¡
Enara Rodríguez, hermana del preso político Arkaitz Rodríguez, ha
presentado una denuncia en los juzgados de Donostia en la que relata
cómo dos supuestos policías la sacaron de la carretera y le amenazaron
cuando regresaba de una visita desde la cárcel de Logroño.
Enara Rodrigez, hermana del preso vasco Arkaitz, ha sufrido una situación de acoso cuando volvía de una visita
«Pensaba
que el objetivo era matarme, pero sin su “participación”». Así acaba el
testimonio de la denuncia que interpusó ayer Enara Rodriguez.
Enara,
es hermana del preso político vasco Arkaitz Rodrigez, y el 28 de
septiembre tuvo que vivir una complicada situación, cuando volvía de
Logroño, después de una visita con su hermano. Cuando circulaba por la
autovía A-12 dirección Pamplona, se dio cuenta de que un coche gris de
la marca Opel Astra, maniobraba extrañamente. Aunque ella acelerara o
redujera la velocidad, el coche se mantenía a su lado. El vehículo
estaba ocupado por dos hombres. A la altura de una salida, el coche
empezó bruscamente a invadir el carril donde se encontraba Enara,
obligándole a tomar la salida a gran velocidad lo que hizo que perdiera
el control del vehículo y diera 3 o 4 vueltas, sin que el coche volcara.
Una vez que el
vehículo se detuvo, se dio cuenta de que había dos hombres alrededor de
su coche. Uno de ellos le dijo insultándola que se bajará del coche.
Cuando ella respondió que iba a llamar a la policía, se empezaron a
reir, y le enseñaron una placa, que cree que era de la Policia Nacional.
Después de pasar unos minutos de indecisión en este situación, Enara
decidió bajar la ventanilla del coche. Fue en ese instante cuando uno de
ellos aprovechó para meter el brazo rápidamente, abrir la puerta,
agarrarla del pelo sacándola del coche y tirarla al suelo entre duros
insultos sexistas y amenzas de violación. En un momento dado, consiguió
levantarse del suelo, pero le cogieron los brazos por detrás, como si
estuviera esposada. Entonces, le empezaron a tocar por el cuerpo,
insultándola y amenazándola otra vez. Y otra vez, la lanzaron al suelo.
Enara les hizo frente, y por ello tuvo que escuchar cosas como «como no
te calles y dejes de insultarnos esta noche tendremos algo que
celebrar», «eres una zorra valiente, ya veremos después de violarte si
sigues igual»...
Al
final, agarrándola del cuello la levantaron del suelo y le dieron
cinco minutos para escapar. Le dijeron que corriera todo lo que podía,
porque si la volvían a ver en la autovía, no podría contarlo. Salió de
allí a mucha velocidad, hasta que fué capaz de darse cuenta de que no
podía seguir conduciendo así porque finalmente tendría el accidente que
parecía que ellos estaban buscando.
¿Cómo
debemos calificar este suceso? ¿Cómo va a calificarlo la sociedad? Lo
que Enara ha tenido que sufrir es una muestra del acoso al que nos vemos
sometidos los familiares y allegados de las y los presos políticos
vascos, pero lo es con una gravedad indiscutible. La situación en sí ya
es bastante dura, el castigo de la dispersión y lo que a ello nos obliga
ya es suficientemente grave, pero este hecho debería activar todas las
alarmas. Es urgente terminar con la dispersión , lo es por los derechos
de nuestros familiares presos, por los nuestros propios y por nuestra
seguridad.
Recordamos
las duras condiciones en las que debemos viajar: los horarios
inadecuados, los condicionantes climatológicos, los cacheos a que nos
intentan someter, la sangría económica, el agotamiento físico, la
tensión …. Estas condiciones ya acumulan suficientes y suficientemente
graves consecuencias: accidentes y muertes. 16de nosotros han perdido la
vida en la carretera. En este año 2012 ya hemos sufrido doce
accidentes. El más grave, el de los familiares de Mikel Egibar, cuyas
serias consecuencias aún siguen sufriendo la mujer y los hijos del preso
vasco.
