19.11.2012.
LA
ESTRATEGIA ENCUBIERTA: Como ya sucedió en sus anteriores operaciones en
Gaza, Israel comienza a padecer una lógica inexorable de la acción
militar: Si una guerra se extiende, el tiempo termina favoreciendo al
más débil. De nuevo, como en Líbano en 2006, y como en Gaza en 2009, la
extensión de los bombardeos puede desgastar al mando israelí y generar
oleadas de críticas, tanto en el plano internacional como en los
sectores del poder político de Israel
Por
Manuel Freytas (*)
manuelfreytas@iarnoticias.com
La continua tragedia humana (silenciada y deformada
por las potencias y las grandes cadenas mediáticas) desatada por los
periódicos exterminios militares de Israel en Gaza no se define en un
escenario, sino en tres escenarios simultáneos: A)
La masacre militar de civiles, B) La
tragedia humanitariacon el bloqueo, C) La
continua guerra asimétrica entre Israel y Hamás (la guerra del león contra el ratón).
Estos tres escenarios, fueron utilizados históricamente por Israel como
herramienta de presión bélica para someter a Hamás y obligarlo a cumplimentar los dos objetivos estratégicos centrales del Estado israelí en Gaza:
1) La destrucción o el máximo debilitamiento del aparato politico-militar de Hamás.
2) La firma de una tregua y de un acuerdo duradero que asegure el final de los ataques con cohetes a las ciudades israelíes.
Como siempre, Israel y Hamás combaten en una "guerra asimétrica" contra reloj: Israel quiere
destruir la mayor cantidad de plataformas lanzaderas de misiles palestinos antes
de un "cese el fuego" (siempre operado por EEUU para posibilitar un
repliegue "honroso" de Israel), y Hamás busca resistir y seguir
disparando la mayor cantidad de misiles precarios contra ciudades
israelíes para precipitarle al estado judío una
"derrota moral"ante el mundo
Para Israel, la Franja (un campo de concentración a cielo abierto) no
es un teatro de batalla convencional, sino un ejercicio cruzado de
"tiro al pichón" contra un millón y medio de seres humanos, para
quienes
la única luz existente es la producida por las llamaradas multicolores de los misiles y las bombas israelíes.
Contrariamente a lo que se cree, las operaciones militares represivas de Israel en la Franja
nunca tuvieron como objetivo central la destrucción total de Hamás y el derrocamiento de su gobierno.
Como se sabe, Gaza forma parte de un tablero geopolítico estratégico cuyo desenlace se va definir por medio de una
confrontación inevitable del eje islámico Irán-Siria-Líbano-Gaza con el polo EEUU-Israel-Unión Europea,
en el escenario de la "guerra fría" intercapitalista por los recursos
estratégicos y las grandes fuentes de energía con el petróleo como telón
de fondo.
El teatro militar y las tragedias humanitarias de Gaza forman parte
indivisible de las cuestiones estratégicas (y de desenlace conflictivo)
que definen y priorizan las líneas matrices del
orden capitalista internacional en crisis que tiene claramente tres protagonistas centrales:
A)
EEUU, Unión Europea y el "eje occidental" (bloque
dominante del capitalismo que extiende sus tentáculos para apoderarse
de los recursos energéticos, rutas y mercados de Eurasia, Africa y Medio
Oriente).
B)
Rusia, China y el "eje asiático" (Bloque
del capitalismo emergente que disputa una (por ahora) guerra comercial
por áreas de influencia con el eje USA-UE que genera roces y conflictos
militares localizados y a escala global, como el de Georgia, en el
Cáucaso).
C)
Irán y el "eje islámico" (Bloque
de países asentados sobre más del 80% de las reservas mundiales del
petróleo y de los recursos estratégicos en disputa).
Estos tres bloques centrales van a definir (a modo de desenlace, y cuando la
crisis económica global se retroalimente con la
crisis energética global ) un escenario estratégico de
tercera guerra mundial.
En ese marco, la destrucción de Hamás en Gaza y de Hezbolá en Líbano,
y de sus respectivos aparatos políticos militares, es un objetivo de
máxima que se plantea el eje USA-Israel-OTAN como complemento táctico
ineludible de sus
potenciales operaciones militares contra Irán y Siria en Medio Oriente.
La guerra contra el "terrorismo islámico" de Irán, Hezbolá y Hamas, es antes que nada una
guerra por la redefinición del poder USA-imperial(regente del sistema capitalista a escala mundial)
en Medio Oriente, y que tiene a la supervivencia del Estado de Israel como uno de sus objetivos centrales.
Pero la estrategia en Gaza va por pasos, y la destrucción total de Hamás en esta etapa implicaría
tres pasos que Israel no está dispuesto a dar: A)
Ocupar territorialmente Gaza, B) hacerse cargo de su administración y
C) contener el estallido social con caos y luchas intestinas que
generaría la desaparición de Hamás de la escena.
Israel es una superpotencia militar que basa su accionar en el
despliegue operativo y la capacidad de fuego de su fuerza aérea, pero
carece de estructura para una ocupación territorial, la cual le
insumiría un despliegue permanente de efectivos y de logística militar.
"Sería como crearnos un Irak en casa", dicen los halcones israelíes.
En consecuencia, y como planteo estratégico de fondo, las operaciones
militares de Israel nunca se propusieron la destrucción total de Hamás,
sino el
debilitamiento de sus estructura militar y el desgaste de su plana mayor en un escenario más funcional a los objetivos del control político y militar de Israel en la región.
Históricamente en Gaza se combinaron y retroalimentaron dos
factores: El fracaso histórico de Israel para destruir la
infraestructura operacional de Hamás fue siempre directamente
proporcional a la fortificación del mando político militar de la
organización islámica operando en la clandestinidad durante los
bombardeos.
