Las políticas de derechas matan más que la ETA y Al Queda
El terrorista más sanguinario (valga la
redundancia) jamás podría soñar con matar tanto como las políticas propugnadas
por el PP y el PSOE.
Los recortes en sanidad, dependencia o pensiones,
no solo generan un insoportable dolor físico y psíquico en millones de
ciudadanos honrados, sino que los abocan, sin más, a la muerte. Desde ancianos y
crónicos que abandonan sus tratamientos, dejan de recibir atención sanitaria o
reciben una de peor calidad que precipita su fallecimiento, hasta trabajadores
de bien que deciden suicidarse cuando van a ser desahuciados.
Aunque, parece ser, Rouco Varela y la sin par Ana
Botella acostumbran a rezar mucho en estos casos.
Las armas homicidas de los terroristas clásicos,
la bomba y las balas de 9 mm parabellum, han sido sustituidas por el Decreto Ley
con la coartada de unas elecciones. Y digo coartada porque los ciudadanos no les
votaron para perpetrar las medidas de ajuste neoliberal.
Unas medidas que nacieron del terrorismo
de Estado
Conviene destacar que las medidas de corte neoliberal,
no comenzaron a imponerse de manera pacífica, sino mediante el terrorismo…
¿quién iba a renunciar a su vida, salud y bienestar?
Para su progresiva implantación fue necesaria la
espantosa dictadura del cobarde general Augusto Pinochet, junto a un colosal
despliegue internacional de terrorismo de Estado bautizado como “operación
cóndor”. Mediante aquella “operación”, en muchos países del cono sur se asesinó
a quienes se oponían a la implantación de las políticas económicas
neoliberales.
Coches bomba, apuñalamientos o tiros en la nuca,
planificados y ordenados desde cancillerías y capitanías, segaban la existencia
de miles de ciudadanos que se atrevían a resistir la entrega del país y sus
derechos a compañías multinacionales, generales barrigudos y políticos
corruptos.
Y estas medidas son las que enriquecen hoy a
empresarios y banqueros sin alma, las mismas ante las que babean personajillos
como la condesa Aguirre, Rajoy y otras heces sociales de la banca, gran empresa
y caverna mediática.
Terrorismo de Estado mediante Decreto
Ley
En toda nación donde se han aplicado las medidas
neoliberales, es decir los recortes en dependencia, salud, educación, pensiones,
sanidad, en todas, repito, en todas… docenas, cientos y hasta millones de
ciudadanos han recibido prematuramente la visita de la muerte.
Como asegura el profesor Torres, España no va a
ser una excepción. Las medidas de ajuste de Rajoy matarán a miles de ciudadanos.
Ahora, por fin, comienzan a divulgarse los suicidios de gente honrada ante las
leyes draconianas a favor de la banca en materia de desahucios.
Pero desconocemos las cifras aterradoras de
ancianos, crónicos, enfermos, dependientes, que engrosaran las estadísticas de
los tanatorios por recibir una sanidad pendiente de la cuenta de resultados, por
no poder costear sus medicinas, por privarse de la calefacción en invierno…
serán las víctimas ocultas de los dogmas neoliberales, tan falsos como asesinos.
Pero, eso sí, confeccionados a la milimétrica medida de los intereses bancarios
y especuladores.
¡Y qué decir de los ciudadanos que se abisman en
el alcohol o la droga para combatir la angustia de los despidos, la ruina, la
ausencia de futuro!, ¡qué decir de tantos hombres y mujeres que deambulan como
zombies con la sangre anegada de antidepresivos o ansiolíticos a causa de las
medidas que Rajoy y sus ministros celebran entre risotadas y trajes caros!
El neoliberalismo es vulgar crimen
organizado
Aunque las medidas neoliberales han conseguido
ganar, de momento, la guerra, albergo la convicción de que algún día serán
repudiadas y calificadas como lo que son: crímenes contra la Humanidad.
Posiblemente no lo veré. Pero nada anhelaría más que contemplar ese momento.
Y este crimen lo perpetran los especuladores—como
bien enseñan los profesores Torres y Navarro—cuando inflan artificiosamente los
intereses.