Sepan
que a pesar de todo, y sea cual sea el precio que quieran hacernos
pagar, no vamos a dejar de visitar a nuestros familiares y allegados.
Les queremos y estaremos con ellos. Y les queremos en casa.
EL TESTIMONIO DE ENARA RODRIGEZ
El
viernes día 28 de Septiembre, (...) aproximadamente a las 18:30 de la
tarde, cuando circulaba por la Autovia A-12 (autovia que va desde
Logroño hasta Iruñea) un vehículo realizó una maniobra de adelantar mi
vehículo, pero se quedo en el carril de la izquierda a la altura de mi
coche. Al ver, que no adelantaba, aumente la velocidad, el coche de la
izquierda también aumento la velocidad, entonces disminuí la velocidad y
el coche también la disminuyo. El vehículo estaba ocupado por dos
hombres.
A
la altura de la salida de Arroniz, el coche empezó bruscamente a
invadir mi carril, obligándome a tomar la salida, sino quería que me
golpeasen. Tomé la salida a gran velocidad y perdí el control del
vehículo dando 3 vueltas (girando sobre el vehículo). Recupere el
control del coche e intenté proseguir el camino. Sin embargo, todavía
muy asustada, me temblaban las piernas y al no ser capaz de seguir
conduciendo, me detuve al lado de la carretera con el fin de
tranquilizarme.
Cuando
trataba de tranquilizarme aparecio nuevamente el coche, y mientras que
uno de ellos se puso delante del coche, para que no pudiera avanzar, el
otro hombre se puso al lado, dando golpes en mi cristal y gritandome
cosas como por ejemplo “puta zorra! bájate ya del coche!”. Yo me
encontraba muy asustada y les dije que no tenia ninguna intención de
salir del coche, que me dejasen en paz y que se fueran. Entonces, me
enseñaron una placa de la policia y me llamaron por mi nombre. Creo que
era la placa de la Policia Nacional.
Uno
de ellos, el que estaba al lado de mi ventana y el que se dirigía a mi
en todo momento, parecio tranquilizarse y me requirio la documentación,
así como que me tranquilizara y me bajara del coche. Finalmente baje la
ventanilla del coche para entregarles la documentación, el hombre metio
el brazo rapidamente y abrió la puerta, y tirándome del pelo me lanzó al
suelo. Encontrandome en el suelo, uno de ellos me pisaba fuertemente
para que no pudiera levantarme.
A
partir de ese momento se incrementaron los insultos, las amenazas y la
violencia. Mientras me encontraba en el suelo, uno de ellos me pisaba
para que no pudiera levantarme. Me encontraba muy asustada y les gritaba
que me dejasen en paz, les preguntaba, que ocurria, que por qué me
habían echado de la carretera, qué querían de mi.
Me gritaban en todo momento, decían que habían vuelto para comprobar
si estaba muerta y si había una zorra menos. En todo momento utilizaban
mi condición de mujer para amenazarme, insultarme y humillarme. Me
amenazaban con violarme. En un momento, pude levantarme del suelo, el
que estaba detrás me cogió de los brazos y me inmobilizó agarrándome los
brazos por detras, como si estuviera esposada. Me agarraba tan fuerte
que me hacía mucho daño en las muñecas, (luego pude comprobar que tenía
quemaduras en la muñeca izquierda). Entonces, me empezo a tocar el culo y
el que en todo momento se dirigia a mi y se encontraba delante, me
empezó a tocar los pechos. Yo, intentaba en todo momento escapar de mis
agresores, eso les enfurecía aun más, y me agarraron del cuello.
Gritaban todo el rato “eres una zorra valiente, ya veremos, si después
de violarte si sigues igual”. Me lanzaron al suelo de nuevo, y empezaron
a dar datos sobre mi vida, mi trabajo, mis amigos... Estaban muy
alterados, y realmente pensé que me iban a violar.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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