Zarzuelo Cabañas
…y tras el 15M y con el 15M
vinieron las asambleas, las marchas, el 15J, el 15O, y las marcha de
los mineros, la marea verde, la marea blanca, la marcha del SAT, las
manifestaciones contra la Troika, los “rodea el congreso”, la PAH, y las
huelgas generales, y las autonómicas y las sectoriales, y de nuevo las
estudiantiles contra la LOMCE, y contra la reforma laboral y contra la
nueva reforma de las pensiones y…
Es por ello que Rodrigo, con veintitrés años, recién obtenido su título de químico, escribe en su diario de forma temblorosa:
¿Y todo ello para qué? ¿Y ahora qué?.. Estoy vacío…sin fuerzas…¿en qué nos hemos equivocado?
Y es tras cerrar el diario,
cuando su mirada perdida se concentra en dos pequeños libritos que se
hayan en su librería, dos libros que no son suyos, dos libros que un
compañero ocasional de la asamblea por la sanidad, callado pero crítico,
le entregó ante el desconcierto, la desorientación, y la discusión
reinante entre los miembros de la Asamblea.
Mas de un año llevan ahí colocados los dos pequeños
libros, a la espera del día de ser abiertos y leídos, y ese día por fin
ha llegado.
Tras su lectura escribe en su diario,
¿Cómo estamos tan ciegos?…Ahora sé.
Y tras ello se sumerge en nuevas lecturas de Marx, de Engels, de Lenin, de Gramsci, de Luxemburg, del Ché, de Fidel.
Tras estas lecturas escribe con mano firme,
No tengo miedo al desencanto…Estamos en una lucha diaria y eterna.
Y alzando bien alto la
bandera del pensamiento, hombro a hombro con sus camaradas, sale a la
calle, sin miedo a la probable derrota, pero seguro de que sin lucha no
hay posibilidad alguna de victoria.
… y marchó el 22M y en la huelga estudiantil…
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