Estamos
asistiendo en los últimos meses a un cambio de modelo que supondrá la
desaparición de la educación tal y como la conocemos pues, a pesar de sus
carencias, ha conseguido ser una de las más equitativas de la OCDE.
El
modelo actual necesita sin duda mejorar aspectos relacionados con los
contenidos, trabajo directo en el aula, currículos... Pero no es eso lo que nos
propone el Ministerio. Todas estas modificaciones, a juicio de este colectivo,
deberían hacerse con tiempo y el consenso de la comunidad educativa. Cuando
alguien quiere hacer una reforma llama a profesionales en la materia. El
Ministerio en este caso ha hecho oídos sordos a la opinión de los docentes y
como ya ocurriera en otras ocasiones con gobiernos del PP y del PSOE, la
reforma es diseñada por políticos y supuestos expertos. Ni unos ni otros han
entrado jamás en un aula y, sinceramente, no están acreditados para diseñar
cambios en un sistema educativo que no conocen.
Insistimos,
el PP no tienen intención de mejorar los aspectos educativos o
pedagógicos que no están dando los resultados deseados, sino cambiar el modelo
para que este cumpla con sus expectativas.
Las reformas educativas diseñadas durante la
democracia, si bien mejorables, han logrado una mayor accesibilidad a los
estudios; han ido acortando las distancias entre grupos sociales; han integrado
al alumnado con necesidades educativas especiales... aunque por contra han
mantenido la religión en las aulas y han promovido la Escuela privada
(concertada). Con todo, vamos a echar por la borda lo logrado si no paramos la
LOMCE, ya que pretende dar un giro de 180 grados a nuestro sistema
educativo.
¿Cómo es el sistema educativo que quieren
implantar? En primer lugar hay que tener muy claro que tanto para el PP como
para el PSOE la educación es un negocio. Consideran la educación como una
actividad que debe regirse por los principios del más rancio capitalismo, ese
que actualmente parece agotado y nos está llevando a la ruina. Pero la educación
jamás debe sujetarse a principios económicos puesto que educar personas nunca
podrá ser igual que fabricar tornillos. La Constitución española de 1978 dice
que: La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la
personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y
a los derechos y libertades fundamentales.
No dice nada de que el sistema educativo deba estar al servicio del capital .
El
PP con su reforma pretende que la Escuela sea una empresa, de esas que sólo
buscan cuenta de resultados y expulsan a aquellos trabajadores que no llegan a
cumplir los objetivos marcados. ¿Esto qué va a significar para la educación? En
primer lugar que los directores pasan a tener mayor poder, restándoselo a las
familias y docentes. Estos, deberán rendir cuentas a la administración, y a
cambio podrán seleccionar a los docentes así como decidir sobre el proyecto
educativo de centro. Pero, como sabemos, no todos los centros son iguales ni
todos los alumn@s. Aquellos alumn@s que no cumplan serán derivados hacia una FP
básica, que a día de hoy, tal y como aparece reflejado en la LOMCE, no permitirá
la obtención del título de la ESO. Serán los hij@s de las familias más
necesitadas los que serán descartados, pues, como demuestran todos los informes
internacionales, el contexto social es determinante en la evolución del
alumnado.
Cuando
una empresa no consigue cumplir con los objetivos, cuando no obtiene
beneficios, se cierra. En la Escuela el mercado el cual regulará qué centros
son mejores que otros, serán las pruebas externas, iguales para toda España.
Pero, ¿qué pasará con los centros cuyo alumnado no llegue a los objetivos? No
serán cerrados porque la educación es un derecho, pero sí defenestrados y
señalados con el dedo. En algunos casos serán privatizados, porque según el PP,
lo privado funciona mejor que lo público. Pero, como en toda empresa, sus
trabajadores son seleccionados. Así ocurrirá cuando los centros sean privados,
que se seleccionará, como ya se hace, no sólo al profesorado sino también al
alumnado. ¿Qué ocurrirá con aquellos alumn@s con dificultades? Que no serán
admitidos en los nuevos centros privatizados. El futuro nos lo está mostrando la
Comunidad de Madrid. Al igual que pretenden crear hospitales especializados en
geriatría, a pesar de las críticas de los profesionales, lo mismo harán con los
centros educativos. Volveremos a los años 50-60, en los que había centros para
los hij@s de los trabajadores/as y otros para los hij@s de las clases altas
que puedan pagarlos, así como centros para alumnado con dificultades. Todo lo
que hemos conseguido, la integración alcanzada, se irá al traste.
Considerar
la escuela como una empresa supondrá la mercantilización de la educación tanto
desde un punto de vista organizativo, algo que nos preocupa enormemente, como
también ideológico. Por ejemplo tendríamos que los futuros ciudadanos estén
totalmente convencidos de lo bueno de este sistema y callen ante desahucios,
preferentes, abusos de la banca... No quieren gente crítica. Además, la FP dual
ha sido planteada como una forma de obtener mano de obra barata y hacer
descender las tasas de paro juvenil, aunque sea a costa de rebajar el poder
adquisitivo de los trabajadores españoles y aunque condene al paro indefinido
a los mayores de 40 años.
El
cambio de modelo va a suponer, además de la competencia feroz entre
centros y alumn@s, la discriminación de aquellos con más dificultades. ¿Cómo
pretende el Ministerio acabar con las desigualdades sociales provocadas en gran
medida por la falta de estudios, si no garantiza los recursos adecuados a
quienes los necesitan? El aumento de horas y ratio está repercutiendo
especialmente en el alumnado más débil, pues la atención a la diversidad se está
viendo muy afectada. Las clases de 35 alumn@s resultan a veces ingobernables. El
aumento de la carga de trabajo de los docentes está dificultando la atención
individualizada y el uso de las TIC. Sin duda lo que pretende el PP no es
educar a los futuros ciudadanos sino que, como ya nos explicara Darwin con
distinta aplicación, la selección natural lleve a triunfar sólo a unos pocos. ¿A
quiénes? A aquellos que tienen capacidades o los recursos sobrados para paliar
cualquier contratiempo. Pero, ¿de verdad queremos un país con una gran masa de
cuasi-analfabetos, mal formados, con escasos estudios y futuro? Si permitimos
que todas estas regresiones se implanten el resultado será una sociedad más
desigual, menos justa, peligrosa, insegura, con mayores dificultades para
afrontar el futuro, en la que sólo unos pocos tendrán acceso a todo y la inmensa
mayoría tendrá que pagar. ¿Os suena? Por desgracia nos está gobernando un Tea
Party español que ajeno a las demandas de la población, busca tan sólo su
beneficio y el de los suyos. Ante este panorama hay que decir NO e informarse
ya que el conocimiento es lo único que nos hará libres.
La
Educación no es un negocio y los niños no son clientes ni se les puede
considerar futuros consumidores en un ámbito que debería buscar la formación
íntegra y crítica de la persona.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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