14.03.2015
Quienes jalean las caricaturas que ofenden a otros y sin embargo persiguen con saña las que les ofenden a ellos son, además de censores, unos hipócritas.
Quienes jalean las caricaturas que ofenden a otros y sin embargo persiguen con saña las que les ofenden a ellos son, además de censores, unos hipócritas.
El Ayuntamiento de Madrid ha decidido prohibir el concierto que Soziedad Alkoholika iba a ofrecer el 14 de marzo en el Palacio Vistalegre, alegando que durante su celebración podrían producirse "alteraciones del orden público".
Como nunca se han producido alteraciones del orden
público durante las actuaciones del grupo vitoriano, no resulta
aventurado concluir que la verdadera razón de la suspensión del
concierto no es la esgrimida, sino los "excesos verbales" de algunos
temas de Soziedad Alkoholika, como desliza el propio Ayuntamiento en el
auto de prohibición, citando una sentencia del Tribunal Supremo, pero
obviando que a través de esa sentencia el alto tribunal absolvió al
grupo gasteiztarra de un supuesto delito de humillación a las víctimas
del terrorismo, del que había sido acusado por la AVT y absuelto ya en
primera instancia por la Audiencia Nacional.
Y es que la prohibición del concierto de Soziedad
Alkoholika en Madrid debe ser enmarcada en un rosario de ataques a la
libertad de expresión –a la libertad de expresión de sólo una parte,
siempre la misma, de la sociedad– en España, como el secuestro de la
revista satírica El Jueves por una caricatura de
Felipe de Borbón y Letizia Ortiz en posición íntima; la acusación de
ultraje al actor Pepe Rubianes por sus palabras durante una entrevista;
la querella contra el cantautor Javier Krahe por "ofender los
sentimientos de los miembros de una confesión religiosa" en una
película; la denuncia al cómico Leo Bassi por otro supuesto delito de
blasfemia –presente aún en el Código Penal español– por su parodia del
Papa Juan Pablo II; o el juicio en la Audiencia Nacional al humorista
Facu Díaz por un supuesto delito de humillación a las víctimas del
terrorismo –del que resultó absuelto, como Soziedad Alkoholika– por otra
parodia, por citar algunos ejemplos.
Quienes jalean las caricaturas que ofenden a otros y sin
embargo persiguen con saña las caricaturas –o las canciones, que para el
caso es lo mismo– que les ofenden a ellos no sólo no son Charlie, sino que, además de censores, son unos hipócritas.
En este sentido, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos
establece que la libertad de expresión "constituye uno de los
fundamentos esenciales de la sociedad" y "no se aplica sólo a las
informaciones o ideas consideradas inofensivas o indiferentes, sino
también a las que ofenden o molestan", porque "tales son las demandas
del pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura, sin los cuales
no existe una sociedad democrática".
Soziedad Alkoholika no ha dejado de actuar –desde América
hasta Japón, pasando por Europa y España– durante sus 27 años de
historia. El próximo concierto del grupo se celebrará el 19 de abril en
Santiago de Chile.
Autor: Javier Lezaola, periodista
Fuente: http://www.eldiario.es/norte/cantabria/primerapagina/censuras-hipocresias_6_365773431.html
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