4 septiembre, 2013
España es uno de los pocos
países desarrollados en los que la escolarización obligatoria supone un
esfuerzo económico muy considerable para las familias, pese a que el
artículo 27 de la Constitución consagra el derecho a estudiar y el
apartado 4 del mismo artículo establece que “la enseñanza básica es obligatoria y gratuita”. Pese
a tan grandilocuente declaración casi un tercio de las familias
españolas se ve incapaz de asumir el gasto que supone la vuelta al
colegio.
El mandato constitucional se convierte en
papel mojado – otro más – ante la realidad de un negocio que mueve más
de mil doscientos millones de euros al año: Los libros de texto. Un
negocio que tiene detrás a poderosas instituciones capaces de dictar
leyes o acomodar a su interés las existentes, para lo que han contado
siempre con la colaboración de todos y cada uno de los distintos
gobiernos de la nación.
¿Quién controla este negocio?
El primer grupo empresarial en volumen de
negocio lo constituye la Iglesia Católica, que no satisfecha con los
casi cinco mil millones de asignación directa del estado, ha tejido una
maraña de empresas omnipresentes en el ámbito educativo. La Iglesia es
propietaria –total o parcial- de las siguientes editoriales:
* Grupo SM: Fundada por religiosos marianistas. En la actualidad opera en 9 países. El acrónimo SM significa “Santa María”.
* Grupo Edebé: Fundada
por la Congregación Salesiana. Hace negocio en todo el mundo con
editoriales propias en Argentina, Chile y México. En el País Vasco tiene
el sello Giltza, en Galicia Rodeira, en la Comunidad Valencia Marjal y
en Andalucía Guadiel.
* Editorial Edelvives: El
Grupo Editorial Luis Vives pertenece al Instituto de los Hermanos
Maristas y mediante su editorial intentan fomentar lo que ellos
denominan “humanismo cristiano”.
* Editorial Bruño: Fundada
por el Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas La Salle.
Como buenos empresarios, y para ampliar su patrimonio, en 2001 los
Hermanos de La Salle llegaron a un acuerdo de venta con el grupo francés
Hachette Livre, del que también forma parte el grupo editorial español
Salvat. De hecho, existe una línea denominada “Publicaciones Generales
Bruño-Salvat” que cuenta con un catálogo especializado en publicaciones
infantiles y juveniles, con personajes como Kika Superbruja, Astérix,
Titeuf…
Hay que resaltar que la Iglesia católica
impone los libros de texto de sus editoriales en los más de 2.600
centros educativos públicos que gestiona directamente, lo que redondea
el negocio y el adoctrinamiento que practica.
Los otros dos grupos empresariales que controlan el resto del negocio editorial de libros de texto son:
* Hachette Livre. Precisamente,
otro importante beneficiario es el grupo Hachette que, aparte de la
editorial católica Bruño, también se hizo en 2004 con el
importante Grupo Anaya donde se incluyen marcas como Algaida, Vox,
Cátedra, Pirámide o Alianza.
Este grupo es propiedad del conglomerado
francés Lagardère que, además de dedicarse a la publicación, tiene una
línea de negocio armamentística a través de la sociedad EADS, creadora,
entre otros proyectos, del Airbus.
Grupo PRISA. Es el gigante
de la comunicación española, propietario de El País, la Cadena Ser,
etcétera. Su sección de negocio editorial lo comprende la Editorial
Santillana, de la que recientemente ha vendido un 25% del capital al
fondo de inversión estadounidense Liberty.
El nuevo consejo de administración de PRISA
está integrado por personajes como Ernesto Zedillo, expresidente de
México bajo cuyo mandato se produjo el levantamiento campesino del EZLN,
Nicolas Berggruen, con un patrimonio personal de más de 2.000 millones
de dólares o, como no, Juan Luis Cebrián, hijo de Vicente Cebrián,
importante cargo de la prensa franquista y director del diario Arriba de
la Falange.
¿Son necesarios hoy en día los libros de texto?
En la era de la información el libro de
texto tal y como se conoce es un búnker al margen de la realidad. Se
obliga a los escolares a un conocimiento unidireccional, normalmente de
calidad pésima, sin proporcionarles herramientas de acceso al
conocimiento global. El conocimiento que se adquiere es de naturaleza
memorística, sin que el alumno pueda participar activamente de los
saberes que se le inculcan, limitándose a abrir el libro por la página
que señala el maestro y aprenderse la lección, la más de las veces
incompleta y sesgada.
Conociendo a los que se encargan de
elaborar las materias que han de estudiar nuestros escolares no es de
extrañar que la educación así concebida esté manipulada en demasiadas
ocasiones. El discurso dominante se repite machaconamente desde la escuela y así nos encontramo
En el extremo más descarado podemos
encontrar libros enteramente dedicados a inculcar los valores del
capitalismo salvaje entre los niños, como es el caso de “Mi primer libro
de Economía, Ahorro e Inversión”, incluido por la Junta de Castilla la
Mancha para el curso 2013/14 como texto que sustituye a la defenestrada
Educación para la Ciudadanía, un material que parte de la defensa a
ultranza de la iniciativa económica privada en la generación de riqueza y
el fomento del espíritu emprendedor, piedra angular del pensamiento
económico del PP y que ha sido elaborado por una directora de la entidad
financiera “Inversis Banco”.
Este modelo educativo es sumamente
beneficioso para las clases dominantes, que pueden repetir sus dogmas
sin prácticamente oposición. Una educación basada en la búsqueda de
información y el procesado de la misma por parte del alumnado no les
interesa en absoluto ya que abre la puerta a realidades alternativas. Es
tal la oposición del cártel editorial a cualquier innovación
tecnológica en la escuela, que han llegado a acusar a alguna
administración pública de piratería por tratar de introducir el libro electrónico en las aulas.
Frente a esta situación de auténtica
tiranía del libro de texto – económica e ideológica - se alzan cada vez
más voces críticas entre el profesorado, con iniciativas tan
interesantes como El día sin libro de texto , la Asociación Otra escuela es posible , aulas virtuales como la de la Plataforma Educativa Aragonesa y muchas más.
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