por Julio Ortega Fraile
La España con la que juramos acabar 

Por el recto de Europa van entrando
supositorios, capsulita tras capsulita, procedentes en apariencia de
diferentes laboratorios pero con una Junta de accionistas común para
todos ellos. Son las franquicias del Estado.
Y ese esfínter peninsular llamado España
que, cual agujero negro, todo lo admite, sufre en silencio las
hemorroides de su ignorancia y su mansedumbre. O puede que no tanta
mansedumbre, ni tanta ignorancia ni silencio ya. Y puede que algunos que
no fueron capaces de ver agitarse las antorchas al otro lado de las
ventanas pronto perciban el olor y griten el dolor de su piel quemada.
En aquellos países que se dicen
avanzados el pasado se exhala y el futuro se inhala para llenar el
pulmón social de un aire cada vez menos viciado. Aquí el ciclo de la
respiración funciona al revés porque hasta para eso dispone de poder un
Consejo de Ministros del PP. No tiene suerte la Ilustración en España y cada vez que quiere traspasar los Pirineos se encuentra a los cancerberos de la ranciedad cortándole el paso.
Cortándole el paso a un País en el que:
Ciertos líderes políticos tratan de apestados a los homosexuales.
Se prohíbe a los afectados por VIH ejercer su legítimo derecho a trabajar como taxistas.
Tiene más poder la Iglesia que el movimiento 15M.
Se consuela a los padres de fallecidas por negligencias municipales explicándoles que ya se le pide a la Virgen por el descanso de las jóvenes muertas.
En un País en el que los toreros son héroes y los toros condenados a muerte.
En un País en el que perder el trabajo supone perder la casa y a menudo la vida.
En un País en el que los bancos roban al Pueblo y el Estado cobra al Pueblo para regalar a los bancos.
Donde a David Reboredo se le niega el indulto.
Donde Alfón continúa encarcelado.
Donde Urdangarín permanece en libertad.
En el Pais en el que un cargo político
se coloca sobre la cabeza los testículos del animal al que asesinó y se
hace una foto sonriendo orgulloso.
Y mucho más…
Sí, en España, en el recto de Europa.
La España casposa, la España que exhibe rabo y orejas porque no puede mostrar corazón ni cerebro, la España cada día más pequeña, más rodeada, más agónica y ridícula, la España
que a muchos nos gustaría ver desaparecer con 2012, pero como parece
que no vamos a conseguir que así sea este año juramos no descansar hasta
lograrlo. Porque hay muertos que no pueden esperar por el bien de los
vivos. Y nosotros, cada vez más, nos encargaremos de matarlos. ¡Palabra!
Julio Ortega Fraile
@JOrtegaFr
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario