Primera entrevista en video de Willie Toledo desde La Habana
08.09.2013.
"Tras conocer que me venía a vivir a Cuba, los directores de algunos
diarios españoles ordenaron a sus mercenarios inventar estupideces como
que en la Isla iba a tener mayordomo, piscina y chofer".
"Tras conocer que me venía a vivir a
Cuba, los directores de algunos diarios españoles ordenaron a sus
mercenarios inventar estupideces como que en la Isla iba a tener
mayordomo, piscina y chofer", nos dice este artista y activista social.
Un trabajo para Cubainformación TV de David Rodríguez, de la Asociación
valenciana de amistad con Cuba "José Martí", con el apoyo de Iroel
Sánchez, del blog "La pupila insomne", y el ICAP (Instituto Cubano de
Amistad con los Pueblos).
Cartas desde Cuba
¿Regresan los españoles a Cuba?
Fernando Ravsberg - BBC Mundo.- El actor
español Willy Toledo asegura que en La Habana "he encontrado la ciudad
más hermosa del mundo para pasear y la más segura de todas las que
conozco con diferencia".
"Cada vez que defendía a la Revolución
cubana me respondían: si tanto te gusta por qué no te vas a vivir allí",
me cuenta el actor español Willy Toledo y agrega: "ahora que me mudé
para Cuba están más histéricos porque se quedaron sin discurso".
A pesar de que algunos periódicos
españoles aseguran que habita en una mansión, lo cierto es que vive en
un barrio de cubanos, en un modesto apartamento alquilado al que no le
vendrían mal algunos muebles más y una mano de pintura.
"No necesito más. Tengo mi cama, mi
cocina y mi baño, y mis libros y con eso voy tirando, no echo de menos
cosas materiales. A la gente sí, y a mi ciudad. Yo he nacido y vivido en
Madrid toda mi vida y le tengo mucho cariño a pesar de que se haya
convertido en una ciudad bastante invivible".
La derecha española lo acusa de tener
privilegios sobre los cubanos, pero lo cierto es que también en su país
vivía mejor que la mayoría porque nació en una familia acomodada y
además ganó mucho como actor. "Claro que entonces nadie me lo
cuestionaba", me dice con una sonrisa.
Reconoce que en Cuba tener dinero
puede abrir ciertas puertas y dar acceso a algunas comodidades pero no a
todas. Vuelve a reír cuando me cuenta que, "te puedes pasar días
buscando una sartén y no la encuentras por muchos euros que tengas".
Se siente mejor en esta Cuba que en la
del turista. "Me está gustando mucho más vivir La Habana en el día a
día, ir al cine, al teatro, a conciertos, a comer a casa de gentes.
(Ahora) tengo tiempo para leer, que en Madrid no lo tenía y me lo estoy
leyendo todo".
Le recuerdo que su ciudad es "la capital
de la marcha" y le pregunto cómo se adapta a la tranquilidad de Cuba.
Me responde que ahora sus juergas se reducen a comprar de vez en cuando
una botellita e "ir a casa de un amigo o al malecón a hacer botellón".
Además en La Habana "hay mucha vida,
todos los días hay cosas que hacer. Echo de menos una Guía del Ocio,
como allá en Madrid, (…) pero al final siempre me entero, de hecho no
tengo tiempo para ir a todas las cosas que me gustaría".
Al parecer no le está costando
integrarse, en realidad "es bastante fácil, yo he viajado por todo
Latinoamérica (…) y creo que los cubanos son los más parecidos a los
españoles, en la manera de hablar, en el sentido del humor, en la manera
de relacionarse".
Visita poco La Habana Vieja porque lo
tratan como a un turista, pero "me encanta ir al puestecito de al lado
de mi apartamento a tomarme un juguito por la mañana y al de en frente
para comerme un pan con tortilla o sentarme en las terrazas donde se
sientan los cubanos".
Me asegura que ni siquiera tiene
problemas con la cocina nacional, "a mí me gusta mucho la comida
criolla, siempre me ha gustado, no solo la cubana, sino la de todo el
caribe. Lo que más me gusta es el arroz con lo cual aquí voy sobrado…
ja, ja".
Más allá de sus conocidas simpatías por
la Revolución Cubana, el actor confiesa que ha descubierto el encanto de
La Habana. "Aquí he encontrado la ciudad más hermosa del mundo para
pasear y la más segura de todas las que conozco con diferencia".
Willy puede ser el más famoso pero no es
el único europeo que emigra a Cuba. A pocas cuadras de donde vivo llegó
otro, casado con una cubana. Acaban de comprar una casita con el dinero
de la venta de un negocio que apenas les daba para sobrevivir.
Años atrás su esposa había obtenido la
residencia en la "Madre Patria" por estar casada con un español.
Paradójicamente ahora es él quien aprovecha su matrimonio para residir
en la isla, donde puede vivir mejor con mucho menos dinero.
Hace apenas unos días estuve almorzando
raviolis caseros con un italiano cuya esposa cubana se repatrió para
pasar en la isla la crisis europea. Aprovechando las reformas, planean
crear una cooperativa para vender pastas frescas en La Habana.
Pero lograr la residencia en Cuba no es
nada fácil, el inmigrante debe estar casado con alguien de nacionalidad
cubana o ser contratado por una empresa que opere en la isla y, aun así,
muchos vivimos por décadas con un permiso temporal que se debe renovar
cada año.
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