viernes, 23 de noviembre de 2012
El autor del escrito que
verán a continuación, profundiza en nuestra inquietud sobre lo que
pueda estar jugándose entre bastidores con los palestinos de Gaza
agredidos inesperadamente (y más inesperadamente en tregua gracias a Morsi, el amigo americano) a
quienes, en nuestra opinión, Washington pretende meter en el redil de
esas "revoluciones" tipo Libia, Túnez o Egipto donde han
sido sustituídos viejos socios por otros nuevos, intentando acabar con
toda clase de resistencia antiimperialista. Desde luego el artículo es
más que esclarecedor. Venimos sospechándolo hace días y aquí lo hemos
anunciando. Ojalá nos equivoquemos y ojalá los palestinos no muerdan el
anzuelo. Sería gravísimo para su existencia como pueblo independiente
Ibrahim al-Amin
“Ni resistencia, ni
negociaciones”. Tal fue el eslogan del emir de Qatar durante su reciente
visita a la Franja de Gaza. Lo utilizó para instar a los palestinos a
la reconciliación. Fue como si les dijera: el campo de vuestra
resistencia no resiste, y vuestro campo de la paz no está negociando,
así que, ¿por qué no hacéis las paces?
El emir de Qatar no
explicó por qué debe haber una reconciliación ni sobre qué. Tampoco vio
por qué el campo de la paz no negocia —porque Israel es la parte que no
quiere negociaciones ni paz. Y, ¿quién le ha dicho que el campo de la
resistencia ha dejado de resistir? ¿Es
porque Hamas pertenece a la Hermandad Musulmana y las prioridades
actuales de la organización pariente no incluyen la resistencia? ¿Es eso lo que quiso decir?
Este eslogan incorrecto se produjo inmediatamente después de que estallasen las revoluciones árabes. Su
objetivo era permitir que las fuerzas políticas ascendentes en los
países árabes cuyos gobernantes fueron derrocados —como Egipto, Túnez y
Libia— adopten políticas en consonancia con los valedores occidentales y árabes de las revoluciones. Quieren que esos nuevos poderes se limiten a los asuntos domésticos.
“Ni resistencia, ni negociaciones” significa que los palestinos deben actuar asumiendo que la ocupación está allí para quedarse
y que no deben esperar ayuda alguna sólo porque se hayan producido las
revoluciones. Un responsable del Golfo imaginaba en tono de burla
lo que el presidente egipcio Muhammad Morsi le estaría diciendo al
dirigente de Hamas Jaled Mishal: “Venga ya, hombre. Ni siquiera podemos
darnos el lujo de limpiar las calles en Egipto. ¿Qué es lo que quieres?
Renuncia. Alto el fuego y a confiar en el Señor”.
El
ministro libanés de Asuntos Exteriores Adnan Mansur parecía fuera de
lugar en la reunión ministerial árabe de antes de ayer. Enfureció a los
presentes por utilizar un lenguaje “pasado de moda” sobre boicots y
resistencia. El lenguaje adecuado y en boga lo proporcionó el ministro
de Relaciones Exteriores de Qatar que hizo una declaración de
impotencia, diciendo a los palestinos: conocemos los límites de nuestra
capacidad y determinación y nunca iremos a la guerra. Eso fue antes de que hiciera la obligada referencia a su apoyo a la firmeza de la Franja de Gaza.
“Ni
resistencia, ni negociaciones”. Esta frase no sólo se dice para
justificar dicha impotencia sino también para enmarcar el objetivo real
de las revoluciones árabes como el logro de un cambio de poder.
En esta línea de pensamiento, el único problema de los egipcios era que
Gamal Mubarak no llevase a cabo sus rituales religiosos ni se dejara
crecer la barba. Un desastroso resultado
inicial de las protestas populares de Egipto ha sido que se han
instalado en el poder réplicas de los antiguos gobernantes del país
aunque con barba. La camarilla ha sido sustituida por otra camarilla
mientras la política económica sigue siendo la misma, las relaciones con
Israel no han cambiado, y el papel del país como mediador entre el
enemigo y el pueblo de Palestina ocupada no se ha modificado.
Los defensores del “ni
resistencia, ni negociaciones” están desempeñando un sucio papel. Creen
que la prioridad está en atender otras posibilidades. Dicen que no hay
resistencia porque han elegido retirarse de la batalla, renegar de la
resistencia y ceder a la realidad de la ocupación. Para defender su
posición promueven divisiones religiosas y acusan a las fuerzas de la
resistencia de que su objetivo no es la liberación.
Pero,
¿cómo cuadra la evaluación del ministro de Exteriores qatarí al respecto
de que los árabes son impotentes para actuar respecto a Gaza con el
hecho de que su Estado y otros del Golfo sí puedan hallar la
determinación para suministrar a la oposición siria armas y apoyo
mediático?
¿Cómo pueden decidir —y
pretender que nosotros realmente nos lo creamos— que los palestinos no
necesitan un similar apoyo y atención?
¿Qué impide a esos países seguir respaldando a la oposición siria y no hacer lo mismo con los palestinos?
¿Cómo
gente con un historial de lucha —en especial los palestinos que residen
en las cortes de los tomadores de decisiones del Golfo— puede
justificar sus lazos con la santa alianza del Consejo de Cooperación del
Golfo (CCG), Estados Unidos y la Europa colonial? ¿Cómo es
posible que palestinos activos en instituciones académicas, científicas,
mediáticas y diplomáticas controladas por los Estados del CCG puedan
justificar ante sí mismos tal política?
Lo que está ocurriendo
en Palestina da fe de una cosa: la ocupación perdura y continúa, y ello
significa que la resistencia perdura y continúa. La resistencia ha
venido demostrando hasta el momento sus habilidades y su capacidad para
ejercer un mayor impacto en Israel. La
alternativa es la opción de ceder. No hay necesidad de ser oblicuo al
respecto de esta posición porque no importa cómo se exprese equivale a
lo mismo: la rendición.
Fuente:http://english.al-akhbar.com/content/gaza-only-cure-occupation-resistance
Traducción tomada de rebelion.org
Este vídeo, no difundido por ningún medio imperialista, que hablan de intercambio de disparos entre dos contendientes como si se tratara de una guerra de igual a igual, muestra el castigo criminal efectuado contra la población palestina. Dura 19 minutos pero es tan intenso que pasan rapidísimos. Después del garrotazo ofertarán la zanahoria envenenada.
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