La SGAE y la EGEDA abusan de nuestras compañeras y compañeros migrantes. Boicotéalas.
El perfil de la víctima suele ser siempre el mismo: persona
migrante con escasos recursos, residente en el barrio de Lavapiés durante años,
pero imposibilitada para acceder a permiso de residencia en España, se ve
forzada a trabajar en la venta ambulante de cedés y deuvedés por las plazas
céntricas de Madrid o a la salida de estaciones de metro e intercambiadores. La
Policía le acosa y hostiga a diario por la calle, un buen día le alcanza, le
roba su mercancía, le mete en sus inmundos calabozos durante 48 horas y, cuando
no le envía preso al CIE de Aluche, le hace firmar un documento que no entiende
y le pone en libertad. En los casos en los que los y las agentes no deciden
quedarse con la mercancía y repartírsela entre sus familiares y amigas (algo
especialmente común en las fechas próximas a las Navidades, al Día del Padre,
etc.) la Policía Local remite una denuncia al Decanato de los Juzgados de
Instrucción de Madrid e informa al Ministerio Fiscal, acusando al inmigrante de
un delito contra la propiedad intelectual.
Las denuncias de la Policía suelen tramitarse en los juzgados como
delitos, y las diligencias previas se realizan casi siempre en base a la
comisión de un supuesto delito contra la propiedad intelectual y no de una falta
administrativa. Queda a criterio del juez o la jueza de turno que se haga un
peritaje del supuesto valor del material incautado y que el juicio penal pase a
convertirse en un juicio de faltas o en una multa. En todo caso, y en el
supuesto de que no vayan a la cárcel, la multa que nuestros compañeros se ven
obligados a pagar es inaccesible para ellos. En el Grupo de Migración llevamos
meses afrontando multas de 600, 900 e incluso más de 1.000 euros en concepto de
responsabilidad civil subsidiaria. Los receptores de esas cantidades abusivas
son la SGAE o la EGEDA, cuyos abogados y abogadas se personan como acusación
particular en los juicios contra nuestros compañeros migrantes. Aunque se
consiga un pago aplazado de las multas, el hecho de tener que pagar 50 o 100
euros mensuales se convierte en una losa que impide salir de la precariedad más
absoluta a nuestros vecinos. Si no pagan, existe el riesgo de que el juzgado
emita una orden de busca y captura contra ellos (ya hemos conocido varios casos)
y acaben dando con sus huesos en la cárcel, como estamos comprobando últimamente
en el grupo de migración. Y lo que para nuestros compañeros migrantes es aún más
grave: cada una de estas faltas, cada una de esas multas, se paguen o no, genera
antecedentes policiales (si no penales), manchas en sus expedientes que
implicarán indefectiblemente la revocación de cualquier solicitud de permiso de
residencia por arraigo que intenten presentar en los próximos años.
Así pues, las sociedades de gestión de derechos de autor SGAE y
EGEDA son directamente culpables de estas atrocidades que se cometen contra
nuestros vecinos en situación más vulnerable. Aunque luego intenten lavarse la
cara con colaboraciones con fundaciones de carácter “social” como la Fundación
de Ayuda contra la Drogadicción [1] o financiando campañas para la prevención
del cáncer infantil [2], en nuestro barrio comprobamos a diario que la SGAE y la
EGEDA en realidad son crueles empresas directamente causantes de dramas humanos
irreparables. Cada uno de nuestros vecinos convertidos en esclavos de por vida
por haberse visto obligados a vender cedés piratas en la calle es una razón más
que suficiente para ejercer un boicot consciente contra dichas entidades y
contra todos las y los artistas que les ceden sus derechos y engrosan sus
odiosas listas. Desde el Grupo de Migración y Convivencia de la Asamblea Popular
de Lavapiés creemos que no sólo son culpables de esta sinrazón los directivos,
las abogadas o las caras más visibles de la SGAE y la EGEDA. Creemos que
cualquier músico, cualquier director o directora de cine, cualquier artista que,
sabiendo lo que les está pasando a nuestros compañeros migrantes por culpa de
estas maquiavélicas entidades, debe plantarles cara y, cuando menos, borrarse
para siempre de sus listas.
Recomendamos consultar también los siguientes textos que hemos
elaborado para ampliar información sobre el tema:
Grupo Migración y Convivencia Asamblea Popular de Lavapiés –
Diciembre 2012
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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