Unos
130 manifestantes fueron detenidos y al menos 4 agentes de policía
resultaron heridos el martes durante las protestas frente al Congreso en
Valparaíso, centro de Chile, mientras el mandatario del país, Sebastián
Piñera, presentaba su último informe de gestión presidencial.
Los disturbios tuvieron lugar después de una manifestación convocada por los movimientos estudiantiles y obreros, en la que, según los organizadores, participaron más de 10.000 personas para mostrar su rechazo al discurso de Piñera.
Tras una marcha masiva que estuvo caracterizada por consignas como "Alianza y Concertación su proyecto fracasó, Chile se levanta", unos 1500 efectivos de la policía de carabineros empezaron a reprimir con carros lanza agua y gases lacrimógenos a los encapuchados que tiraban cócteles molotov y piedras contra los automóviles policiales.
De manera simultánea a los incidentes, en el Congreso, Piñera reiteró ante los parlamentarios, políticos y miembros de su Gabinete que no va a apoyar la gratuidad en la educación, una de las principales reclamaciones del movimiento estudiantil del país suramericano.
“El mensaje del martes era la última oportunidad que tenía el presidente Piñera de plantearse respecto a los cambios de fondo que se requieren en la educación, y si no lo hizo hoy no lo hará en los 10 meses que le quedan de Gobierno", afirmó el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, Diego Vela, uno de los convocadores de la manifestación.
Los estudiantes chilenos se encuentran en su tercer año de protestas por una educación pública, gratuita y de calidad. En sus manifestaciones, rechazan la privatización del actual sistema educativo del país, que proviene de la época de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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