Las tensiones entre el Gobierno de Bogotá y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han aumentado este domingo tras cerrar sin avances una nueva ronda de conversaciones de paz en La Habana, capital cubana.
Durante la décima quinta ronda de conversaciones de paz, marcada por acusaciones mutuas debido a la falta de progreso en los diálogos, también se han lanzado fuertes críticas al ritmo lento que ha seguido la nueva ronda de diálogos, extendidos por 11 meses.
Por su parte, la guerrilla de las FARC ha culpado al Gobierno de Santos de los mínimos logros en esta etapa de las negociaciones.
"No es sensato que se pretenda mostrar a la insurgencia como la parte del diálogo que frena los ritmos para el avance del proceso", ha señalado Iván Márquez, jefe del equipo negociador de la guerrilla, en un comunicado leído a periodistas.
"Solo quienes siempre han creído ignorante a nuestro pueblo pueden considerar que Colombia esté confundida o no tenga claro el propósito de las conversaciones", ha agregado.
Esto ocurre, mientras que el Gobierno de Bogotá acusó el sábado a las FARC de “confundir” a los colombianos y de dilatar las negociaciones de paz con “decenas de propuestas” ajenas a la “agenda pactada” y a su retórica mediática.
Cabe destacar que Piedad Córdoba, representante del movimiento Colombianos y Colombianas por la Paz, pidió ayer una pausa en las negociaciones de paz entre el Gobierno y las FARC de cara a las elecciones legislativas, previstas para marzo del próximo año.
Las negociaciones de paz entre las FARC y el Gobierno colombiano empezaron en noviembre de 2012 en busca de una salida pacífica al conflicto armado que vive el país sudamericano desde hace casi medio siglo.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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