02 de Junio de 2014
Análisis de la nueva geoestrategia de EEUU que tendría como
objetivo confeso lograr la total rusodependencia energética china.
Según la Agencia Internacional
de Energía (AIE), la producción de petróleo en Rusia alcanzó su máximo
histórico (11,41 millones de barriles diarios) en el año 1988 cuando
todavía formaba parte de la Unión Soviética, pero tras el declive
provocado por la crisis económica del 2008, la producción ha ido in
crescendo. Así, según el diario ruso Vedomosti, la producción petrolera
rusa se incrementó un 1,3 % en el 2013 hasta alcanzar los 10,59 millones
de barriles por día (bpd) y el principal motor para el alza fue el
nuevo campo petrolero Vankor, que desarrolla Rosneft, la mayor
productora petrolera del país. Éste alcanzó una producción de 18,3
millones de toneladas en el 2013 y espera alcanzar los 25 millones de Tm
en el 2014, lo que le convierte en la principal fuente de la
exportación rusa por oleoducto a China (conexión Siberia Oriental-Océano
Pacífico (ESPO) y asimismo, los suministros de crudo ruso, conocido en
los mercados internacionales como ESPO,
podrían convertirse en un referente de precios regionales
(principalmente para China, Japón y Corea del Sur ) a partir de 2015 y
pasar a ser el estándar absoluto del mercado mundial, sustituyendo a los
actuales petróleos de referencia (Brent y Texas), lo que incrementaría
los beneficios de las petroleras rusas.
Putin habría iniciado además una política de
diversificación de las ventas energéticas para no depender en exclusiva
de la UE, pues la estructura económica rusa controla solo 2,5% de las
exportaciones mundiales y adolece de una excesiva dependencia de las
exportaciones de gas y petróleo ( el 70 % de los ingresos provienen de
estas vías), la devaluación del rublo respecto al dólar ( un 20% desde
que comenzara la crisis de Ucrania) , una inflación galopante (7% en
marzo del 2014) y un severo recorte de los Superávits ( un exiguo 0,3%
del PIB en el 2014) y la obsoleta planificación estatal, pues el
complejo militar,los proyectos espaciales y las subvenciones a la
agricultura siguen acaparando la mayoría del presupuesto ruso condenando
a la inanición financiera a la industria ligera y la producción de
alimentos.
Así, según la agencia Reuters, Rusia y China habrían
sellado un estratosférico contrato petrolero que se convierte en uno de
los mayores de la historia de la industria energética por el que la
empresa rusa Rosneft, (la mayor petrolera del país), suministrará
petróleo al gigante asiático durante 25 años por valor de 270.000
millones de dólares (unos 205.000 millones de euros) lo que aunado con
el megacontrato gasístico firmado por la rusa Gazprom y la china CNPC
por el que Rusia suministrará al país asiático 38.000 milones de metros
cúbicos de gas natural por un monto aproximado de 400.000 millones $ y
con una vigencia de 30 años a través del gaseoducto Sila Sibiri (La
Fuerza de Siberia), sentaría las bases económicas de la futura Unión
EuroAsiática que iniciará su singladura el 1 de enero del 2015 como
alternativa económica y militar al proyecto de Obama de crear una
Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), pieza central
de EEUU en su política de reafirmación del poder económico y militar en
la región del Pacífico, aunado con una posible ofensiva ruso-china junto
con los demás países BRICS para cambiar de patrón monetario mundial y
sustituir el papel del dólar como moneda de referencia.
