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jueves, 11 de octubre de 2012

INCREIBLE HISTORIA. ¡¡¡¡¡¡¡

¡
Enara Rodríguez, hermana del preso político Arkaitz Rodríguez, ha presentado una denuncia en los juzgados de Donostia en la que relata cómo dos supuestos policías la sacaron de la carretera y le amenazaron cuando regresaba de una visita desde la cárcel de Logroño.
 
Enara Rodrigez, hermana del preso vasco Arkaitz, ha sufrido una situación de acoso cuando volvía de una visita
«Pensaba que el objetivo era matarme, pero sin su “participación”». Así acaba el testimonio de la denuncia que interpusó ayer Enara Rodriguez.
 
Enara, es hermana del preso político vasco Arkaitz Rodrigez, y el 28 de septiembre tuvo que vivir una complicada situación, cuando volvía de Logroño, después de una visita con su hermano. Cuando circulaba por la autovía A-12 dirección Pamplona, se dio cuenta de que un coche gris de la marca Opel Astra, maniobraba extrañamente. Aunque ella acelerara o redujera la velocidad, el coche se mantenía a su lado. El vehículo estaba ocupado por dos hombres. A la altura de una salida, el coche empezó bruscamente a invadir el carril donde se encontraba Enara, obligándole a tomar la salida a gran velocidad lo que hizo que perdiera el control del vehículo y diera 3 o 4 vueltas, sin que el coche volcara.
 
Una vez que el vehículo se detuvo, se dio cuenta de que había dos hombres alrededor de su coche. Uno de ellos le dijo insultándola que se bajará del coche. Cuando ella respondió que iba a llamar a la policía, se empezaron a reir, y le enseñaron una placa, que cree que era de la Policia Nacional. Después de pasar unos minutos de indecisión en este situación, Enara decidió bajar la ventanilla del coche. Fue en ese instante cuando uno de ellos aprovechó para meter el brazo rápidamente, abrir la puerta, agarrarla del pelo sacándola del coche y tirarla al suelo entre duros insultos sexistas y amenzas de violación. En un momento dado, consiguió levantarse del suelo, pero le cogieron los brazos por detrás, como si estuviera esposada. Entonces, le empezaron a tocar por el cuerpo, insultándola y amenazándola otra vez. Y otra vez, la lanzaron al suelo. Enara les hizo frente, y por ello tuvo que escuchar cosas como «como no te calles y dejes de insultarnos esta noche tendremos algo que celebrar», «eres una zorra valiente, ya veremos después de violarte si sigues igual»...
 
Al final, agarrándola del cuello la levantaron del suelo y le dieron cinco minutos para escapar. Le dijeron que corriera todo lo que podía, porque si la volvían a ver en la autovía, no podría contarlo. Salió de allí a mucha velocidad, hasta que fué capaz de darse cuenta de que no podía seguir conduciendo así porque finalmente tendría el accidente que parecía que ellos estaban buscando.
 
¿Cómo debemos calificar este suceso? ¿Cómo va a calificarlo la sociedad? Lo que Enara ha tenido que sufrir es una muestra del acoso al que nos vemos sometidos los familiares y allegados de las y los presos políticos vascos, pero lo es con una gravedad indiscutible. La situación en sí ya es bastante dura, el castigo de la dispersión y lo que a ello nos obliga ya es suficientemente grave, pero este hecho debería activar todas las alarmas. Es urgente terminar con la dispersión , lo es por los derechos de nuestros familiares presos, por los nuestros propios y por nuestra seguridad.
 
Recordamos las duras condiciones en las que debemos viajar: los horarios inadecuados, los condicionantes climatológicos, los cacheos a que nos intentan someter, la sangría económica, el agotamiento físico, la tensión …. Estas condiciones ya acumulan suficientes y suficientemente graves consecuencias: accidentes y muertes. 16de nosotros han perdido la vida en la carretera. En este año 2012 ya hemos sufrido doce accidentes. El más grave, el de los familiares de Mikel Egibar, cuyas serias consecuencias aún siguen sufriendo la mujer y los hijos del preso vasco.
 
Sepan que a pesar de todo, y sea cual sea el precio que quieran hacernos pagar, no vamos a dejar de visitar a nuestros familiares y allegados. Les queremos y estaremos con ellos. Y les queremos en casa.
 
