Al menos ocho universidades griegas se han visto
obligadas a cerrar desde hace semanas a causa de los recortes que el
Gobierno ha aplicado a la educación pública. Ahora los estudiantes ya no
están en las clases, sino en las calles.
“El Gobierno quiere cerrar mi universidad. Los trabajadores llevan
casi un mes en huelga y estoy muy preocupada por lo que pueda pasar
porque quiero continuar con mis estudios”, confiesa una estudiante
griega.
Los recortes responden a las medidas neoliberales exigidas por la
Troika que ya se han traducido en el despido de decenas de docentes.
Una situación que ha llevado a que varias universidades colgaran el
cartel de ‘cerrado’.
En una carta al primer ministro griego, Antonis Samaras, el rector de
la Universidad de Atenas aseguraba que la institución está pasando por
su peor crisis de la historia, y también por la más peligrosa, ante la
incapacidad de impartir clases o de llevar a cabo el proceso de
matriculación por falta de personal docente y administrativo.
Por todo ello, los profesores también llevan semanas manifestándose, y
lo hacen con máscaras blancas que, según ellos, representan su
indignación.
“La universidad pública no puede funcionar sin nosotros. Pero no
somos más que números para ellos, no personas. Nos manifestamos por dos
cosas: para recuperar nuestro trabajo y para asegurarnos de que la
universidad pública siga existiendo en el futuro”, relata una profesora
universitaria.
“La mayoría de la gente se siente impotente. Pero hay que luchar para
conseguir el cambio. Todos tenemos derecho a una educación y a una
sanidad pública sin importar lo que diga el Fondo Monetario
Internacional. Tenemos que luchar por nuestros derechos”, señala Andreas
Mijalokulos, profesor de la Universidad de Atenas.
Al parecer, el Gobierno griego obedece al Fondo Monetario
Internacional, al Banco Central Europeo y a la Comisión Europea. Las
presiones de la Troika lo han llevado a reducir el presupuesto en
sanidad, transporte y, de una manera drástica, también en educación.
Y en Grecia se especula con la privatización de estos servicios, que
muchos temen que dentro de poco estarán solo al alcance de los estratos
más acomodados de la sociedad.
El Gobierno pretende recortar 25.000 puestos de trabajo del sector
público. La Universidad de Atenas, una de las más antiguas del país, ha
perdido ya el 40 por ciento de sus empleados.
Y los recortes todavía no han acabado. Con estas cifras en la mano,
los docentes aseguran que la educación pública griega tiene los días
contados.
RT
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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