“El
grupo BRICS ha comenzado a ser una esperanza para nuestros pueblos
oprimidos, que sufren la flagrante injerencia externa en sus asuntos y
en contra de los intereses de sus pueblos”, señaló el miércoles el
presidente sirio, Bashar al-Asad, quien ha pedido a este grupo de países
emergentes ayuda para poner fin a la violencia que azota el país árabe.
Al-Asad, mediante un mensaje enviado a Jacob Zuma, presidente de la actual ronda de la cumbre celebrada en África del Sur, llamó a los líderes del grupo de economías emergentes BRICS (compuesto por Brasil, Rusia, La India, China y Sudáfrica) a sumarse a los esfuerzos para detener la violencia en Siria de cara a garantizar el éxito de la solución política, la cual requiere de una clara voluntad internacional.
El mandatario Al-Asad aseguró que Siria sufre, desde hace dos años, un terrorismo secundado por países árabes, regionales y occidentales, involucrados en la matanza de civiles que destruyen la infraestructura y patrimonio cultural del país, así como la identidad, caracterizada por convivencia e igualdad entre todos los componentes de su pueblo.
Por último, Bashar al-Asad expresó su esperanza de que los países miembros del grupo BRICS desempeñaran un papel efectivo a fin de frenar injerencias en asuntos internos de otros Estados en una clara violación de la Carta de las Naciones Unidas.
Más temprano, el grupo BRICS había expresado su profunda preocupación por la situación en Siria y había subrayado la necesidad de lograr un “proceso político conducido por el pueblo sirio” para poner fin al conflicto en el país árabe.
Las declaraciones del presidente sirio se producen un día después de que la Liga Árabe (LA) otorgara a la autodenominada Coalición Nacional de las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria (CNFROS) el sillón que dejó libre Siria después de que el ente panárabe suspendiera la membresía de Damasco.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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