sábado, 14 de septiembre de 2013
Derrotado en Siria, sabedor de que nada puede contra Rusia, este criminal envía ahora sus gorilas contra el pueblo turco. La
Policía antidisturbios turca ha utilizado gas lacrimógeno para reprimir
las últimas manifestaciones antigubernamentales en diferentes ciudades
del país por tercera noche consecutiva, después de que el pasado martes
muriera un joven tras ser golpeado en la cabeza con uno de los botes de
gas.
EP.- Los agentes,
protegidos por vehículos blindados y armados con cañones de agua, han
disuelto a grupos de jóvenes en la calle de Kadiyoi, en la zona asiática
de Estambul, hasta primera hora de este viernes, y han desmantelado las
barricadas que los manifestantes habían construido con escombros y
contenedores de basura.
Ha habido protestas
similares en Ankara y en las ciudades de Antalia y Antioquía, y a pesar
de que ha habido manifestaciones de forma interrumpida desde este
verano, las de esta semana se han intensificado debido a la muerte el
pasado martes de un joven de 22 años, Ahmet Atakan, durante los
enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes en Antioquía, cerca
de la frontera con Siria.
“Protestamos por la
muerte de Ahmet. No detendremos nuestra resistencia hasta que haya
justicia. El Gobierno sabe que no renunciaremos, por eso la Policía está
aquí”, ha asegurado un manifestante en Kadikoi.
Atakan murió poco
después de recibir un golpe en la cabeza de un bote de gas lacrimógeno,
aunque las autoridades han asegurado que la causa de su muerte era una
caída desde la azotea de un edificio, desde donde se encontraba lanzando
piedras a los agentes. Los equipos médicos han asegurado que no había
indicios de ninguna caída.
A seis meses de las
próximas elecciones locales, y a menos de un año de las presidenciales,
el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha asegurado este jueves
que acudirá a las fuerzas policiales para reprimir la revuelta social
que vive el país desde hace meses.
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