Los representantes de Estados Unidos, Rusia, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón dedicaron casi el doble del tiempo previsto, más de dos horas, a analizar la delicada situación en la zona euro
El G8 quiere crecimiento, estabilidad financiera y consolidación fiscal para la eurozona
La crisis de la deuda europea dominó hoy la cumbre del G8 que se celebra en Camp David y en la que los líderes de las economías más desarrolladas y Rusia se mostraron de acuerdo en la necesidad de combinar la disciplina presupuestaria con el crecimiento.
Los representantes de Estados Unidos, Rusia, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón dedicaron casi el doble del tiempo previsto, más de dos horas, a analizar la delicada situación en la zona euro y expresaron su interés en que "Grecia permanezca en la eurozona".
En un comunicado al término de la primera sesión de la jornada, los mandatarios expresaron su apoyo a "la determinación de los líderes de la eurozona a resolver las tensiones en la zona euro de modo creíble y con prontitud, y de modo que genere confianza, estabilidad y crecimiento".
El G8 se mostró a favor de discusiones en la Eurozona para determinar "cómo generar crecimiento, mientras se mantiene un firme compromiso a implementar la consolidación fiscal".
Al mismo tiempo, acordaron que todos los gobiernos del G8 "necesitan tomar acciones para aumentar la confianza y alimentar la recuperación, incluidas reformas para aumentar la productividad, el crecimiento y la demanda dentro de un marco sostenible, creíble y macroeconómico no inflacionario".
"Es imperativo promover el crecimiento y el empleo. La economía global muestra señales prometedoras, pero persisten los vientos de frente", indicó el texto, que no obstante indica que las medidas no pueden ser las mismas para cada país a la hora de hacer frente a los problemas.
Previamente, al inicio de la sesión, el presidente estadounidense, Barack Obama, había indicado que el G8 quería que tanto el crecimiento y la estabilidad financiera como la consolidación fiscal formen parte de un plan integral que todos deben aplicar.
"Estamos absolutamente comprometidos a la hora de garantizar que tanto el crecimiento y la estabilidad como la consolidación fiscal formen parte de un paquete global que todos nosotros debemos impulsar", para generar prosperidad, dijo Obama.
El presidente estadounidense, cuyos instintos le aproximan más a la posición del nuevo presidente francés Francois Hollande para potenciar el crecimiento, y la canciller alemana, Angela Merkel, la mayor defensora de la austeridad como remedio para la crisis, tienen previsto reunirse en una bilateral a la conclusión de la cumbre.
Merkel, Hollande y el jefe de Gobierno italiano, Mario Monti, se reunirán también en junio en Roma, según anunció hoy este último, para concertar sus posturas de cara a la cumbre europea de ese mes.
Los mandatarios dedicaron también el segundo y último día de reunión, a la que Estados Unidos quiso dar un toque informal con la elección de este enclave rústico, a cuestiones como los mercados de petróleo.
En un segundo comunicado, los líderes del G8 se comprometieron hoy a vigilar y estar listos para asegurar el suministro estable de petróleo a los mercados mundiales y evitar los riesgos de interrupciones en la economía.
"Supervisamos la situación de manera cercana y estamos listos para solicitar a la Agencia Internacional de la Energía que tome las medidas oportunas que aseguren que los mercados reciben provisiones de manera puntual y completa", indicaron.
Las sanciones a Irán, que han sido promovidas por Estados Unidos y seguidas por la UE, Japón y otros aliados, se ampliaran en julio con un embargo sobre el petróleo que hará que esas economías tengan que buscar alternativas a los más de millón de barriles diarios que recibían de Teherán.
El G8 dedicó asimismo su almuerzo de trabajo a la seguridad alimentaria en Africa, una comida a la que también estaban invitados cuatro líderes africanos: el presidente de Tanzania, Jakaya Kikwete; el ghanés John Atta Mills; el primer ministro etíope, Meles Zenawi, y el presidente de Benin y cabeza de la Unión Africana, Thomas Boni Yayi.
Tras el fin de la cumbre, la mayor parte de los líderes tenía previsto desplazarse a Chicago para participar en la cumbre de la OTAN que se inaugurará mañana domingo con la transición en Afganistán como gran protagonista.
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