“Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.”
Hoy es el aniversario de la muerte de Pablo Neruda.
Escribió los versos más tristes una noche, muchos poemas de
amor y una canción desesperada, pero lo que sin duda alguna hizo como
nadie fue crear los mejores lenguajes del amor, la existencia y la
historia. Su poesía nacía desde el compromiso con el pueblo y con la libertad. Su pluma era arma de denuncia.
Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto, (Pablo Neruda) nació el 12
de julio de 1904, en Parral, Chile. Su madre Rosa, maestra de escuela,
falleció de tuberculosis cuando él contaba un mes de vida. Su padre,
José del Carmen abandonó el campo para trabajar como obrero en los
diques del puerto de Talcahuano, hasta alcanzar el cargo de ferroviario
en Temuco.
Así que Neruda creció con el ruido y el silencio de los
trenes, con el rumor del mar y todos los sonidos de la naturaleza en
unas frías y húmedas tierras australes, bordeadas por el más puro océano Pacífico.
En Confieso que he vivido el poeta narra todas las vivencias de aquella infancia: la naturaleza que le provoca «una especie de embriaguez», los pájaros y su canto, los insectos, o los juegos infantiles, como aquellas peleas con bellotas en las que «yo
tenía escasa capacidad, ninguna fuerza y poca astucia. Siempre llevaba
la peor parte. Mientras me entretenía observando la maravillosa
bellota, verde y pulida, con su caperuza rugosa y gris [...] ya me
había caído un diluvio de bellotazos en la cabeza». También nos descubre su llegada al mar en un vapor a lo largo del río Imperial: «No
hay nada más invasivo para un corazón de quince años que una
navegación por un río ancho y desconocido, entre riberas montañosas, en
el camino del misterioso mar», «Cuando estuve por primera vez frente
al océano quedé sobrecogido. Allí entre dos grandes cerros (el Huilque y
el Maule) se desarrollaba la furia del gran mar. No sólo eran las
inmensas olas nevadas que se levantaban a muchos metros sobre nuestras
cabezas, sino un estruendo de corazón colosal la palpitación del
universo»
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Pablo Neruda con 15 años |
La búsqueda de un seudónimo fue para
evitar el malestar del padre por tener un hijo poeta. Según se comenta
la adopción del nombre Neruda se debe al poeta checo Jan Neruda.
Hay otra hipótesis que cuenta que el joven Neruda tuvo la ocasión de
ver una partitura de Pablo de Sarasate dedicada a la violinista Wilme
Norman-Neruda, “Spanische Tänze” (Bailes españoles) para violín y piano
en una edición de 1879. y el joven Neftalí tomó el nombre Pablo (de
Sarasate) y Neruda (de Wilme Norman-Neruda) y los utilizó para su
seudónimo.
En 1921 se traslada a Santiago para estudiar pedagogía en el
Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Sigue escribiendo y
publicando, nunca dejará de hacerlo. Y en 1927 se abre un nuevo
universo en la vida del poeta, al comenzar su larga carrera
diplomática. A través de ella descubre una nueva naturaleza, la de
Oriente, Fue consul en Rangún, Birmania, Sri Lanka, Java, Singapur,
Buenos Aires, Barcelona y Madrid.
Durante su estancia en España, entra en contacto con el mundo
cultural español como protagonista a través de su vinculación con los
hombres de la generación del 27. García Lorca, Alberti, Aleixandre y
Miguel Hernández son una referencia permanente de encuentros,
conversaciones, lecturas y proyectos.
Al estallar la Guerra Civil española, Neruda conmovido por la guerra
y el asesinato de su amigo Federico García Lorca, se compromete con el
movimiento republicano. La situación de España le sumía en la
desolación. La tierra a la que amaba se convertía en un infierno con
sonidos de bombas y olor de muerte, Todo ello quedó reflejado en, una
triste pero bella obra, “España en el corazón”.
En 1939 es designado cónsul especial para la inmigración española en
París, donde destaca como el gestor del proyecto Winnipeg el barco que
llevaría a los refugiados españoles, desde Francia a Chile.
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“La Historia ha probado la capacidad demoledora de la poesía y a ella me acojo sin más ni más” |
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