EL TESTIMONIO DE ENARA RODRIGEZ
 
El viernes día 28 de Septiembre, (...) aproximadamente a las 18:30 de la tarde, cuando circulaba por la Autovia A-12 (autovia que va desde Logroño hasta Iruñea) un vehículo realizó una maniobra de adelantar mi vehículo, pero se quedo en el carril de la izquierda a la altura de mi coche. Al ver, que no adelantaba, aumente la velocidad, el coche de la izquierda también aumento la velocidad, entonces disminuí la velocidad y el coche también la disminuyo. El vehículo estaba ocupado por dos hombres.
 
A la altura de la salida de Arroniz, el coche empezó bruscamente a invadir mi carril, obligándome a tomar la salida, sino quería que me golpeasen. Tomé la salida a gran velocidad y perdí el control del vehículo dando 3 vueltas (girando sobre el vehículo). Recupere el control del coche e intenté proseguir el camino. Sin embargo, todavía muy asustada, me temblaban las piernas y al no ser capaz de seguir conduciendo, me detuve al lado de la carretera con el fin de tranquilizarme.
 
Cuando trataba de tranquilizarme aparecio nuevamente el coche, y mientras que uno de ellos se puso delante del coche, para que no pudiera avanzar, el otro hombre se puso al lado, dando golpes en mi cristal y gritandome cosas como por ejemplo “puta zorra! bájate ya del coche!”. Yo me encontraba muy asustada y les dije que no tenia ninguna intención de salir del coche, que me dejasen en paz y que se fueran. Entonces, me enseñaron una placa de la policia y me llamaron por mi nombre. Creo que era la placa de la Policia Nacional.
 
Uno de ellos, el que estaba al lado de mi ventana y el que se dirigía a mi en todo momento, parecio tranquilizarse y me requirio la documentación, así como que me tranquilizara y me bajara del coche. Finalmente baje la ventanilla del coche para entregarles la documentación, el hombre metio el brazo rapidamente y abrió la puerta, y tirándome del pelo me lanzó al suelo. Encontrandome en el suelo, uno de ellos me pisaba fuertemente para que no pudiera levantarme.
 
A partir de ese momento se incrementaron los insultos, las amenazas y la violencia. Mientras me encontraba en el suelo, uno de ellos me pisaba para que no pudiera levantarme. Me encontraba muy asustada y les gritaba que me dejasen en paz, les preguntaba, que ocurria, que por qué me habían echado de la carretera, qué querían de mi.
 
Me gritaban en todo momento, decían que habían vuelto para comprobar si estaba muerta y si había una zorra menos. En todo momento utilizaban mi condición de mujer para amenazarme, insultarme y humillarme. Me amenazaban con violarme. En un momento, pude levantarme del suelo, el que estaba detrás me cogió de los brazos y me inmobilizó agarrándome los brazos por detras, como si estuviera esposada. Me agarraba tan fuerte que me hacía mucho daño en las muñecas, (luego pude comprobar que tenía quemaduras en la muñeca izquierda). Entonces, me empezo a tocar el culo y el que en todo momento se dirigia a mi y se encontraba delante, me empezó a tocar los pechos. Yo, intentaba en todo momento escapar de mis agresores, eso les enfurecía aun más, y me agarraron del cuello. Gritaban todo el rato “eres una zorra valiente, ya veremos, si después de violarte si sigues igual”. Me lanzaron al suelo de nuevo, y empezaron a dar datos sobre mi vida, mi trabajo, mis amigos... Estaban muy alterados, y realmente pensé que me iban a violar.
 
Entre ellos también gritaban y empezaron discutir qué iban a hacer conmigo, Al final, me levantaron del suelo y agarrándome del cuello me dijeron ”vamos a jugar a un juego, te damos 5 minutos de ventaja, métete en el coche, y corre todo lo que puedas, si te volvemos a ver en la autovía no lo cuentas!”. Salí corriendo, arranqué el coche, y empece a conducir a mucha velocidad, estaba aterrorizada. Transcurridos diez minutos, reaccioné, y pense que no podia seguir conduciendo a tal velocidad y tan nerviosa, que al final iba a tener un accidente, y pensé que era eso lo que ellos querían, que tuviese un accidente sin la “participación” de ellos. Me detuve en una gasolinera. No podía creer lo que había pasado, estaba muy asustada y aterrorizada.

OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA 

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