Estratégicamente, y antes de la actual operación "Pilar Defensivo", Israel
ya fracasó en 2009 con la operación "Plomo Sólido".
Presionado cada vez más por los
costos políticos de la masacre,
por la resistencia de Hamás a firmar una tregua del "vencido", y por
un cada vez más definido frente de boicot internacional en su contra, el
alto mando israelí resolvió decretar una
tregua unilateral con permanencia de sus tropas en Gaza.
Después de una operación militar de exterminio que durante 21 días
consecutivos asesinó a 1100 palestinos, hirió a otros 5000, terminó con
la vida de casi 400 niños, hirió a más de 1200, asesinó cerca de 200
mujeres, destrozó en más de un 70% la infraestructura de Gaza,
profundizó a niveles inéditos la catástrofe humanitaria de ese pueblo, a
Israel se le hizo muy difícil explicarle al mundo que todo esa masacre y
destrucción fue cometida sólo para
"defenderse del terrorismo".
Finalmente, y sobre el filo de una tregua que estaba siendo negociada
(sin éxito) con la mediación de Egipto, varios gobiernos, en diferentes
latitudes del planeta, pantearon desde la condena o la ruptura de
relaciones diplomáticas con Israel, hasta diferentes tácticas de
aislamiento y boicot internacional contra el Estado judío.
En consecuencia, Israel decidió emprender la retirada (disfrazada de
"tregua unilateral) antes de que sus embajadores comenzaran a ser
expulsados en masa , y sus embajadas, empresas y bancos comenzaran a
ser
rodeados por multitudes exigiendo el fin de la masacre en Gaza.
Tácticamente, el "encierro" de Israel terminó de concretarse cuando
Hamás condicionó la tregua a un retiro inmediato de Israel con
levantamiento del bloqueo en todos los pasos fronterizos.
Según los manuales básicos de la guerra, cuando una operación militar
no consigue la concreción de sus objetivos estratégicos, la fuerza
atacante ingresa en el terreno táctico de la derrota. Eso le sucedió a
Israel en 2009.
Encerrado en la ratonera de Gaza, con sus
tanques y soldados rodeados por los cadáveres que sembraron a su paso, y
con la única opción de
seguir matando y generando más presión internacional en contra,
Israel suspendió unilateralmente la operación "Plomo Sólido" a la
espera de que sus espónsores, EEUU y la Unión Europea, viniesen en su
auxilio con un
Plan B diplomático que le permitiese una huida rápida de la escena del crimen.
Más allá de ese desenlace histórico en 2009:
Hamás siguió en pie hasta el presente y los cohetes palestinos seguían cayendo este sábado en territorio israelí.
Hoy la situación se repite en otra escala. Israel todavía no invadió
por vía a terrestre a Gaza, y solo se dedicó a bombardearla por aire,
por tierra y por mar, en lo que los estrategas israelíes denominan
"bombardeos quirúrgicos".
Centenares de ataques sobre poblaciones civiles que ya mataron a mas
de 50 palestinos, hirieron a más 500 y destruyeron infraestructura vital
para la supervivencia de la Franja.
Y como ya sucedió en sus anteriores operaciones en Gaza, Israel
comienza a padecer una lógica inexorable de la acción militar : Si una
guerra se extiende, el tiempo termina favoreciendo al más débil. De
nuevo, como en Líbano, la extensión de los bombardeos
puede desgastar y a dividir al mando judío y generar oleadas de críticas internas, tanto en la sociedad como en los sectores del poder político israelí.
El incremento del
"terror militar" con matanza
indiscriminada de civiles en las últimas 100 horas se orienta a
presionar un plan en la ONU que le posibilite conseguir por vía
diplomática lo que su aparato de destrucción militar no pudo conseguir
hasta ahora por vía del asesinato masivo en Gaza.
Para los halcones israelíes, obligados a matar más cada día para conseguir sus objetivos en Gaza, comenzó a correr otro
tiempo de desgaste y vientos en contra. Después
de 5 días de exterminio "quirúrgico" exitoso posibilitado por la
complicidad y el silencio internacional no buscan el objetivo de máxima,
sino una victoria mediática-política que les garantice un
repliegue honroso y una victoria "disuasoria" sobre Hamás.
Como siempre EEUU y las potencias imperiales van al rescate de su
socio regional y buscan contra-reloj la brújula que parece haber perdido
Israel:
El "cese" el fuego que justifique un repliegue "triunfalista" antes de que un nuevo pantano de Gaza comience a tragarse lo que queda de la supremacía militar del ejército israelí.
Y como ya sucedió en 2009, Hamás se niega a darle la tregua del "
repliegue victorioso" a
Netanyahu y a la cúpula militar de los halcones que han lanzado la
operación como parte de la actual campaña electoral en Israel.
Y como ya sucedió en Líbano y en Gaza en 2009, el eje imperial USA-UE
utilizará la situación para generar nuevas "fórmulas diplomáticas" para
aislar y "desarmar" a Hamás en el Consejo de Seguridad.
No obstante, la estrategia y los objetivos militares que guiaron la operación
"Pilar Defensivo" puede
dar manotazos de ahogado, si no se la sustituye inmediatamente por un
Plan B diplomático que libere a Israel de otra hoguera internacional.
Con un agregado: Si Israel vuelve a ingresar en una
nueva invasión terrestre, el reloj y los muertos de Gaza van a ser los protagonistas fundamentales de su destino.
(*) Manuel Freytas es periodista, investigador,
analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y
comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y
referenciados en la Web.
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