20 de enero de 2014
Publicado por
Jose Luis Forneo
Los
grupos de autodefensa surgieron en febrero de 2013 y están compuestos
por civiles que han decidido levantarse en armas ante la falta de
respuesta de las autoridades frente a los abusos de las mafias del
narcotráfico. En efecto, se trata de la única opción viable de los
mexicanos para enfrentarse a lo que es un narcoestado, en el que los
narcotraficantes, políticos y fuerzas del orden forman parte de este
gran negocio controlado, sin duda, desde Estados Unidos.

El domingo pasado, informa Librered, en la localidad de Parácuaro, en el estado de Michoacán, tomaron por asalto las mansiones del grupo criminal denominado “Los Caballeros Templarios”.
De esta manera, armados con rifles de asalto automáticos y con los rostros cubiertos con prendas blancas, continuaron su ofensiva por ganar el control de las localidades donde los “templarios” ejercían hasta ahora el control.
Una de las mansiones de propiedad del cabecilla apodado “El Botas” posee una piscina rodeada de palmeras al estilo caribeño, con amplias habitaciones y amuebladas finamente con muebles antiguos de alto valor.
Las fuerzas de autodefensa se comunican a través de las redes sociales como el Facebook, donde aseguran tener más de 20,000 hombres armados, en gran parte debido a las confiscaciones a Los Caballeros Templarios.
Los Caballeros Templarios es un grupo criminal dedicado al narcotráfico, crimen organizado, lavado de dinero y tráfico de armas, surgió en Michoacán, y públicamente se dieron a conocer en marzo de 2011, como sustituto a otro grupo denominado “La Familia Michoacana”, aunque luego se conoció que son una escisión de esta banda.
Probablemente, estos grupos de autodefensa no lo tendrán tan fácil como las mafias mexicanas con la policia, por lo que, como es habitual en estos casos, tendrán que enfrentarse finalmente también a las fuerzas de seguridad, y estas se volcarán en acabar con ellos al contrario de lo que hacen con los grupos de narcotraficantes que, en el fondo, forman parte del mismo sistema criminal que gobierna México.
La autodefensa de los trabajadores y civiles mexicanos es, evidentemente, la única forma eficaz de enfrentarse al entramado criminal que convierte a México en un paraiso del tráfico de drogas, mujeres y armas, y que sin duda es fomentado por las grandes corporaciones criminales norteamericanas, aunque protegido por las instituciones políticas y judiciales mexicanas, pues en definitiva EEUU es el destino final del negocio y el mayor interesado en la violencia permanente de su vecino del sur.

El domingo pasado, informa Librered, en la localidad de Parácuaro, en el estado de Michoacán, tomaron por asalto las mansiones del grupo criminal denominado “Los Caballeros Templarios”.
De esta manera, armados con rifles de asalto automáticos y con los rostros cubiertos con prendas blancas, continuaron su ofensiva por ganar el control de las localidades donde los “templarios” ejercían hasta ahora el control.
Una de las mansiones de propiedad del cabecilla apodado “El Botas” posee una piscina rodeada de palmeras al estilo caribeño, con amplias habitaciones y amuebladas finamente con muebles antiguos de alto valor.
Las fuerzas de autodefensa se comunican a través de las redes sociales como el Facebook, donde aseguran tener más de 20,000 hombres armados, en gran parte debido a las confiscaciones a Los Caballeros Templarios.
Los Caballeros Templarios es un grupo criminal dedicado al narcotráfico, crimen organizado, lavado de dinero y tráfico de armas, surgió en Michoacán, y públicamente se dieron a conocer en marzo de 2011, como sustituto a otro grupo denominado “La Familia Michoacana”, aunque luego se conoció que son una escisión de esta banda.
Probablemente, estos grupos de autodefensa no lo tendrán tan fácil como las mafias mexicanas con la policia, por lo que, como es habitual en estos casos, tendrán que enfrentarse finalmente también a las fuerzas de seguridad, y estas se volcarán en acabar con ellos al contrario de lo que hacen con los grupos de narcotraficantes que, en el fondo, forman parte del mismo sistema criminal que gobierna México.
La autodefensa de los trabajadores y civiles mexicanos es, evidentemente, la única forma eficaz de enfrentarse al entramado criminal que convierte a México en un paraiso del tráfico de drogas, mujeres y armas, y que sin duda es fomentado por las grandes corporaciones criminales norteamericanas, aunque protegido por las instituciones políticas y judiciales mexicanas, pues en definitiva EEUU es el destino final del negocio y el mayor interesado en la violencia permanente de su vecino del sur.
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