miércoles, 28 de noviembre de 2012
En principio no era su candidato. Washington quería imponer a Mohamed El Baradei
pero éste era rechazado por los egipcios que lo acusaban de
pro-occidental. Finalmente entraron en negocios con Mohamed Morsi, de la
misma manera que, en los últimos tiempos, han hecho con elementos de
corte similar (Libia,Túnez), hoy amigos y mañana, quizás, enemigos. Los
musulmanes de Hezbolá, fieles a su línea antimperialista, nunca
aceptaron entrar en ese juego.
Detalles significativos:
No hemos visto a EEUU condenando el decretazo de Morsi, sí hemos visto a
EEUU con su faraón, negociando la paz en Gaza, tras un ataque
imprevisto contra la Franja cuyo fin, sospechamos, es meter en cintura a
Hamás para pasarlo al bando imperialista. Pero también vemos que el
pueblo egipcio se siente engañado y lo expresa en la plaza de Tahir. La
Casa Blanca prohibió a su marioneta que movilizara a "Los Hermanos
musulmanes y primos de los estadounidenses" y piensa, de nuevo, en El
Baradei, basta con ver cómo éste, cobra renovado protagonismo.
Hoy, los manifestantes
permanecen en la plaza Tahir donde han pernoctado en tiendas de campaña
para seguir protestando contra el decreto que blinda los poderes del
"presidente" egipcio. Hasta ahora hay dos muertos: uno por inhalación de
gases tóxicos, otro de un disparo. El Gobierno títere de El Cairo niega
la muerte del último.
El hijo puta amigo
americano se tambalea, el otro hijo puta (El Baradei) espera
órdenes, mientras el pueblo egipcio espera hacer la revolución que lo
posicione, como en tiempos de Nasser, en el bando antiimperialista.
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