China, por su parte, habría asumido el reto de
construir un nuevo canal en Nicaragua (Gran Canal Interoceánico) similar
al canal del istmo de Kra que tiene proyectado entre Tailandia y
Birmania para sortear el estrecho de Malaca, convertido “de facto” en
una vía marítima saturada y afectada por ataques de piratas e inauguró
en el 2010 el gasoducto que une a China con Turkmenistán y que rodea a
Rusia para evitar su total rusodependencia energética al tiempo que
diversifica sus compras Así, México apuesta por duplicar sus
exportaciones de petróleo hacia China y aumentar los embarques hacia la
India en el 2014, con el objetivo de lograr que 1/5 de los 1,1 millones
de bpd que exporta México sean destinadas a mercados asiáticos y la
petrolera estatal venezolana Pdvsa intenta redireccionar sus
exportaciones hacia China e India para suplir la drástica reducción de
ventas de crudo a EEUU. Así, el acuerdo chino-venezolano por el que la
empresa petro-química estatal china Sinopec invertirá 14.000 millones de
dólares para lograr una producción diaria de petróleo en 200.000
barriles diarios de crudo en la Faja Petrolífera del Orinoco,
(considerado el yacimiento petrolero más abundante del mundo), sería un
misil en la línea de flotación de la geopolítica global de EEUU (cuyo
objetivo inequívoco sería secar las fuentes energéticas de China), por
lo que tras el golpe de mano del Ejército en Tailandia, asistiremos a
sendos golpes de mano de la CIA en Venezuela y Nicaragua para
defenestrar a Maduro y Ortega.
Triunfo de las tesis de Brzezinski sobre las de Kissinger
La “doctrina Kissinger” abogaba por la implementación
del G-2 (EEUU y China) como árbitros mundiales. Así, en un artículo
publicado por el New York Times, titulado “La ocasión para un nuevo
orden mundial”, Kissinger considera ya a China una gran potencia (felow
superpower), desaconseja el proteccionismo o tratar a China como enemigo
(lo que llegaría a convertirla en verdadero enemigo) y pide que se
eleven a un nuevo nivel las relaciones entre Estados Unidos y China
sobre la base del concepto de destino común,( siguiendo el modelo de la
relación trasatlántica tras la segunda guerra mundial), con lo que
asistiríamos a la entronización de la Ruta Pacífica (América-Asia) como
primer eje comercial mundial en detrimento de la Ruta atlántica
(América- Europa).
Sin embargo, el objetivo inequívoco de Brzezinski,
ex-asesor de Carter y cerebro geopolítico de la Casa Blanca, sería la
confrontación con la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS),
fundada en 2001 por los Cinco de Shanghai (China, Rusia, Kazajistán,
Kirgistán, Tajikistán) más Uzbekistán y convertida junto con los países
del ALBA e Irán en el núcleo duro de la resistencia a la hegemonía
mundial de Estados Unidos y Gran Bretaña, teniendo al Tibet y a Xinjiang
como escenarios para sus operaciones desestabilizadoras (el Turquestán
oriental o Xinjiang (“Nueva Frontera”), fue incorporado al imperio chino
en el siglo XVIII y representa el 17% de la superficie terrestre del
país y el 2% de su población).
La etnia uigur de Xinjiang (de origen turco-mongol y
con un total de 8.5 millones de habitantes), conserva características
étnicas e islámicas que les situarían muy próxima a sus parientes de
Asia central y Turquía, por lo que sería el caldo de cultivo ideal para
implementar la estrategia brzezinskiniana del “choque de
civilizaciones”, consistente en lograr la balcanización de China y su
confrontación con el Islam (cerca de 1.500 millones de seguidores) así
como secar sus fuentes de petróleo de los países islámicos del Asia
Central. Así, según F. William Engdahl, en el artículo titulado “La
agenda oculta tras la violencia en Xinjiang” y reproducido por China
Daily en el 2009 varios de los más importantes gasoductos de China pasan
por Xinjiang en procedencia de Kazajstán, Turkmenistán, Uzbekistán y
Rusia, lo que explicaría la importancia estratégica de dicha provincia
dentro de la estrategia brzezinskiniana de lograr la total
rusodependencia energética china para en una fase posterior acabar
enfrentándolas entre sí y finalmente someterlas e implementar el nuevo
orden mundial bajo la égida anglo-judío-estadounidense.
Germán Gorraiz López-Analista
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