lunes, 26 de agosto de 2013
Le recomendamos al canciller ruso que recuerde una fecha: ocho de agosto de 2008.
La noticia es buena.
Demuestra que Rusia sigue en sus mismas posiciones desmintiendo las
informaciones diversionistas de los medios occidentales; sin embargo no
todo puede quedarse en un veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Si el imperialismo
hitleriano ataca sin cobertura de la ONU, Rusia debe ayudar a Siria. Es
obvio que no puede hacerlo directamente pero sí reforzando la capacidad
bélica de Damasco y si no es por solidaridad (eso quedaba para la URSS),
al menos por razones vinculadas a la geoestrategia destinadas a evitar
que la vuelvan a relegar al papel de comparsa de los tiempos de Boris
Yeltsin.
Rusia se quedaría sin su
única base naval en el Mediterráneo, sabe que después llegaría el turno
de Irán y posteriormente el de ella misma. En este caso también es
obvio que Occidente no tendría valor de atacar a Moscú (los
imperialistas sólo son prepotentes con los mñas débiles) de manera
directa pero EEUU iría por etapas aumentando medidas desestabilizadoras
dentro de Rusia aumentando en progresión geométrica por un lado al
grupúsculo "opositor" de Garri Kasparov, y por otro, rearmando y
fortaleciendo a las bandas criminales chechenas del Cáucaso.
Si el Kremlin sólo se
queda en palabras, de poco le habría servido su reacción explosiva
contra Georgia, el estado vasallo de EEUU, al que derrotó en una
fulminante acción bélica el 8 de agosto de 2008.
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