por La República
Martes, 03 de Diciembre de 2013 09:24
Por mucho que los pesos pesados de la política de Bruselas, le
estuvieran cortejando, por mucho que Washington amenazase con sanciones,
Víctor Yanukóvich se ha mantenido firme. No ha firmado el acuerdo con
la UE.
El palacio de los gobernantes del gran
principado de Lituania en Vilna, en donde tuvo lugar la cumbre de la
Unión Europea, “Asociación oriental”, no ha sido un lugar afortunado
para los eurocomisarios, que han estado rondando a Ucrania para que se
asocie se con la UE. Por mucho que los pesos pesados de la política de
Bruselas, como el comisario jefe José Manuel Barroso, como el Presidente
del Consejo de Europa, Herman Van Rompuy, o la canciller alemana Ángela
Mérkel, le estuvieran cortejando, por mucho que Washington amenazase
con sanciones, Víctor Yanukóvich se ha mantenido firme. No ha firmado el
acuerdo con la UE.
Ucrania seguirá siendo Europa sólo
geográficamente, mientras que en lo que atañe a la política, Yanukóvich
tiene sus cuentas. No es que le haya dicho “no” a la Unión Europea, sino
que sin ningún tipo de complejos, de un modo abiertamente
mercantilista, Yanukóvich ha hecho público el precio para dejarse
querer: 160 mil millones de euros para modernizar la economía ucraniana,
en base a los estándares de la Unión Europea. Los europeos no prometen
más de mil millones. Por su parte la Federación de Rusia, ya se ha
comprometido a rebajar considerablemente a Ucrania el precio del gas y a
concederle un crédito en condiciones ventajosas, de 15 mil millones de
dólares, en el marco de la colaboración con la Unión aduanera de Rusia,
Bielorrusia y Kazajistán.
Al día siguiente de la cumbre, Mérkel
volvió a intentar doblegar a Yanukovich. Pero sus esfuerzos resultaron
estériles. Las negociaciones sobre el acuerdo de asociación de Ucrania
con la Unión Europea, se retomarán en febrero o marzo del 2014. ¿Habrá
cambiado el enfoque de los dirigentes ucranianos para ese entonces?
Nadie se atreve a afirmarlo o negarlo
con rotundidad. El equipo de Yanukóvich ya está pensando en las
elecciones presidenciales de 2015 y calculando todos los “pros” y
“contras”. Yanukóvich no se plantea ceder el poder a la oposición
naranja, representada por Vitali Klichko (“UDAR”), Arseni
Yatseniuk (“Batkivschina”) y Oleg Tiagnibok (Svoboda). Aunque éstos
tampoco piensan recular. Después de dejarse ver por Vilna, donde han
firmado varias declaraciones conjuntas con los europeos, volvieron aquí,
donde continúan las movilizaciones a favor de la integración europea.
Para algunos, los actos en la plaza de independencia, se han convertido
ya casi en un negocio.
No son pocos los que de verdad creen que
con la UE, llegará la felicidad. Los comunistas intentan convencer a
esos ingenuos compatriotas, recordándoles 1991, cuando los nacionalistas
de “Ruj” dibujaran una “vida bonita” en Ucrania tras la independencia.
¿Dónde quedó esa vida bonita?
Piotr Simonenko, primer secretario del
Partido Comunista de Ucrania y diputado de la Rada, comparte con
nosotros su punto de vista desde Kiev, sobre lo que está sucediendo en
Ucrania.
Piotr Nikoláyevich, Ucrania vuelve a ser un hervidero, ¿tanto ha afectado a la sociedad la cuestión europea?
En Ucrania prácticamente ha comenzado la
campaña electoral por la presidencia del 2015. Los representantes de
los dos clanes oligárquicos, el que estuvo en el poder, y el que
gobierna ahora, se han enfrascado en un rabioso combate por hacerse con
el poder en ese futuro cercano. El vector de la integración exterior, la
Unión aduanera o la alianza con Europa, se ha convertido en una línea
divisoria que continúa una política de división de Ucrania.
Una división que se utiliza en esa lucha por el poder.
En ese combate político, se han activado
las “tecnologías políticas” norteamericanas. Algo que ya hemos visto
como se ha utilizado en el norte de África y en el Oriente Próximo. A
través de las redes sociales, se moviliza la juventud para que tome las
plazas. Las clases capitalistas, tras las que se esconden las
multinacionales, tanto en Europa como en América, implican a los jóvenes
en la lucha por los intereses de las corporaciones transnacionales.
¿Cuál es la reacción del Partido Comunista de Ucrania ante estos procesos?
Entendemos que la juventud quiera vivir
mejor. Pero hay que abrirles los ojos y explicarles cómo conseguir esa
mejora. Los comunistas vemos nuestra tarea en explicar con qué se ha de
luchar por la creación de las condiciones deseables de su futuro en
Ucrania.
