
PRIMERO DIVIDIR IRAK, LUEGO LLEGARÁ EL MOMENTO DE HACER LO PROPIO EN SIRIA E IRÁN
La prensa internacional está presentando el repentino derrumbe del
Estado iraquí como resultado de la ofensiva del grupo terrorista
conocido como EIIL.
Pero, ¿quién puede creerse que un Estado poderosamente armado y
organizado por Washington, pueda desmoronarse en una semana ante un
grupo yihadista oficialmente independiente de otro Estado?
¿Y quién puede creer que los mismos que apoyan las acciones del EIIL
contra Siria realmente condenan su acción en Irak? Thierry Meyssan
revela el lado oculto de las cartas.
Desde el año 2001, el estado mayor de las fuerzas armadas de Estados
Unidos ha venido tratando de dividir el «Medio Oriente ampliado» en una
multitud de pequeños Estados étnicamente homogéneos.
El mapa del Medio Oriente rediseñado por Washington se publicó en
julio de 2006. Y según ese mapa Irak debía dividirse en 3 partes: un
Estado sunnita, un Estado chiita y un Estado kurdo.
El fracaso de Israel ante el Hezbollah libanés, en el verano de
2006, y el de Francia y el Reino Unido ante el Estado sirio, en
2011-2014, podían hacer pensar que aquel plan había quedado en el
olvido. Pero no ha sido así.
El estado mayor de las fuerzas armadas de Estados Unidos está
tratando de reactivarlo a través de los condottieri de hoy: los
yihadistas.
Esa es la perspectiva que permite analizar correctamente los acontecimientos de la semana pasada en Irak.
A la hora de explicarlos, la prensa internacional insiste en la
ofensiva del Emirato Islámico en Irak y el Levante (EIIL, también
conocido en árabe como Daesh), ofensiva que en realidad sólo es parte de
una operación mucho más amplia.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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