¿DE QUÉ INSULTOS A RODRIGO RATO HABLAN LOS MEDIOS?

Por Carlos Tena 

Desconozco cual es el listón que suele utilizarse en los medios neoliberales en la actualidad para definir como insulto una determinada palabra.

CUANDO SE DICE LA VERDAD NO EXISTE EL INSULTO

Al menos, en lo que a mí respecta, debo aclarar que considero un denuesto grave contra las prostitutas que se use como baldón el término “Hi..de..pu..”, de la misma forma que no me agradan otros epítetos, como el aumentativo de cabra o el lamentable palabro “mariquita” y todos sus derivados.

Cuando alguien como David Fernández, en presencia de un delincuente como Rodrigo Rato, le ha cantado las verdades del barquero en sus mismas narices, no se pueden tildar de insultos las frases del diputado de la CUP al mentado ex director de la institución bancaria más depredadora del planeta, cual es el Fondo Monetario Internacional, desde donde por cierto se editó un jugoso informe en el que se acusaba al mentado de provocar deficiencias organizativas, organizar batallas internas, falta de comunicación, sesgos analíticos, presiones políticas y falta de supervisión y control. Una joya.

Difiero del diputado de IU Gaspar Llamazares cuando afirma que “entra en el sueldo de los profesionales de la política” el hecho de tener que tragar con momentos como el descrito.

PASÓ POR AP, PP. BANCO DE SANTANDER, FMI, BANKIA, TELEFÓNICA… TODO UN CARRERÓN EL DE ESTE MAL IMITADOR DE AL CAPONE

En mi opinión, David no sólo no insultó a Rato, sino que fue educado en extremo. Tildar de mafioso y gangster a un personaje que, cobrando de Bankia más de dos millones de euros anuales,  causó la ruina de decenas de miles de ciudadanos/as (y el suicidio de alguno de ellos), no puede ser considerado como intento de humillar o vejar el buen nombre del susodicho.

Rodrigo Rato recibió por vez primera en su vida una breve, clara y suave definición de su quehacer profesional.

Un hijo de Aznar o Fraga Iribarne, debe estar acostumbrado a ello. Como Felipe González o Javier Solana, cuando se les acusa de terrorismo de estado y genocidio, respectivamente.

Hijos de Bush, de Hitler o Mussolini, de Francisco Franco y demás basura histórica tampoco son insultos, sino edulcorados retratos de gente de tal calaña.

Ojalá todos los diputados tuvieran el concepto de educación cívica mostrado por ese representante de miles de catalanes y catalanas.

No mentir ni traicionar a quien ha depositado en ti su confianza, es una de esas raras virtudes parlamentarias que Fernández ha recuperado. Gracias, señoría.

OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA