Violencia capitalista.
Agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas
(GEAS) de la Guardia Civil de A Coruña rescataron sobre las dos de la
tarde de ayer el cuerpo sin vida de Manuel Santos Pereira, de 57 años,
soltero y natural de Treos (Vimianzo), que se encontraba dentro de su
coche en el fondo del mar, en el puerto de Laxe. La familia había
denunciado la desaparición de este hombre el pasado 2 de junio.
Un vecino que paseaba a primera hora de la mañana por
el muelle comercial laxense localizó un vehículo volcado en el fondo del
mar, en la zona donde se estiba la madera. Y eso fue posible gracias a
que hay marea viva (bajamar en el momento de la localización del
turismo). Inmediatamente alertó a la Guardia Civil, la Policía Local y
Cruz Roja, quienes acordonaron la zona. Un mariscador de Laxe realizó
una primera inspección ocular del turismo. Y confirmó la presencia de un
cadáver, en avanzado estado de descomposición, sujeto con el cinturón
de seguridad en el asiento del conductor y el asiento reclinado hacia
atrás.
Los agentes solicitaron entonces la presencia de los
GEAS y de un juez, mientras que el operario de la grúa utilizada para la
carga y descarga de madera se trasladaba hasta el lugar exacto del
avistamiento del coche -un Peugeot 205 rojo con placas de matrícula
C-4524-AN-.
El juez de guardia ordenó el levantamiento de cadáver
sobre las cuatro de la tarde para su posterior traslado a A Coruña y
realizarle la autopsia una vez rescatado del vehículo por los bomberos.
Los investigadores manejan el suicidio como principal
hipótesis de la muerte. Manuel Santos llevaba tiempo en el paro y como
ingresos tenía los 426 euros por la prestación por desempleo de larga
duración, según confirmaron familiares presentes en el reconocimiento
del cuerpo. Manuel Santos había manifestado en varias ocasiones a sus
allegados su intención de quitarse la vida debido a los escasos ingresos
percibidos y a que no encontraba un empleo desde hacía mucho tiempo.
Había trabajado de profesor de autoescuela en A Ponte do Porto y también
tuvo algún que otro empleo en la ciudad de A Coruña. Y aunque tenía
casa en Treos (Vimianzo), el hombre hacía vida en Baio (Zas), donde era
una persona muy conocida.
Un antiguo compañero de la autoescuela camariñana en la
que trabajó en su día Manuel Santos dijo que era una «buena persona»
aunque «últimamente no tenía un comportamiento racional, parecía algo
trastornado por su situación laboral».
El hombre había dejado notas en su casa, en diversas ocasiones, en las que amenazaba con suicidarse alegando que «con 200 non se pode vivir dignamente, é preferible quitarme a vida».
lavozdegalicia
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