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sábado, 17 de agosto de 2013

EL EJÉRCITO EGIPCIO CIERRA EL CÍRCULO CON UNA MASACRE


La entrada a sangre y fuego del Ejército y de efectivos de la Policía egipcia en dos campamentos de seguidores de Mohamed Morsi y la represión de las protestas causaron un número impresionante de muertos, hasta seiscientos según los Hermanos Musulmanes, y una lista interminable de heridos.
Posteriormente, la Presidencia interina decretó el estado de emergencia para tratar de sofocar las movilizaciones, que se extendieron por varias provincias. De esta forma, el Gobierno salido del golpe de estado del 3 de julio recupera una herramienta que ya estuvo en vigor de forma permanente durante más de tres décadas –desde 1981 hasta 2012–, con la excusa de la lucha contra el terrorismo, y que conlleva la suspensión de un buen número de derechos fundamentales, como el de poder hacer huelga, celebrar actos políticos o el de ser asistido por un abogado en caso de ser detenido.
Este es el balance de una jornada trágica en un país donde la democracia había sido ‘restituida’ por los militares, según sostuvo hace apenas unos días John Kerry, secretario de Estado del Gabinete de Barack Obama. Y es que esta masacre no habría sido posible sin la complicidad de las potencias occidentales, empezando por Estados Unidos, que lleva años tutelando a las fuerzas armadas egipcias, pero también por unas instituciones europeas que no han hecho nada en contra de la asonada militar. Más bien al contrario. En este sentido, las declaraciones de la Casa Blanca condenando lo ocurrido ayer, y de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, pidiendo a ‘todas las partes’ que eviten la violencia, cuando una de ellas sigue haciendo recuento de sus víctimas, dan la medida del cinismo que impera en este tema.
El Ejército egipcio ha cerrado el círculo y ha devuelto al país árabe, referencia de ese movimiento que algunos creyeron primaveral pero que se marchita a pasos agigantados, al punto de inicio. Son los uniformados quienes gobiernan, como siempre, y lo hacen como solo lo puede hacer la institución que representan, de forma dictatorial y violenta. Llegados a este punto, con el presidente secuestrado y sus seguidores siendo masacrados, es imposible rescatar el espejismo de la democracia. A Egipto le aguarda un oscuro futuro.


A LA IZQUIERDA UN CRIMINAL DE GUERRA: A LA DERECHA, UN ASPIRANTE CON MUCHOS MÉRITOS PARA ELLO
A LA IZQUIERDA UN CRIMINAL DE GUERRA: A LA DERECHA, UN ASPIRANTE CON MUCHOS MÉRITOS PARA ELLO

Hasta un senador tan neofascista como el republicano John Mc Cain no tienen la menor duda acerca del siniestro papel que juega  EEUU en el fracaso brutal y sangriento de las llamadas primaveras árabes.

Según diferentes estimaciones, los enfrentamientos del miércoles entre las fuerzas de seguridad egipcias y los simpatizantes del derrocado presidente Mohamed Morsi se cobraron la vida de entre 500 y 2.600 personas, dejando, además, miles de heridos. Para McCain, el estallido de violencia se debe a “un fracaso colosal” de la Administración de Barack Obama, cuyo intento de influir en los generales egipcios fue ignorado por los militares.

‘The Wall Street Journal’ detalla que Washington y El Cairo mantuvieron intensas negociaciones a lo largo de las semanas previas a los violentos choques que tuvieron lugar ayer. La Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono presionaron a los generales egipcios para que impulsaran la participación de los Hermanos Musulmanes en el nuevo proceso de transición política, a pesar del derrocamiento del presidente Morsi.

Por otro lado, EE.UU. intensificó sus contactos con los Hermanos Musulmanas para instarlos a dar un paso atrás en su oposición a los militares. En respuesta, el movimiento islamista siguió insistiendo en que Morsi era el único presidente electo y legítimo, mientras que el Gobierno de Egipto advirtió a la Administración de Obama sobre la posible escalada de violencia, a pesar de la presión por parte de Washington.

El propio presidente Obama admitió el fracaso diplomático. Al comunicar este jueves la cancelación de las maniobras militares conjuntas con Egipto, insistió, entre otras cosas, en que Washington “no toma partido por ninguna formación o figura política en particular”, pero comentó también que muchos egipcios tienden a culpar “a un actor externo” de su situación actual. Admitió que una parte del pueblo egipcio critica a la Casa Blanca por apoyar a los Hermanos Musulmanes, mientras que otra le reprocha su respaldo al Ejército.

Según destaca ‘The Wall Street Journal’, la masacre egipcia del miércoles puso a la Casa Blanca entre dos fuegos. Por una parte, aumentó drásticamente el número de legisladores estadounidenses, tanto republicanos como demócratas, que piden que se califique el derrocamiento de Morsi de golpe de estado y que se revoque la ayuda anual de EE.UU. a los militares egipcios.

El senador McCain insiste incluso en que Washington debe considerar la opción de ejercer influencia en el Fondo Monetario Internacional para que corte a El Cairo el acceso a préstamos. Por otra parte, Israel, el aliado estratégico de EE.UU., se dirigió a la Administración de Obama con la solicitud de no interrumpir la financiación de Egipto, que es un punto fundamental del tratado de paz egipcio-israelí de 1979.

No olvidemos que Egipto es el segundo receptor de ayuda financiera de Washington, después de Israel.



OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA 

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