La población mundial se ubica en 7.200 millones personas, de esta cifra el 1% es dueña de por lo menos el 40% de la riqueza del mundo, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Expertos del Foro Económico Mundial en la presentación del Informe sobre Riesgos Globales 2014, el pasado 10 de marzo en la ciudad de Madrid, señalaron que la brecha crónica entre los ingresos de los ciudadanos más ricos y los más pobres se sigue acrecentando, y que esta situación junto a los desastres naturales representa el riesgo con mayor probabilidad de causar graves perjuicios a escala mundial en la próxima década.
Por su parte, el Comité de Oxford para la lucha contra el hambre (Oxfam), organización fundada en 1942, reveló que actualmente las 67 personas más ricas del mundo son dueñas de activos con un valor que asciende a 110 billones de dólares, una cifra 65 veces mayor que la riqueza total que posee la mitad de la población mundial (3500 millones de personas).
Oxfam en el año 2013 en su informe anual denunciaban que “Una pequeña élite que podría caber en un vagón de tren acumula la misma riqueza que la mitad de la población más pobre del planeta”, en la presentación del reporte registraban que los “85 individuos más ricos acumulaban la riqueza”.
Barbara Stocking, ejecutiva del comité Oxfam, advirtió que “Este tipo de extrema riqueza es económicamente ineficiente, políticamente corrosiva, provoca división social y ambientalmente es destructiva”.
Ahora, la riqueza se ha concentrado en menos manos, la desigualdad económica de la sociedad sigue ascendiendo y la fortuna de los más ricos del mundo ha ido aumentado dramáticamente.
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