El
Gobierno griego ha recurrido a la movilización forzosa de trabajadores
para poner fin a seis días de huelga en el sector de la marina mercante.
Los sindicatos laborales han realizado una huelga de veinticuatro horas
y una manifestación de protesta.
El Gobierno del conservador Antonis Samarás ha abierto un nuevo frente. Esta vez se enfrenta a los marineros que han decidido prolongar su huelga por séptimo día. El primer ministro ha invocado poderes de excepción para poner fin a esta huelga, que ha provocado serios problemas de suministro de productos básicos a muchas islas.
Concretamente, Samarás ha recurrido a la denominada movilización civil, una medida de excepción que contempla penas de cárcel para quienes sigan en huelga.
Desde la madrugada, fuerzas antidisturbios de la Policía se han concentrado en el puerto de Pireos, muy cerca de Atenas, capital griega, para garantizar la navegación entre el continente y las islas.
Los barcos se han quedado amarrados en los puertos durante seis días. Después de la decisión del gobierno de recurrir a la orden extraordinaria de movilización forzosa, los mayores sindicatos del sector público y privado han convocado una huelga de veinticuatro horas, en solidaridad con los trabajadores de la marina. Miles de trabajadores se han manifestado en el Pireo y han llegado hasta la sede del ministerio de la Marina Mercante.
Es la segunda vez en dos semanas, que el gobierno recurre a la ley de movilización forzosa de trabajadores. El ejecutivo recurrió a la misma ley hace algunos días con ocasión de la huelga en los medios de transporte.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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