internacional de
Justicia, sino que continúan, violándolas en forma impune.
Un punto debe quedar clarísimo, y esto según el Derecho internacional: No es Palestina la que ocupa territorio de Israel, ES ISRAEL EL ESTADO COLONIALISTA Y OPRESOR[1].
La misma Corte Internacional de Justicia señaló claramente a Israel como responsable de las “colonias instaladas por Israel en violación del Derecho Internacional en el territorio palestino ocupado”.
En el párrafo 78 de su decisión de 2004, la Corte Internacional de Justicia señaló sin ambigüedades que “según
el Derecho internacional consuetudinario… un territorio es considerado
ocupado cuando se encuentra bajo la autoridad de fuerzas enemigas….Los
territorios situados entre la Línea Verde y la antigua frontera oriental
de Palestina bajo mandato, fueron ocupados por Israel en 1967 en el
curso del conflicto armado con Jordania. Según el Derecho
internacional consuetudinario se trata, en consecuencia, de territorios
ocupados…el conjunto de estos territorios continúan ocupados (por Israel)[2].
El Estado
de Israel y sus autoridades, son las responsables del estado anterior y
actual porque provocadas por la ocupación del territorio palestino y por
el saqueo de sus recursos y riquezas. Y esto, claramente, en violación
abierta de toda normativa internacional.
Recientemente,
hace días, el Primer ministro Netanyahu, ordenó el bombardeo
indiscriminado de la población civil, con su cohorte de asesinato de
niños palestinos, de mujeres y personas mayores, el ataque a ciudades
civiles, el uso desproporcionado de la fuerza militar y armada, la
utilización desmedida de armas frente a una población que carece de una
capacidad de respuesta. Podemos enumerar varios otros actos de verdadera
barbarie.
Recordemos a
este respecto los crímenes internacionales ordenados y cometidos por
Ariel Sharon en el Líbano en 1982. Recordemos los crímenes en masa
perpetrados por Israel contra la población civil del Líbano en el 2006,
el asesinato de niños, de jóvenes, la utilización de armas prohibidas
como el fósforo blanco y uranio empobrecido contra la población civil,
la utilización indiscriminada de las “bombas chocolates” para atraer la
atención de los niños.
Estos actos,
incluyendo los actuales contra Palestina, indiscutiblemente según las
Convenciones de Ginebra y según el Estatuto de la Corte Penal
Internacional, constituyen crímenes internacionales. La indiferencia
de los tradicionales “maestros y defensores de los derechos humanos”
como la Unión Europea y los Estados Unidos ante estos crímenes
repugnantes, no sólo es indignante, sino que constituye un acto de
complicidad directa.
La única paz
posible requiere el retiro inmediato e incondicional del Estado de
Israel del territorio palestino según las fronteras de 1967.
Asimismo, el
Estado de Israel debe reconocer sin más demora, y sin condición alguna,
ajustando su conducta a la ley internacional, la existencia de dos
Estados, no de un batustán al estilo sistema criminal de apartheid
sudafricano.
Hasta tanto el Estado de Israel siga colonizando y robando tierras palestinas, ninguna paz será posible.
Es hora que
los gobiernos democráticos de la región, el MERCOSUR, la UNASUR, ALBA,
OEA, tomen medidas coherentes y acordes con la gravedad de los crímenes
israelíes. Es tiempo de acabar con este sistema de impunidad estatal y
juzgar a los responsables de estos aberrantes crímenes de lesa
humanidad.
[1]
. Véase, Resolución 237 del Consejo de Seguridad de junio de 1967,
Resolución 271 de setiembre de 1969, Resolución 446 de marzo de 1979,
Resolución 681 de diciembre de 1990. Igualmente Resolución s 56/60 y 58/97 de la Asamblea General de la ONU. Ninguna
fue acatada por Israel que contó y sigue contando con la garantía de la
impunidad absoluta que le brindan los gobiernos norteamericanos y
actualmente Obama.
[2] . Ver párrafos 75 a 77 de la decisión de la Corte Internacional de Justicia de 2004.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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