Los enfrentamientos con la Policía cerraron ayer la multitudinaria manifestación en Madrid que dio por concluidas las marchas de la digindad. Cientos de miles de personas secundaron la reivindicación de «pan, trabajo y techo».
Pasaban las 21.00 horas, el momento exacto del telediario, y
comenzaron las primeras cargas en Colón, el lugar donde se había
instalado el escenario desde el que se dieron lectura a los discursos
que cerraron las marchas de la dignidad. La primera acometida de la
Policía española fue respondida por cientos de personas que lanzaron
piedras y algunos fuegos artificiales. Mientras, a escasos metros, en el
paseo Recoletos, se habían instalado las primeras tiendas de lo que
pretendía ser una acampada que diese continuidad a la protesta.
Aguantaron lo que tardaron en llegar los antidisturbios, desplegados a
lo largo de una de las principales arterias de Madrid. A partir de
entonces se sucedieron los enfrentamientos. En algunos momentos, los
agentes se vieron obligados a retroceder, empleando gases lacrimógenos,
además de las pelotas de goma. A última hora de la noche, el centro de
la ciudad se encontraba tomada por los uniformados.
Los choques con la Policía cerraron una multitudinaria protesta que abarrotó las calles de Madrid.
Desde primera hora de la tarde, miles de personas se concentraban en las inmediaciones de Atocha. Desde allí partió también la columna de Euskal Herria, en la que tomaron parte agentes como ELA o ESK (LAB había declinado sumarse a última hora tras denunciar el intento de ciertas organizaciones de «pervertir el objetivo inicial en beneficio propio»).
Mikel Noval, miembro de ELA, destacaba la importancia de la marcha y remarcaba la necesidad de trabajar en Euskal Herria «por el cambio político», haciendo suyas las reivindicaciones como el rechazo al pago de la deuda o a los gobiernos de la Troika.
Junto a él, un mosaico de demandas que abarcaban desde el derecho a la vivienda hasta la denuncia de los recortes en Educación. Tras las cargas estaban previstas más movilizaciones.
Fuente: Gara
Los choques con la Policía cerraron una multitudinaria protesta que abarrotó las calles de Madrid.
Desde primera hora de la tarde, miles de personas se concentraban en las inmediaciones de Atocha. Desde allí partió también la columna de Euskal Herria, en la que tomaron parte agentes como ELA o ESK (LAB había declinado sumarse a última hora tras denunciar el intento de ciertas organizaciones de «pervertir el objetivo inicial en beneficio propio»).
Mikel Noval, miembro de ELA, destacaba la importancia de la marcha y remarcaba la necesidad de trabajar en Euskal Herria «por el cambio político», haciendo suyas las reivindicaciones como el rechazo al pago de la deuda o a los gobiernos de la Troika.
Junto a él, un mosaico de demandas que abarcaban desde el derecho a la vivienda hasta la denuncia de los recortes en Educación. Tras las cargas estaban previstas más movilizaciones.
Fuente: Gara
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