Un dispositivo de seguridad, compuesto por más de cien agentes de la Guardia Civil desplazados desde diferentes puntos de Sevilla escoltó ayer a los trabajadores de la empresa pública Tragsa para que pudieran entrar en El Coronil y retirar 150 toneladas de basura que se acumulaban y descomponían en las calles después de 34 días de huelga de recogida, convocada por el SAT para exigir que los puestos de peón del servicio se sigan rotando, con contratos de un mes, como se venía haciendo hasta mediados de 2012.
El domingo, la Consejería de Salud declaró ya la situación de riesgo sanitario en todo el municipio, de 5.022 habitantes, ante el incremento de malos olores, lixiviados (los líquidos contaminantes y nocivos que genera la basura), insectos, roedores y otros animales. La situación no tiene antecedentes en Andalucía, según la Consejería de Salud, y obliga legalmente al Ayuntamiento a buscar alternativas para retirar los desechos, aunque la huelga siga. En este caso, se pidió auxilio a la Junta.
Según explicó la subdelegada del Gobierno en Sevilla, Felisa Panero, el espectacular operativo de seguridad se desplegó intencionadamente de madrugada -a las 4:00- para evitar que, como ocurrió el viernes, cuando la alerta sanitaria afectaba a ocho puntos, piquetes del SAT formados por "niños, mujeres y personas de la tercera edad", según la información que le trasladaron los mandos de la Guardia Civil, se apostaran delante de los camiones para impedir su acceso al casco urbano.
Según Panadero, el SAT tuvo tiempo de movilizarse, entre otras cosas, porque el alcalde, Jerónimo Guerrero, informó a través de las redes sociales de que se iba a retirar la basura. Éste asegura, sin embargo, que el SAT tiene contactos directos con la Guardia Civil. Dado lo "delicado de la situación", se decidió no actuar para garantizar la seguridad de las personas, no por falta de implicación de la Subdelegación del Gobierno, que ha estado en coordinación con la Subdelegación de la Junta en Sevilla para intentar solventar el problema sanitario a los vecinos, insistió. Ya el jueves, cuando se declaró el riesgo en la zona en la que las pescaderías dejan su basura, se movilizó a 70 guardias civiles. Aunque cuando las máquinas llegaron al lugar, el SAT había retirado los restos.
Para la retirada de la basura de todo el pueblo, que se prolongó durante toda la jornada de ayer, se movilizaron de madrugada cinco camiones "bañera" y tres retroexcavadoras, con cinco trabajadores. Ya por la mañana, llegaron otros dos camiones y cinco operarios más de Tragsa, según fuentes de la Junta en Sevilla, que precisaron que, ante la falta de medios del Consistorio, se le está auxiliando en el operativo, aunque será el Ayuntamiento de El Coronil el que tenga que asumir la factura de lo que cueste retirar los desechos y desinfectar las zonas. Aunque el alcalde insistía en que tenía otra información al respecto. Pese a que los trabajos para retirar la basura arrancaron de madrugada, a mediodía los montones de bolsas se apilaban todavía en las zonas más céntricas. En total se retiraron 150 toneladas en 40 puntos. El movimiento de los desechos y el tránsito de camiones provocó que el mal olor se intensificara en todas las calles.
Mientras que se procedía a la limpieza, el SAT distribuyó por el municipio un comunicado en el que subrayaba que "confirmada legalmente por los técnicos sanitarios" la alerta sanitaria no iban a poner "ninguna objeción" a la retirada de la basura. "Somos los primeros interesados en la salud de nuestros vecinos". El secretario general del SAT, Diego Cañamero, había justificado el piquete del viernes porque el problema sanitario no existía y la declaración de riesgo sanitario se había tomado por razones "políticas", dijo.
En el mismo escrito del SAT, se censura que la maquinaria hubiera empezado a trabajar "en medio de la noche, molestando a los vecinos, cuando las autoridades sabían que no iba a haber ningún problema".
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