27.11.2012
Como suele suceder tratándose de los hacedores de opinión publica, no
van a consentir jamás que la realidad les pueda estropear un buen
titular. Si ellos decidieron que Más es Cataluña e independencia, no
serán los resultados electorales los que empañen el análisis, según el
cual, la bajada de 12 diputados de CiU es un fracaso estrepitoso y
definitivo del nacionalismo catalán y quedan zanjadas las ansias
nacionalistas. Algunos oyentes que se cuelan en programas en directo de
radio, invitan a que se sumen los parlamentarios que apoyarían una
consulta sobre la independencia para comprobar que son 87, pero tampoco
esto disuade a los periodistas del sistema que siguen erre que erre con
el fracaso de Más y de paso con él de la senyera, els segadors, el cava y
el barça. Si otro apunta a que la subida de ERC quizás haya ocurrido
en detrimento de la propia CiU como un intento de acelerar el proceso
independentista, se dice que el extremismo perdió y ganó España (sic), y
no hay que darle más vueltas. Si es la prensa internacional que se toma
la molestia de hacer la suma, se le ignora o se editorializa sobre el
desconocimiento y la poca sensibilidad que tienen los corresponsales
extranjeros para con la realidad española.
Asistimos pues a un ejercicio, no ya de cinismo, sino de convertir la realidad de los resultados en una virtualidad bizcochable e interpretable. Esto es, si las encuestas daban que el PSC, por ejemplo, bajaría 10 electos, y luego baja “sólo” 8, se vende como una subida de 2. Y es que las encuestas se convierten en una fase intermedia entre una elección y otra, y el resultado real y final se contrasta con lo que daban las encuestas, no con lo que en realidad tenían en la legislatura anterior.
Van a tener que seguir atentos porque el proceso para una consulta popular en referéndum es imparable, por mucho que les pese a los prebostes del nacionalismo español.
Asistimos pues a un ejercicio, no ya de cinismo, sino de convertir la realidad de los resultados en una virtualidad bizcochable e interpretable. Esto es, si las encuestas daban que el PSC, por ejemplo, bajaría 10 electos, y luego baja “sólo” 8, se vende como una subida de 2. Y es que las encuestas se convierten en una fase intermedia entre una elección y otra, y el resultado real y final se contrasta con lo que daban las encuestas, no con lo que en realidad tenían en la legislatura anterior.
Van a tener que seguir atentos porque el proceso para una consulta popular en referéndum es imparable, por mucho que les pese a los prebostes del nacionalismo español.
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