Así, abocan a cada Estado hacia deudas
innecesarias, falsas, artificiales, pero que arruinan sus economías y por ende
las vidas de sus habitantes.
A su vez, los recortes, bajo el pretexto de las
crisis, no cumplen otra función que entregar la salud, la educación, las
pensiones y la vida de la mayoría a manos privadas. Esas manos sucias y podridas
de codicia han visto secarse el momio de la construcción y las grandes obras
públicas. Son incapaces de generar riqueza, de innovar. Pero quieren seguir
manteniendo su lujoso tren de vida.
Y lo mantienen saqueando los servicios públicos
de educación de los jóvenes, la salud de la población, el futuro de la mayoría.
Su codicia y maldad troncha las ilusiones más legítimas, frena el desarrollo
social, agosta la cultura y la ciencia, amarga y tiñe de negro los últimos días
de millones de ancianos. Todo acaba en la fosa séptica de los paraísos fiscales,
la corrupción y la avaricia. Os maldigo. Os maldigo con todas las fibras de mi
alma, y juro que si algún día la sociedad se convulsiona acudiré implacable y en
persona a por vosotros.
¿Y qué decir de los banqueros? Tras provocar la
crisis y desviar la culpa a la política, cargan sus costes sobre las costillas
de la gente honrada. Quienes perpetran políticas de derechas, sean del partido
que sean, permiten estos desmanes y dejan indefensos a los ciudadanos ante la
voracidad de banca, grandes empresarios, especuladores…
Son conscientes de su inicuo proceder. Por eso
pretenden arrancar de raíz las nuevas formas de protesta. Ahí tenemos el
proyecto de nuevo Código Penal elaborado para reprimir las protestas ciudadanas
mientras se extiende la alfombra roja a los defraudadores y se indulta a
políticos condenados por corrupción…¿cuántos indultados por corrupción van ya,
señor Ruíz Gallardón? Nada extraño cuando la cartera de “Justicia” la ocupa vd,
el yerno del presidente de la fundación Francisco Franco. ¿Alguien entendería
una fundación Adolfo Hitler en Alemania?
Un genocidio silencioso con
responsables
Esta gigantesca maniobra de muerte no podría
haberse desplegado sin planificar una deuda tan colosal como innecesaria.
Esta deuda no existiría si el Banco Central
Europeo hubiese prestado dinero directamente a los Estados. Pero en Europa el BC
presta ese dinero a bajo interés a los bancos privados quienes, a su vez, lo
prestan a los Estados elevando los intereses.
De esta manera, miles de millones de euros acaban
en el bolsillos de banqueros sin razón ni mérito alguno. Y son los ciudadanos
trabajadores, honrados y de bien, quienes pagan con su vida, su salud y su
sangre, esta orgía de codicia.
Cuando afirmo que el PP, a través de sus
políticas, mata más que la ETA y Al Queda no me refiero, obviamente, a que
directamente arrojen a las gentes desde las ventanas cuando van a ser
desahuciados. Tampoco expreso que retiren materialmente las medicinas de los
ancianos y crónicos o que clausuren personalmente las consultas médicas.
Pero, trágicamente, sí elaboran las leyes que
arrastran y arrastrarán a miles de ciudadanos hacia la desesperación, el dolor y
la muerte. Y en un mundo donde existiera una justicia avanzada deberían de ser
juzgados. Del mismo modo que fueron enjuiciados quienes ordenaron construir los
campos de exterminio nazi, y no solo los operarios que materialmente abrían la
espita del gas tóxico.
Los ciudadanos que clamamos por la justicia jamás
debemos callar. Debemos gritarles alto y fuerte, sin temor ni reserva mental,
que sus manos gotean sangre inocente, que sus decisiones a favor de bancos y
grandes empresas matan más que el terrorista más sanguinario, que sobre ellos
recae la responsabilidad del dolor, la angustia, el sufrimiento y la muerte de
millares y millares de inocentes.
Artículos de Opinión | Gustavo Vidal
Manzanares
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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