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Griñán no ha querido dar la cara y, además de provocar el enfado de los sindicatos, ha obligado a Izquierda Unida a explicar el recortazo que ha aplicado en Andalucía. El presidente andaluz no ofreció los detalles del mayor ajuste presupuestario en tres décadas tras la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno del martes. Tan sólo se remitió a una entrevista en Canal Sur, en la que precisó que adoptaba las medidas por “imperativo legal” y que lo hacía por “responsabilidad política” porque se quiere “contribuir a que España sea valorada internacionalmente como se merece”.
Antes, primero permitió que se quemara su consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, y luego el vicepresidente Valderas. “Son medidas reversibles, en cuanto cambie la situación económica se volverá a la situación anterior”, explicó el coordinador general de Izquierda Unida en Andalucía y consejero de Relaciones Institucionales y Administración Local del Gobierno andaluz. Griñán también consiguió que su número 2 real en el Ejecutivo socialista, la consejera de Relaciones Institucionales, Susana Díaz, pudiera esquivar sus declaraciones.
La luna de miel de José Antonio Griñán con los sindicatos apenas ha durado diez días. Los sindicatos Comisiones y UGT no se explican cómo el recortazo que Griñán ha aplicado en Andalucía pise derechos laborales de trabajadores y cómo les suprimirán las subvenciones para sus asociaciones sindicales que permitirán un ahorro de 10 millones de euros.
Griñán no ha querido dar la cara y, además de provocar el enfado de los sindicatos, ha obligado a Izquierda Unida a explicar el recortazo que ha aplicado en Andalucía. El presidente andaluz no ofreció los detalles del mayor ajuste presupuestario en tres décadas tras la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno del martes. Tan sólo se remitió a una entrevista en Canal Sur, en la que precisó que adoptaba las medidas por “imperativo legal” y que lo hacía por “responsabilidad política” porque se quiere “contribuir a que España sea valorada internacionalmente como se merece”.
Antes, primero permitió que se quemara su consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, y luego el vicepresidente Valderas. “Son medidas reversibles, en cuanto cambie la situación económica se volverá a la situación anterior”, explicó el coordinador general de Izquierda Unida en Andalucía y consejero de Relaciones Institucionales y Administración Local del Gobierno andaluz. Griñán también consiguió que su número 2 real en el Ejecutivo socialista, la consejera de Relaciones Institucionales, Susana Díaz, pudiera esquivar sus declaraciones.
La luna de miel de José Antonio Griñán con los sindicatos apenas ha durado diez días. Los sindicatos Comisiones y UGT no se explican cómo el recortazo que Griñán ha aplicado en Andalucía pise derechos laborales de trabajadores y cómo les suprimirán las subvenciones para sus asociaciones sindicales que permitirán un ahorro de 10 millones de euros.
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