En Moscú interpretan los
acontecimientos ucranianos del siguiente modo: Yanukóvich impide que
Ucrania entre Europa, mientras que el pueblo quiere formar parte de
Europa. Rusia estaría manejando sus intereses a través del gaseoducto…
Es una visión muy primitiva. En concreto
Yanukóvich, ha declarado que continuará el curso hacia la integración
europea. Hace relativamente poco estaba intentando alcanzar un acuerdo
con Europa, a un nuevo nivel. En la base de las conversaciones, hay algo
tan prosaico como que el actual gobierno ucraniano está regateando a
ver quién da más, jugando con los intereses geopolíticos de Rusia,
Europa, sin olvidar los norteamericanos. Los medios del “quién da más”,
serán utilizados en las elecciones presidenciales en 2015, para
enriquecer a los clanes oligárquicos cercanos a las estructuras del
actual gobierno.
¿Qué propone el Partido Comunista en Ucrania?
Nosotros insistimos en que esa elección
consciente de con quién ir al futuro, con la Unión aduanera de Rusia,
Bielorrusia y Kazajistán o con la Unión Europea, la tiene que hacer el
pueblo de Ucrania.
Desde el primer momento declaramos que
era necesario convocar un referéndum sobre esta cuestión. Los ciudadanos
deben conocer que perspectiva les espera con una u otra integración,
deben conocer el pronóstico socioeconómico de desarrollo del país en uno
u otro caso, deben entender cómo repercutiría en las empresas que
trabajan en cooperación con empresas rusas, con el mercado ruso, con el
mercado de los países de la Unión aduanera. Para informar sobre eso, se
necesita contar con las condiciones necesarias.
Hay que despejar esos espejismos, entre
la gente que cree que es suficiente con firmar el acuerdo de asociación
con la Unión Europea, para que automáticamente la sociedad ucraniana
obtenga esos valores, de los que tanto se habla ahora. La gente tiene
que entender, que el poder en Ucrania seguirá en manos de esos mismos
oligarcas, que seguirán poniendo en práctica las mismas políticas para
enriquecerse a costa de la brutal explotación de los trabajadores.
La tarea que nos marcamos es hacer ver a
la gente cuál es la situación real, liberar al pueblo de esas
esperanzas injustificadas en la mejora del nivel de vida tras la
asociación con la Unión Europea.
El pueblo nos escucha. Ha respaldado
nuestra iniciativa de convocar un referéndum. Ya llevamos recogidas más
de tres millones y medio de firmas en apoyo del referéndum. Mientras, el
gobierno de los capitalistas, pertenezcan al clan que pertenezcan,
coincide en su rechazo hacia el Partido Comunista. No hace más que poner
obstáculos. Nos prohíben organizar reuniones para defender la necesidad
del referéndum, nos prohíben reunir firmas.
Incluso la autodenominada oposición nos
ha demandado judicialmente. Mientras que el gobierno, aprovechando que
controla los tribunales, les ha dado el visto bueno para prohibir el
referéndum. Así que sobre el referéndum, a día de hoy, solo se puede
hablar en el contexto de que la voluntad del pueblo se ha expresado en
esos tres millones y medio de firmas recogidas por nosotros, los
comunistas.
¿Entienden los partidarios de integración europea, lo que esperaría Ucrania tras la firma del acuerdo con la UE?
En su mayoría no. Por desgracia aquí,
como pasa en Moscú, muchos procesos sociales están dirigidos por los
representantes del gran capital. Ellos tienen ese activo que movilizan a
conveniencia. El capital invierte dinero para sacar a las plazas a toda
esa masa de gente, que en su mayor parte poco entiende lo que sucede y
en que están participando. Son mítines por encargo. Los provocadores que
van en primera línea, garantizan unas buenas fotos, coloridas, para los
medios. También se compra a los más pobres. Llegan a las movilizaciones
para ganar algo. Reciben su migaja, se beben su botella de cerveza y se
vuelven a quedar como estaban. Hay un gran problema con esto.
Cuando habla de clanes oligárquicos, ¿a quién se refiere, quienes son sus líderes?
Yo los diferenciaría por los colores:
los blanquiazules y los naranjas. Los naranjas son el grupo del gran
capital, que desde hace tiempo viene trabajando bajo control de
occidente.
¿Qué papel le corresponde actualmente a Yulia Timoshenko?
A Timoshenko la utilizan más que nada
para distraer la atención. Ya no la necesitan más. Si acaso para alguna
argucia en esa lucha por intereses ajenos. Sin duda, ella representa los
intereses del gran capital. Lo que hay que entender, es que hoy
intentan separar y provocar sentimiento de lástima hacia una oligarca,
Timoshenko, mientras olvidan a los 45 millones de ese pueblo saqueado.
Soviétskaya Rossía
Traducido del ruso por Josafat S. Comín
¿A qué fuerzas representa Klichko?
Para que entiendan quien es Klichko, les
diré que su grupo “UDAR”, no vota en la Rada el que se pueda celebrar
en Cherkass el 70 aniversario de su liberación de los ocupantes
fascistas alemanes, ni vota a favor de celebrar el 230 aniversario de
Sebastopol, ni vota a favor de celebrar las gestas del pueblo soviético
en los años de la Gran guerra patria. Si en su grupo están los mismos
que auparon a Yúschenko el poder ¿quién es entonces Klichko? Creo que no
es más que una marioneta política.
¿Qué podemos esperar de las negociaciones con los europeos, cuando se reanuden en febrero, marzo de 2014?
Está negociando. No me aventuro a
predecir lo que pensará el presidente para el mes de marzo. Hay una gran
indecisión, indeterminación. Y eso es lo peor para una economía tan
inestable como la ucraniana.
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